Txapeldun es el término que procede de txapela duen pertsona, esto es, de la persona que tiene la txapela y este jueves, una enorme, para una “Zelako burua!”, como la describió, Aitor Buendía, de Slow Food Araba, es la que se volvió a poner el alavés David Barroso, como ganador del primer premio del II Campeonato de Kroketas de Euskal Herria, por segundo año consecutivo.

En esta ocasión, lo hizo con una propuesta que consistía en un guiso de pescado, muy tradicional en Ibiza, donde trabaja en el Can Mimosa, “que nació en los barcos pesqueros y se come con alioli. Es un premio a las raíces, a la tradición. Estoy muy contento de volver a recibirlo”, explicó entre aplausos Barroso que también fue reconocido con un diploma y un trofeo.

David Barroso DNA

El segundo galardón de este certamen, que organiza Kroketak.eus, en colaboración con la Diputación, Ayuntamiento, Mercado de Abastos y productores y colaboradores de materias primas procedentes de la geografía vasca, fue a parar a Andrés Conde, de Iruña, por su propuesta “bocado de mar”, que presentó en un txangurro de dimensiones colosales que sacó una sonrisa al jurado.

Y es el que el centollo y la gamba son sus ingredientes principales, como aclaró Conde, quien es, además, el flamante ganador de la Semana de la Croqueta de Navarra.

Segundo premio para Andrés Conde DNA

El tercer premio fue para Gorka Arrieta, del vitoriano Sua Basque Fusión (Plaza del Renacimiento), con su croqueta "Txotx".

Tercer premio para Gorka Arrieta DNA

DE ALTURA

La deliberación no fue nada fácil, “de calculadora en mano”, como resumió Juan Gil, presidente del jurado, que estuvo formado también por la archilaureada productora alavesa de queso Idiazabal, Eli Gorratxategi, de La Leze; Verónica Pérez (Aceitunas Jaras, del Mercado de Abastos); Josema Azpeitia, periodista gastronómico creados de Ondojan.com e Iban Merino, responsable comercial de Arcecarne en Euskadi.

No en vano, el nivel fue “espectacular”. Ello hizo que de las 84 candidaturas presentadas, se eligieran a 12 finalistas, aunque la idea inicial, como comentaba a DNA Cristina Gil, desde la organización, era que hubiera 10, por lo que finalmente se optó porque dos más tuvieran ese pase a la final.

COMPAÑERISMO

Además, en el lugar de celebración, el Aula de Cocina del Mercado de Abastos de Vitoria, también había espacio para esas dos plazas extra. “Ha habido muy buen rollo entre ellos e interés por la elaboración de cada participante”, valoraba.

Su hermano Juan también incidió en que “lo que más ha gustado, al igual que el pasado año, ha sido el compañerismo”, destacó.

“Yo volvería a repetir. Es una experiencia chula”, resumió en su primer año de participación de Rubén Hernández, presente en redes sociales con el @confitnero, llegado desde el Valle de Trápaga (Bizkaia), tras conocer la existencia de este concurso a través de su asociación Bisubi (Bizkaiko Sukaldearen Bilketa).

Lo intentó con una "euskocarbonara", una versión de pasta carbonara, que en lugar de guanciale (papada del cerdo) y queso pecorino, llevaba panceta de Basatxerri e Idiazabal