Una buena noticia, una advertencia y una constatación. Es lo que ayer dedicó la OCDE (Organización para Cooperación y el Desarrollo Económico) a la economía española en su informe semestral sobre ‘Perspectivas Económicas’. La primera hace referencia a la revisión de cuatro décimas al alza de su última previsión de crecimiento para el Estado, situada ahora en 2,1% para este año. Pero, además, insistió en el mismo mensaje que le ha enviado la Comisión Europea para que vaya retirando de forma progresiva las ayudas y subvenciones de carácter general, como las relativas a las rebajas fiscales en la energía. Por último, la confirmación de lo que los sindicatos ya le habían comunicado al Gobierno: los márgenes empresariales se han disparado en España más que en ningún otro país de los grandes de la OCDE. 

“La economía española ha sido muy fuerte en términos relativos”, resumió la economista jefe de la OCDE, la británica Claire Lombardelli, para referirse a la evolución postcovid, basada en la reducción de la inflación en mayor grado que otros países europeos, un mercado interno que ha propulsado el consumo privado y la recuperación del sector turístico. El informe prevé un crecimiento del 2,1 % este año, lo que significa una revisión al alza de cuatro décimas respecto a sus previsiones de marzo, y más del doble del 0,9% que se espera en el conjunto de la zona euro. Para 2024, la previsión para España es del 1,9%, frente al 1,5% en la Eurozona. Rápidamente, el Ministerio de Asuntos Económicos se apresuró a divulgar los datos del informe, ensalzando su contenido. Las previsiones evidencian “el dinamismo y la fortaleza” de la economía española, subrayó el Ministerio en un comunicado, en el que también señaló que, de confirmarse las previsiones para el próximo año, sería “uno de los países desarrollados con mayor crecimiento”.

No obstante, la OCDE también le sugiere a España que realice un ajuste en las medidas de apoyo fiscal, como las rebajas en el IVA de electricidad y gas, advertencias en la misma dirección que la Comisión Europea le ha enviado en las últimas semanas. Es decir, menos gasto en esas ayudas, que deben quedar destinadas, según la OCDE, a los colectivos más necesitados. Por otro lado, Lombardelli señaló que el gasto público tiene que utilizarse para mejorar la productividad, una vieja asignatura pendiente de la economía española.

Otra de las vertientes más interesantes del informe es el que hace referencia a los beneficios empreariales. España es el país, entre los grandes de la OCDE, en el que los márgenes empresariales más han contribuido a la inflación desde finales de 2021, aunque también es donde esos mismos márgenes más cayeron durante la fase más aguda de la crisis de la pandemia. Eso acreditaría la tesis de que las empresas han aprovechado el tirón de la inflación para ampliar sus márgenes, una tesis que los sindicatos han venido exponiendo en los últimos meses como argumento en su lucha por aumentos salariales que permitan compensar el alto crecimiento de la inflación en el último año.