En todo menú que se precie hay un alimento que no puede faltar: las croquetas. Hablamos de un manjar que, con el paso del tiempo, se ha convertido en un elemento imprescindible tanto en hogares como en muchos establecimientos.

El lugar no es otro que el Txapelarri taberna, un céntrico bar gasteiztarra que alberga croquetas de categoría. 

Los populares instagramers gastronómicos conocidos como ‘Guk Green’ y ‘El Disfrutómetro’ han publicado recientemente vídeo conjunto en el que dan a conocer todos los secretos de esta delicia que sirven en este bar.

Unas delicias de altura

Este bar está ubicado en pleno centro de la capital alavesa, concretamente en la calle Cuchillería, nº 83. Se trata de uno de los locales que conforman el paisaje gastronómico de esta zona de Gasteiz y que goza de una extensa oferta de deliciosos pintxos y de talos.

Imagen del exterior de Txapelarri Taberna Facebook

Pero, sin duda alguna, uno de los manjares estrella que se puede degustar en el Txapelarri son las croquetas. Aunque, en el caso de este local, se denominan ‘kroketones’ debido a su enorme tamaño y textura, pues pueden ocupar perfectamente el de una mano humana. 

Este bar, durante la semana, ofrece dos sabores de croquetas. Sin embargo, cuando llega el ansiado fin de semana, dan rienda suelta a toda la amalgama de sabores que almacenan: jamón serrano, queso de cabra y nueces, chipirón y hongos. Junto a los kroketones, comparte espacio en la barra la opción de la bola de patata rellena de bolognesa picante.

Por si fuera poco, están disponibles para todos los bolsillos, pues solo cuestan 2,5 euros por unidad. Visto su éxito, no es de extrañar que este alimento sea uno de los más demandados por quienes se acercan al local, sobre todo por tener las croquetas más grandes de la ciudad. 

Historia de las croquetas 

La historia de las croquetas refleja una evolución culinaria que abarca varios países y siglos. Aunque es un plato emblemático de nuestra cocina local, sus orígenes datan de otras fronteras y fechas.

Raíces francesas 

La palabra "croqueta" deriva del francés "croquer", que significa "crujir". El concepto moderno de la croqueta se atribuye a un chef francés llamado Antonin Carême en el siglo XIX, un pionero de la alta cocina. 

Carême desarrolló un método para utilizar sobras de carne mezclándolas con salsa bechamel, formando pequeñas bolas que luego se empanaban y freían.

Esta técnica no solo era una manera de aprovechar restos de comida, sino que también transformaba ingredientes simples en un plato sabroso.

Llegada a tierras vascas 

Las croquetas llegaron aquí y con el tiempo donde se adaptaron dentro de la gastronomía local. Poco a poco, se han convertido en una parte esencial de la dieta, con una variedad de rellenos que van desde jamón, pollo, pescado hasta variantes vegetarianas con espinacas o setas. 

Imagen de un plato de croquetas Flickr

Popularidad mundial

Con el tiempo, las croquetas se han globalizado y se pueden encontrar en diferentes cocinas del mundo. En América Latina, por ejemplo, las croquetas se preparan con variados ingredientes locales y se disfrutan como bocadillos o parte de comidas más grandes.

Versatilidad y legado

Las croquetas son un claro ejemplo de cómo una receta puede adaptarse a diferentes culturas y gustos, utilizando una variedad de ingredientes. Su capacidad para ser un plato hecho de sobras, así como una delicadeza gourmet, demuestra su polivalencia y perdurabilidad.

Te puede interesar:

Tramo de la ‘Kutxi’ con las terrazas de los locales hosteleros. | FOTO: DNA