Las rupturas matrimoniales en Euskadi van en aumento en los últimos años. Según los datos más recientes ofrecidos por Eustat, el Instituto Vasco de Estadística, en 2023 se produjeron 3.213 rupturas matrimoniales, cifra superior a las 2.975 registradas en 2022.

Por provincias, Álava es donde menos se tramitaron, con un total de 508, frente a las 1.613 de Bizkaia y las 1.092 de Gipuzkoa.

El informe aclara que “se considera ruptura matrimonial a la disolución de un matrimonio debida a nulidad, separación y divorcio directo”, es decir, cuando no ha existido una separación legal previa.

El total de divorcios directos fue de 3.090 en 2023, de los cuales 2.360 fueron de mutuo acuerdo (76,4 %) y 730 contenciosos (23,6 %). Las separaciones sumaron 121: 104 de mutuo acuerdo (86 %) y 17 contenciosas (14 %).

Según el último informe de Eustat, en 2023 se registraron 3.213 rupturas matrimoniales, con predominio claro del divorcio directo

En comparación con 2022, los divorcios de mutuo acuerdo fueron 2.315 y los contenciosos 564, mientras que las separaciones de mutuo acuerdo fueron 80 y las contenciosas 14. La demanda fue presentada conjuntamente por ambos cónyuges en el 59,6% de las rupturas matrimoniales, en el 25,3% por la esposa y en el 10,7% por el esposo.

Duración de los matrimonios

En cuanto a la duración de los matrimonios, el 35,4 % de las rupturas se produjo antes del décimo aniversario y un 25,8 % después de 20 años. En el caso de los divorcios, la duración media es de 15,2 años en los divorcios directos y de 23,9 años cuando existe previamente una separación legal.

Un matrimonio firma su acuerdo de divorcio. Freepik

El 35,4 % de los matrimonios disueltos no tenía hijas o hijos menores ni mayores dependientes; el 52,5 % solo tenía menores de edad, el 2,6 % solo mayores económicamente dependientes y el 9,5 % tanto menores como mayores dependientes. En el caso de tener hijos o hijas a su cargo, en el 55 % de los matrimonios la pensión alimenticia correspondió a ambos cónyuges, en el 37,6% al padre y en el 7,5% a la madre.

Custodia de los hijos

La custodia de las hijas o hijos menores fue compartida en un 56,1% de los casos. Correspondió a la madre en un 36,2%, al padre en un 7,2% y, en el resto de los casos, a otras personas (0,5%). En 2023 hubo un total de 3.449 divorcios, distribuidos en 359 casos donde había habido una separación legal previa y 3.090 que fueron divorcios directos. Esto supone 273 más que en 2022, cuando fueron 3.176 (un incremento del 8,6%). Se divorciaron 3.392 parejas de distinto sexo y 57 del mismo: 32 de mujeres y 25 de hombres.

En referencia a los divorcios de parejas de distinto sexo, el mayor número tuvo lugar en la franja de edad de 40 a 49 años, tanto en el caso de los hombres como en el de las mujeres, y supusieron un 37,5 % y un 40 %, respectivamente, del total de las personas divorciadas. La edad media de las mujeres en el momento del divorcio fue de 47 años y la de los hombres de 49,5 años. En cuanto a la nacionalidad de los cónyuges, un 13,5 % de los hombres era extranjero, mientras que el porcentaje de esposas extranjeras fue del 12,2 %.

Atendiendo al estado civil de los cónyuges cuando contrajeron el matrimonio ahora disuelto, las esposas solteras suponían el 81,7 %, algo menos de lo que representaban los esposos solteros, un 86,6 %. La mayoría de los cónyuges residía en la Comunidad Autónoma de Euskadi en la fecha del divorcio, aunque el 4,6 % de los hombres y el 2,2 % de las mujeres tenían su residencia fuera de ella.

Las separaciones en 2023

De las 121 separaciones que tuvieron lugar en 2023, el 86 % fue de mutuo acuerdo y el 14 % se resolvió por vía contenciosa. En 2022 las separaciones fueron 94: 80 de mutuo acuerdo y 14 contenciosas. Del total de las separaciones, 120 correspondieron a parejas de distinto sexo. En el momento de la separación, la edad media de los hombres era de 52,4 años y la de las mujeres de 49,5 años.

El 35,4 % de las rupturas se produjo antes del décimo aniversario y un 25,8 % después de cumplir dos décadas juntos

Resulta importante diferenciar que el divorcio de mutuo acuerdo se produce cuando ambos miembros de la pareja aceptan terminar el matrimonio y pactan de forma conjunta todos los aspectos derivados de la ruptura, como la custodia, el uso de la vivienda o la pensión. En cambio, el divorcio contencioso aparece cuando no existe consenso y es un juez quien debe resolver los desacuerdos, lo que alarga el proceso y suele encarecerlo.

La nulidad matrimonial declara que el matrimonio nunca tuvo validez legal desde su origen por incumplir requisitos esenciales, por lo que, a efectos jurídicos, es como si no hubiera existido. La separación de mutuo acuerdo implica que la pareja decide poner fin a la convivencia sin disolver el vínculo matrimonial y lo hace pactando las condiciones, mientras que la separación contenciosa sigue el mismo esquema que el divorcio contencioso: no hay acuerdo y un juez interviene para fijar las medidas.