- Más innovación y más productividad. Esa es la fórmula del Orkestra-Instituto Vasco de Competitividad para resolver el problema del impacto negativo de la pandemia en la rentabilidad empresarial y reforzar la competitividad de las empresas. Esa es la conclusión principal del informe anual del centro de análisis económico liderado por la Universidad de Deusto.
Más allá del bache del coronavirus, que como el año pasado condiciona el análisis, Orkestra destaca la imagen positiva del bienestar en Euskadi en lo que respecta a la satisfacción con la vida, el aprendizaje y la salud, e identifica algunos aspectos a seguir trabajando, relacionados con el empleo y el medioambiente. Son aspectos que ha introducido por primera vez en el informe porque completa la visión del país.
De este modo, a pesar de la pandemia, la satisfacción con la vida en Euskadi experimentó una ligera mejora (7,5 en 2020 frente a 7,4 en 2018). La renta mediana equivalente (22.638 euros) es alta en comparación con la media de la UE-27 (17.325). Además, está creciendo en los últimos años, situándose casi a la par de la de Alemania (22.693 euros).
¿En qué brilla Euskadi en el ámbito de la competitividad? Uno de sus puntos fuertes es el aprendizaje a lo largo de la vida y la proporción de la población con educación superior. Aspectos que encadenan varios años con una evolución positiva, lo que ha permitido reducir, desde el año 2013 la diferencia en este indicador con las regiones de referencia en Europa.
En el ámbito de la salud, la esperanza de vida supera la del entorno (84 años en la CAPV, 81,3 en Alemania y la UE27). Y en lo relativo al mercado laboral, la tasa de desempleo ha mejorado, encontrándose por debajo del 10 % tanto en 2019 como en 2020. Pese a ello, Orkestra considera que continúa habiendo un recorrido de mejora si se compara con la media de la UE-27 (7,1%) y otras regiones europeas industriales de referencia como Baden-Wurtemberg y Alta Austria.
“Generar empleo de calidad, sobre todo para las personas jóvenes, sigue siendo un reto crítico en el País Vasco”, considera dicho Instituto.
En lo que respecta a una de las principales preocupaciones de gobiernos y ciudadanos, el medioambiente, ha habido mejoras en términos de calidad del aire, pero hay que seguir mejorando en las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, pese a haber mejorado, la tasa de reciclaje queda por detrás de la media europea.
Finalmente, el informe revela que hay retos importantes en lo que respecta a la inclusión, ya que los indicadores muestran una brecha de género que desfavorece a las mujeres: La valoración media de seguridad de las mujeres era un 22% inferior a la de los hombres y el salario un 9,5% más bajo. Según el informe, la estrategia centrada en la industria llevada a cabo en el País Vasco en las últimas décadas ha dejado al territorio en una buena posición para afrontar la crisis provocada por el covid-19. A pesar de la pandemia, el País Vasco sigue encontrándose entre las regiones de Europa con mayor nivel de PIB per cápita y menor nivel de población en riesgo de pobreza o exclusión social. Concretamente, en las posiciones 29 y 26, respectivamente, entre más de 200 regiones de la Unión Europea.
Sin embargo, aunque las bases de competitividad de la región están bien consolidadas, los resultados económico-empresariales muestran el impacto de la pandemia y muestran varios elementos a tener en cuenta para la recuperación.
Así, la productividad por hora trabajada en la industria manufacturera es más alta en la CAPV (42,6 euros la hora) que en España (33,4 euros) y que en la UE-27 (37,6 euros), pero continúa habiendo una debilidad respecto a Alemania (50,7 euros) y las regiones de referencia. Por último, la innovación en las pymes ha mejorado (en 2018 el 39,9% de ellas realizaba algún tipo de innovación) pero aún hay camino por recorrer en comparación con la media europea (49,2%).