El Real Madrid tendrá que buscar en Stamford Bridge la semana que viene el billete para la final de la Liga de Campeones 2020-2021 después de no poder pasar del empate a un gol este martes ante el Chelsea inglés, en una ida de semifinales donde lo mejor para los de Zinédine Zidane fue un resultado que les mantiene con opciones.
El conjunto madridista logró sobrevivir a este primer capítulo. Por momentos, fue superado por los de Thomas Tuchel, pero el gol de Karim Benzema minimizó los daños causados por el de Christian Pulisic. Como se preveía, no tuvo un partido cómodo, atenazado primero por el demoledor ritmo que impuso su rival y posteriormente por la fortaleza física de este que le cerró los caminos hacia su portería.
El Chelsea tiene ahora el favoritismo de su lado y partirá con ventaja para la vuelta del próximo miércoles ante un 13 veces campeón de Europa que necesitará su mejor versión y un paso adelante en la ofensiva porque necesita hacer gol, algo que le costó un mundo en esta ida, si quieren mantener vivo el sueño de la 'Decimocuarta'.
Sufrió lo indecible el Real Madrid en la primera media hora, pero aún así logró sobrevivir a un Chelsea que salió más atrevido de lo esperado y poniéndole un ritmo infernal al choque que su rival no pudo seguir. Contra todo pronóstico, la pelota fue de los de Tuchel, que 'borraron' a los tres medios locales gracias al trabajo de Kanté y Jorginho.
El castigo para los de Zidane 'sólo' fue el 0-1 al filo del cuarto de hora. Pulisic, un 'tormento' por la izquierda, por donde jugó Marcelo de carrilero, junto al recolocado Azpilicueta, encontró un inmenso espacio a la espalda de la zaga de tres centrales que dispuso 'Zizou'. El estadounidense definió con calidad para poner por delante a los suyos y aliviar sobre todo a Werner, que minutos antes había fallado una ocasión clarísima a escasos metros de la portería, estrellando su remate en un Courtois que se hizo 'gigante'.
La desventaja dejó grogui al 13 veces campeón de Europa. Sin encontrar ni a Kroos, 'devorado' por el despliegue de Kanté, ni a Modric, bien sujeto por Jorginho, no pudo encontrarle el pulso al duelo, mientras que el Chelsea amenazaba una y otra vez con contragolpes en donde le faltó algo más de precisión y calidad.
Sin embargo, el conjunto madridista, con otra tormenta, meteorológica en este caso, desatándose sobre el Di Stéfano, encontró la forma de reponerse pese a ser dominado. Benzema avisó con un lanzamiento al palo en el 22 y fue el francés el que hizo el empate tras un saque de esquina. Casemiro se elevó en el segundo palo y el balón le quedó franco al '9' que con una rápida maniobra 'fusiló' a Mendy.
El Chelsea baja el ritmo
La igualada dio tranquilidad al Real Madrid, que empezó a tener algo más de comodidad, y calmó un tanto el ímpetu del equipo inglés, que aún así continuó amenazando con los espacios que había entre los medios y la defensa, pero el tramo final de primer acto no dejó más sustos verdaderamente relevantes en ninguna de las dos porterías.
Pese a la incomodidad vivida, Zidane no apostó por mover al equipo tras el descanso. Los de Tuchel no salieron tan fuertes y los locales, con algo más de Modric, pudieron manejarse mejor sobre un ritmo menos frenético, aunque los caminos hacia el área de Mendy continuaban poco accesibles.
El partido se atascaba paulatinamente. Ambos equipos parecían jugar con el crónometro y tomar pocos riesgos, agarrados a lo que consideraban un buen botín por el momento visto lo visto. Hacía falta algo de chispa y Zidane decidió buscarla en Hazard por un Vinicius poco protagonista, mientras que Tuchel optó por piernas frescas con la triple entrada de James, Havertz y Ziyech.
Las 'pilas' nuevas revitalizaron algo más al Chelsea, que retomó el control del partido ante un rival que comenzaba a pasarle factura el esfuerzo, sobre todo privado del balón. Asensio por Marcelo y Odriozola por un Carvajal exhausto y menos afilado en ataque de lo habitual fueron las soluciones para el tramo final. Los 'blues' no se inmutaron y agarrados a un inconmensurable Kanté controlaron mejor los instantes finales para obligar al 13 veces campeón a un esfuerzo descomunal la semana que viene.