Más de 300 concejos de Álava vivirán el próximo 23 de noviembre, desde las 9.00 y hasta las 15.00 horas, una gran domingo electoral, dado que en esa jornada cerca de 30.000 de sus residentes, mayores de edad, están llamados a las urnas para participar en la elección de sus nuevos presidentes (regidores o regidoras) y vocales, en estos comicios que se celebran cada cuatro años. Para ello, la Diputación ha abierto el plazo de presentación de candidaturas, que son individuales a todos los efectos, hasta el día 21 de este mes de octubre.
Esta forma de gobierno vecinal, que quedó consolidada bajo el Fuero de Álava, se remonta a la Edad Media, cuando sus pueblos se organizaban en comunidades para gestionar sus recursos y resolver sus cuestiones locales de manera colectiva. Y así han seguido haciéndolo, pese al paso del tiempo y a la propia creación de ayuntamientos, puesto que tienen personalidad jurídica propia, lo que les permite gestionar su patrimonio y presupuesto.
“Los concejos nos encargamos de gestionar bienes comunes del pueblo, como caminos, montes, aguas o cementerios”, concreta el vicepresidente de la Asociación de Concejos de Álava (ACOA-AKE), Julen Ibarrola.
Doble mérito
Y el mérito es doble, en este caso, porque esas personas que saldrán elegidas para representar a sus vecinos y vecinas lo harán de forma voluntaria, ya que cada uno tiene sus propios trabajos, de manera que lo hacen en su tiempo libre, y sin que haya ninguna remuneración económica por las “molestias” ocasionadas.
“La verdadera gasolina para que esto funcione y se trabaje por el bien común es ver que las cosas mejoran y el estar representando a un concejo con una mayoría que te respalda. Es democracia participativa 100% y por eso son tan importantes estas elecciones”, destaca Ibarrola, que a sus 40 años, lleva ya cuatro legislaturas, como presidente de la Junta Administrativa de Izoria.
El gran reto
“Dije que me podían votar a mí en representación del concejo. Supongo que me verían resuelto a la hora de representarles y aquí estoy, ya por la cuarta legislatura...”, recuerda con una sonrisa este alavés a quien no le cabe duda de que el “gran reto” al que se enfrentan en la actualidad estas entidades locales, para seguir funcionando bien, es el de conseguir “más apoyo administrativo”.
Y es que la maraña burocrática para poder tener acceso ayudas o realizar cualquier tipo de trámite es cada vez es mayor y la carga de trabajo más exigente, de ahí que necesiten ayuda de personal experto “para ese montón de papeles y poder dar así los pasos con garantías para que salgan adelante esas grandes ideas que salen de las reuniones que tenemos con los vecinos porque sin apoyo para saber cómo llevarlas a término, te come la gestión”.
Asesoramiento
De ahí que no sean pocos los concejos que se han asociado en ACOA-AKE, al agrupar a 268 de los más de 300 que hay en Álava, para recibir asesoramiento. “Pagan una cuota y a cambio, tienen unos servicios para ayudarles en la tramitación de la factura del cobro del agua o con la sede electrónica...”, ilustra.
En otras ocasiones, recurren a la asociaciones de desarrollo rural y a técnicos municipales o forales “para resolver esas dudas relacionadas con todo aquello que les afecta”.
En cuanto al proceso como tal, todos los que empadronados mayores de edad son elegibles. “Es todo sin partidos políticos de por medio. Solamente se vota a la persona, al que se cree más resuelto y voluntarioso, así que nos encontramos a gente de todo tipo: ganaderos, ingenieros...”, precisa el vicepresidente de ACOA-AKE que, como matiza, lo único que se necesita es “voluntad” para poder llevar a buen fin los acuerdos de la asamblea vecinal.
Tipo de papeletas
Lo ideal es que salgan personas candidatas, de forma voluntaria, para estas elecciones. Y para eso está abierto ahora mismo el plazo para que sus residentes se presenten formalmente.
Así, si se ofrecieran tantos habitantes como papeletas a cubrir, las papeletas irían con nombres, por lo que en ese caso, la votación sería solamente entre aquellos que se han ofrecido.
Pero lo “normal” es que cueste encontrar personas voluntarias, por esos hándicaps mencionados. “En ese caso, la papeleta va en blanco y en ella se escriben los nombres de los vecinos que quieres que te representen. Y con todos los votos, se conforma el orden de los puestos: regidor, primer vocal y segundo vocal”, matiza Ibarrola, quien anima a presentarse a las mismas, al ser “una recompensa bonita, aunque no tengas una remuneración. Se queda en el pueblo y se ven mejoras para la calidad de vida de los vecinos”.