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Vitoria se rinde a la croqueta: una ruta imprescindible por el centro de la ciudad

Una excusa perfecta para pasear, comer bien y disfrutar con uno de los grandes platos de nuestra gastronomía popular

Vitoria se rinde a la croqueta: una ruta imprescindible por el centro de la ciudadFreepik

Por mucho que la alta cocina haya sofisticado técnicas y discursos, hay platos que siguen apelando directamente a la memoria emocional. La croqueta es uno de ellos.

Crujiente por fuera, cremosa por dentro, humilde en origen y extraordinaria cuando se ejecuta con mimo, este bocado nacido del aprovechamiento doméstico se ha convertido en un icono de la gastronomía.

En muchas casas sigue siendo la receta estrella de madres y abuelas, protagonista indiscutible de celebraciones familiares y, muy especialmente, de las mesas navideñas.

En Gasteiz, la croqueta vive un momento dulce. Así lo demuestra la ruta por algunas de las mejores croquetas del centro de la ciudad que acaba de presentar el creador de contenido El Gastrorunner en un vídeo que ya está despertando el apetito —y la curiosidad— de los amantes del buen comer.

El recorrido propone un paseo gastronómico de apenas 1,3 kilómetros, asumible en hora y media, que permite descubrir seis versiones muy diferentes de este clásico, todas ellas con identidad propia y un nivel técnico notable.

La ruta arranca en Sukalki, con una delicada croqueta de hongos (1,6 €), donde el sabor del bosque se expresa con elegancia y equilibrio. Continúa en Sutan Cook, que eleva el listón con una intensa croqueta de carabinero (2,5 €), pura untuosidad marina en formato miniatura.

Croqueta de carabineros de Sutan Cook, uno de los locales destacados en el ranking de el Gastrorunner

En Kobatxa, la carne toma protagonismo con una rotunda croqueta de chuleta (2,2 €), pensada para quienes buscan profundidad y carácter. Muy cerca, Le Basquesorprende con una melosa croqueta de osobuko (2,3 €), en la que el guiso lento se transforma en un bocado de cuchara… sin cuchara.

El queso tiene su templo en Ballarín Jatetxea, donde se sirven dos unidades de croqueta de queso por 3 €, intensas, cremosas y claramente orientadas al disfrute sin prisas. El broche final lo pone Bode Taberna, con una impecable croqueta de jamón (2 €), fiel a la receta clásica que nunca falla cuando el producto y la técnica van de la mano.

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Más allá de la lista y los precios, esta ruta pone en valor algo fundamental: la croqueta como patrimonio culinario popular, capaz de convivir entre la tradición casera y la creatividad contemporánea.

En Vitoria-Gasteiz, ese equilibrio se traduce en barras y mesas donde cada croqueta cuenta una historia distinta, pero todas remiten al mismo recuerdo compartido: el de la cocina hecha con tiempo, cariño y mucho nivel.