La Agrupación Sectorial de Cooperativas Agrarias y Alimentarias de KONFEKOOP reúne a las principales empresas cooperativas agroalimentarias, referentes de los sectores productivos agro-ganaderos de Euskadi. Estas han vertebrado los sectores productivos en el País Vasco, siendo el pilar sobre el que se ha conseguido mantener y sostener la producción agroganadera, como es el caso de Kaiku S., Coop., Harakai S. Coop, Garlan S. Coop, Miba S. Coop, Udapa S. Coop. Corporación Ovo 12 S. Coop, Euskaber E. Koop y Barrenetxe S. Coop.; todas ellas, cooperativas en las que la innovación y la mejora continua son motores por los que siguen siendo líderes y referentes.
El sector agroalimentario del País Vasco arrastra los efectos de varios años convulsos, ejercicios marcados por la pandemia, la guerra de Ucrania, el encarecimiento de suministros, la reforma de la política agraria común y la climatología adversa. Durante este periodo, las cooperativas y su base social han demostrado el compromiso con la sociedad y su desarrollo, produciendo y garantizando el suministro de alimentos, cercano, profesional y arraigado en el territorio.
Las cooperativas y su base social han demostrado el compromiso con la sociedad y su desarrollo, produciendo y garantizando el suministro de alimentos, cercano, profesional y arraigado en el territorio
La producción agro-ganadera y las cooperativas tienen por delante un desafío muy retador, ya que toca seguir mejorando, innovando y adaptándose para avanzar en profesionalización, valor añadido y visibilidad. Es necesario conseguir el reconocimiento de los consumidores y que los precios sean garantía para que pueda existir un relevo en la producción agroganadera; así como que los lineales de las tiendas puedan disponer de productos de calidad y alimentariamente seguros. Es algo que parece que no puede ocurrir, pero la población a nivel mundial sigue creciendo y el suministro de alimentos va a ser un factor crítico.
Es necesario conseguir el reconocimiento de los consumidores y que los precios sean garantía para que pueda existir un relevo en la producción agroganadera;
La Agrupación Sectorial de Cooperativas Agrarias y Alimentarias de KONFEKOOP continúa trabajando para representar, promocionar, fomentar y colaborar con otras organizaciones, la Administración y la sociedad, para ser punto de encuentro del cooperativismo agrario y alimentario de Euskadi. Actualmente está compuesta por 72 cooperativas, más de 7.000 personas socias y un total de 821 puestos de trabajo. “Desde hace más de 30 años hemos establecido vínculos con diversos grupos de interés para hacer llegar las necesidades y oportunidades que permitan la consolidación, el crecimiento y el fortalecimiento del tejido cooperativo agrario y alimentario de Euskadi”, destacan.
Las cooperativas han demostrado que son garantía de sostenibilidad del territorio. Y muestra de ello es que cuentan con el relato y la autenticidad de base, dado que las personas propietarias son las que hacen producciones agrícolas y ganaderas, que mantienen nuestro entorno y nos alimentan, así como mantienen a sus familias.
Para explicar las actividades a las que se dedican las cooperativas integrantes de la sectorial es necesario refererirse a los distintos eslabones de la cadena alimentaria. El primer eslabón está integrado por cooperativas que se dedican al suministro de inputs para la actividad agrícola-ganadera, como semillas, fertilizantes, fitosanitarios, zoosanitarios, piensos, etc.; y otras que prestan servicios de almacenamiento, asesoramiento técnico y de gestión, así como servicios veterinarios. En este grupo destacan las tiendas de suministro, las cooperativas de utilización de maquinaria agrícola (C.U.M.A.s), las cooperativas cerealistas, las fábricas de pienso y los centros de gestión. En este grupo hay un total de 34 cooperativas.
El segundo eslabón está formado por las cooperativas de explotación dedicadas a la producción agrícola y ganadera. En este grupo hay siete cooperativas entre las que la producción de vacuno de leche, la actividad agrícola y la hortícola son las más destacables. Y por último, el tercer eslabón agrega a las cooperativas que transforman el producto aportado por sus socios y socias, añadiendo valor y llegando en la mayoría de los casos a los clientes finales. En este grupo hay un total de 19 cooperativas, entre los que destacamos las dedicadas a la venta de leche, huevos, carne, vino de bodegas de la D.O.Ca. Rioja -que en su mayoría disponen de marcas donde reflejan la subzona de producción Rioja Alavesa-, venta de cereales, legumbres y oleaginosas, patata, hortalizas, quesos y aceite.
En el sector agroalimentario, además, la ventaja que proporciona ser una cooperativa es que la dimensión posibilita la negociación, la capacidad de diversificación y la estructura de apoyo y asesoramiento técnico que aportan las cooperativas y que de manera individual es imposible conseguir.
Dimensión y valor añadido
Con el foco puesto en avanzar, las cooperativas deben trabajar, en su opinión, en los siguientes retos: conseguir dimensión, avanzar en valor añadido y profesionalizar sus estructuras. “Las cooperativas deben ganar dimensión para poder realizar inversiones, ganar poder de negociación e interlocución y así poder ser más competitivas. Desde la sectorial vamos a seguir trabajando y realizando formación para el personal técnico con el objetivo de profundizar en la integración cooperativa y en los diversos modos de abordar proyectos colaborativos”, puntualizan.
“Las cooperativas deben ganar dimensión para poder realizar inversiones, ganar poder de negociación e interlocución y así poder ser más competitivas"
De cara a la interlocución con la Administración, “seguiremos trasladando la importancia que tiene apoyar los proyectos de dimensión que dan soporte y solidez a las personas del sector primario y que deben garantizar la producción de alimentos en nuestro territorio”, defienden.
Las personas socias, agricultores y ganaderos deben ser profesionales en sus tareas agroganaderas y las cooperativas deben contar con equipos profesionales que den lo mejor de sí para generar ese valor a las producciones
Del mismo modo, destacan que “las personas socias de las cooperativas de nuestra sectorial han creado las cooperativas para comercializar conjuntamente sus producciones”. Por ello, indican, “para que generen un mayor retorno de estas, deben avanzar en el valor añadido de los productos que comercializan y desarrollar proyectos que aúnen esfuerzos en este aspecto”. La sectorial sigue poniendo a disposición de las cooperativas su estructura para el acercamiento de buenas prácticas y ejemplos, así como, la colaboración e intercooperación en proyectos para acercar el conocimiento y la red de soporte autonómica, estatal y europea que traslada información relevante cooperativa y sectorial.
El último reto es la profesionalización. Las personas socias, agricultores y ganaderos deben ser profesionales en sus tareas agroganaderas y las cooperativas deben contar con equipos profesionales que den lo mejor de sí para generar ese valor a las producciones, a través de la dirección, la innovación, la comercialización y el asesoramiento. “Nosotros, en la sectorial, mantenemos la formación a consejos rectores y personal técnico en materia de cooperativismo y también formación sectorial a demanda de las cooperativas”, añaden.
En la actualidad, la sectorial trabaja en la representación institucional a nivel europeo, estatal y autonómico; en la intercooperación y promoción del modelo cooperativo, la formación a los consejos rectores y al personal técnico de las cooperativas y en la promoción y acercamiento del modelo a los jóvenes, así como, en avanzar en igualdad y en visibilizar a las mujeres en las cooperativas agrarias y alimentarias del País Vasco.
Las cooperativas han demostrado que son garantía de sostenibilidad del territorio. Y muestra de ello es que cuentan con el relato y la autenticidad de base, dado que las personas propietarias son las que hacen producciones agrícolas y ganaderas, que mantienen nuestro entorno y nos alimentan, así como mantienen a sus familias.