DSB, la compañía estatal de ferrocarriles danesa DSB, ha presentado hoy la primera de las unidades Talgo 230 fabricadas en la planta de Ribabellosa que se integrarán en su flota de trenes Intercity de larga distancia en los próximos meses. La primera unidad de la flota de 16 encargada por DSB llegó a Dinamarca el pasado diciembre.

En abril del año pasado, Talgo informó de la ampliación del pedido DSB para el suministro de ocho nuevos trenes Intercity Talgo 230 y piezas para su parque de mantenimiento. Este encargo suponía ampliar el acuerdo marco inicial firmado por ambas partes en 2020, cuyo valor máximo asciende a 500 millones de euros y con un pedido inicial también de otros ocho trenes. El valor de este nuevo ascendía a 184 millones de euros.

En un evento para medios celebrado hoy en Copenhague, la compañía ha anunciado el comienzo de la fase de pruebas dinámicas de los trenes, que se espera que conecten la capital danesa y la ciudad de Aarhus con Hamburgo (Alemania), así como potencialmente otras rutas, tanto internacionales como nacionales.

Los nuevos trenes Talgo de DSB

Tras una primera fase de certificación, en una segunda se añadirá a la composición de coches un coche-cabina, un vehículo con diseño de extremo de tren que cuenta con cabina de conducción pero sin motores, y que permite las operaciones en configuración push-pull (donde la locomotora da tracción por cabeza o por cola, alternativamente según la necesidad).

Con una velocidad comercial máxima de diseño de 230 km/h, y una operativa de 200 km/h, estos trenes cuentan con una mayor anchura que los utilizados de forma estándar en los tráficos transfronterizos, lo que permitirá ofrecer más espacio interior, manteniendo la completa interoperabilidad técnica, para dar servicio tanto en rutas internas como internacionales.

Apuesta por el ferrocarril

Según apunta Talgo en una nota de prensa, Dinamarca tiene uno de los sistemas ferroviarios más utilizados de la Unión Europea, con 722 pasajeros-km per cápita (frente a los 348 pasajeros-km per cápita de España).

La apuesta por el ferrocarril es uno de los puntales del compromiso climático de Dinamarca, explica Talgo, con planes para reducir las emisiones de carbono en un 70% en 2030 (toda la UE aspira a un 55%) y llegar a ser neutro en carbono ya en 2050.