l fin. C’est fini. El Tour de 2021 ya es historia. Tres semanas después del comienzo en Brest, hemos llegado a los Campos Elíseos. Es una maravilla alcanzar París. Es un objetivo en sí mismo desde que tomas la salida. En el camino nos ha tocado sufrir, pero también disfrutar. Es lo que nos gusta del ciclismo. Sobrevivimos a la locura de la primera semana, en la que el estrés fue brutal. A partir de ahí la carrera se fue ordenando para todos y eso genera más tranquilidad, aunque nunca hemos dejado de ir rápido. En el Tour se compite a tope. No hay momento para la tregua y para la paz. Siempre te exige al máximo. Estoy satisfecho con el Tour que he hecho. Me queda la espina de no haber podido ganar una etapa, pero levantar los brazos en el Tour está carísimo. Solo hay que ver la nómina de ganadores de etapa. Aún así, lo he dado todo y no me puedo reprochar nada. Esta edición de la carrera solo ha tenido un dominador, Pogacar. Es un campeón para mucho tiempo. También destacaría la carrera de Cavendish, que ha igualado el récord de Merckx. Ahora toca respirar un poco antes de acudir a Tokio. París es una fiesta.