El modelo cooperativista en Euskadi es todo un ejemplo a seguir, con numerosas referencias que muestran cómo contribuye a generar riqueza y bienestar a la sociedad vasca. Hoy, 1 de julio, se celebra el Día Internacional de las Cooperativas, una jornada instaurada en 1995 por Naciones Unidas y que este año pone el foco de atención en la importante contribución de las cooperativas a la economía global y su aportación en la creación de un futuro más sostenible.
Para conocer el lugar que va a desempeñar Euskadi durante toda la jornada, explicar cuáles son las ventajas de este modelo de negocio, así como los retos y cambios a los que se enfrenta, Grupo Noticias ha reunido a representantes de entidades cooperativistas vascas que desarrollan su actividad en diferentes ámbitos. Es el caso de Iñaki Nubla, director de Konfekoop; Amaia Ferro, responsable de Desarrollo Empresarial de Corporación Mondragón; Naiara López de Uralde, de la Cooperativa Udapa; y, Andrés García, gerente de Garlan.
Por comenzar con la actualidad y al hilo del lema del Día Internacional de las Cooperativas de este año, 'Las Cooperativas construyen un mundo mejor', Iñaki Nubla considera que la búsqueda de un mundo sostenible es una de las características que definen el modelo de negocio cooperativista hoy en día, y lo argumenta señalando que promueven la igualdad, la inclusión, la protección del medio ambiente, así como la creación de empleo, entre otros aspectos.
“Tenemos un modelo cooperativo exportable, y en materia de trabajo asociado somos ejemplo a nivel mundial”
De acuerdo con estos principios, Amaia Ferro fija la mirada en el peso de los valores que defiende, que tienen que ver con las personas, el compromiso social, la igualdad, participación, la equidad en la sociedad y un largo etcétera. Se muestra convencida de que allí donde haya más cooperativas, la igualdad de las personas está más equiparada, subraya.
“Es una herramienta al servicio de las personas y de la sociedad con el objetivo de repartir mejor la riqueza”
Desde el punto de vista de Naiara López de Uralde y Andrés García, ambos representantes de cooperativas relacionadas con el mundo agrario, el modelo también representa la economía social, compaginando a la perfección este aspecto con la rentabilidad del negocio.
En cuanto a la diversidad de cooperativas existentes en Euskadi, el gerente de Garlan resalta el peso que juegan las agrarias, así como el papel crucial que van a tener en la consecución de uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el relativo a la mitigación o al cambio climático, que según señala, “es uno de los riesgos globales económicos de mayor impacto”.
Respecto al protagonismo de Euskadi durante la jornada, el director de la Confederación de Cooperativas del País Vasco da todo tipo de detalles sobre el evento que se está celebrando en el Ayuntamiento de Donostia, uniendo a diferentes modelos de cooperativas de todo el mundo con el propósito de mostrar cómo están contribuyendo a alcanzar los objetivos establecidos en los 17 ODS.
“Es una ocasión perfecta para conocer lo que están haciendo las cooperativas de todo el mundo por conseguir un mundo sostenible y, por supuesto, dar a conocer lo que están haciendo las vascas”, destaca Nubla.
Para la responsable de Desarrollo Empresarial de Corporación Mondragón, el protagonismo de Euskadi en la efeméride tiene mucho que ver con la idiosincrasia del pueblo vasco, con un pasado antropológico con numerosas referencias de trabajos en común como los Ausolagun o las cofradías de pescadores. Añade que el cooperativismo es, en realidad, una herramienta al servicio de las personas y de la sociedad con el objetivo de repartir mejor la riqueza.
“Las cooperativas son fundamentales para el desarrollo del sector agrario”
En defensa del modelo, argumenta que la entidad a la que representa, Corporación Mondragon, es todo un referente a nivel mundial, motivo por el cual cada año reciben numerosas visitas de personas de otras regiones del mundo para conocer sus peculiaridades y diferencias. Una de ellas es el carácter de las cooperativas que agrupa Mondragón, de trabajo social, donde las personas aportan su trabajo y se convierten en propietarios del negocio. “Si bien es un modelo que en Euskadi lo vemos con cierta normalidad, en el resto del mundo no lo es tanto”, destaca Ferro.
Otros argumentos que diferencian a las cooperativas vascas del resto son, por un lado, su dimensión, siendo líderes en sectores punteros como la máquina herramienta; y la heterogeneidad, poniendo de manifiesto que pueden abarcar sectores muy diversos. La representante de Mondragón tampoco pasa por alto el componente solidario, muy importante, a su juicio.
Como entidad representativa en el País Vasco, quién mejor que el director de Konfekoop para explicar el papel que desempeña el organismo. Subraya que el propósito de la Confederación de Cooperativas del País Vasco es ayudar a las 1400 cooperativas que agrupa a ejercer su actividad, las cuales dan empleo a 60.000 personas. Si nos vamos a la masa social de socios, la cifra de cooperativistas en Euskadi es muy superior, lo que le lleva a Nubla a afirmar que, “de una forma o de otra, una gran parte de nuestra población está ligada a una cooperativa”.
En cuanto a los servicios que ofrece Konfekoop, el principal tiene que ver con la representación e influencia ante las organizaciones públicas y empresariales, al que se le unen otros como la intercooperación entre cooperativas, la formación de los socio cooperativistas y el asesoramiento en aquellos aspectos que sean de interés.
Presencia del sector agrario
Sobre la variedad de actividades presentes en el modelo cooperativista en Euskadi, la cita ha puesto de manifiesto que las que integran el Sector Primario tienen un gran peso.
“La intercooperación entre cooperativas nos permite afrontar muchos de los retos agrarios”
Tanto Naiara, de Udapa, como Andrés, de Garlan consideran cómo los y las agricultoras se sienten más arropados dentro de una cooperativa, una necesidad que surgió en 1986 con el ingreso de España en la Unión Europea. En el caso de ambas, las dos han dado un paso al frente al transformar la materia prima en productos finalizados, lo que a juicio de López de Uralde, supone un aporte de valor añadido.
En el caso de Udapa, la cooperativa nace gracias a la unión de productores, gestores y Laboral Kutxa, un proyecto que tiene la finalidad de mejorar, innovar y profesionalizar los procesos de producción y comercialización de patatas en Álava.
Ambos representantes del Sector Primario consideran que el asesoramiento es uno de los pilares que más valoran los cooperativistas, un asesoramiento que puede abarcar desde aspectos burocrático, legislación..., y todos aquellos donde los productores encuentran una serie de hándicaps.
El gerente de Garlan recuerda cómo los inicios del cooperativismo fueron claves para la agricultura de Álava, al ser explotaciones con poca dimensión que mejoraron al agruparse.
En la actualidad y con datos reales sobre su implantación en el territorio alavés en el ámbito agrario, en lo referente a comercialización de herbáceos, cereales, oleaginosas y proteaginosas, García indica que alrededor del 75% de los titulares de explotaciones están integrados en Garlan. La cifra resulta más que llamativa si se compara con la registrada en el conjunto del Estado, con sólo un 20%.
En el caso concreto de la patata, la actividad cooperativista en Álava también está en torno al 70%, agrupada en tres diferentes: productores de patata de siembra; Udapa, productora de patata de consumo; y Garlan, en el área de la producción de patata de industria.
Productos cooperativos
En el apartado de consumo, el director de Konfekoop invita a los lectores a hacer un análisis de la presencia de productos cooperativos en la vida cotidiana. Desde la leche que desayunan, el frigorífico dónde se conservan los alimentos, el medio de transporte en el que se desplazan..., son algunos ejemplos que muestran cómo la actividad en Euskadi está muy influenciada por los productos cooperativos.
Tomando como referencia lo expuesto hasta el momento, los cuatro participantes al encuentro con Grupo Noticias no tienen ninguna duda en afirmar claramente el peso del cooperativismo en el desarrollo económico de Euskadi.
Si bien desde Konfekoop han puesto nombre a las características del modelo y al futuro al que se enfrenta haciendo hincapié en la sostenibilidad, Amaia añade otros desafíos como la falta de talento o la digitalización, que en su opinión, van a ser decisivos para su avance.
La representante de Mondragón aprovecha la ocasión que le permite este encuentro para intentar acercar el modelo cooperativista a colectivos como el de la administración pública y a los jóvenes, cuyos valores están inherentes a su forma de pensar.
Se lamenta de que “si bien somos ejemplo para los de fuera, muchas veces en casa no conocen nuestra idiosincrasia”, por lo que invita a visitar la Corporación Mondragón a quien lo desee.
El mismo mensaje es compartido por el resto de participantes, por lo que el gerente de Garlan insiste en recalcar que “tenemos que informar mejor sobre lo que hacemos”.