El Kutxabank Araski cerró este fin de semana la temporada 2020-21, después de un año complicado y más difícil que nunca a causa de los diferentes vaivenes sufridos a causa de la pandemia. Las de Madelén Urieta lucharon hasta el final para intentar conseguir entrar en el play off por el título, pero finalmente se quedaron a las puertas de la octava posición de una Liga Endesa cada día más igualada y bonita de cara al espectador.

Las vitorianas, finalmente, han terminado undécimas con 12 victorias, mientras que el Spar Gran Canaria se llevó la última plaza para pelear por el título con solo un triunfo más, es decir, con 13. A pesar de no poder optar al título, el Araski ha mostrado, una vez más, su ADN, su lucha, su carácter y su gran espíritu de nunca rendirse a pesar de que no acompañen los resultados.

Y es que las vitorianas no tuvieron su mejor comienzo de temporada, donde les costó muchísimo arrancar y coger sensaciones. ¿El culpable? Tristemente el maldito bicho que nos acompaña desde hace más de un año y que azotó fuerte al equipo al comienzo de curso y que les impidió empezar “con cierta normalidad”. Ese arranque marcó los primeros resultados de un Araski que poco a poco iba cogiendo velocidad, mientras que los demás ya circulaban con la quinta marcha.

La temporada ha sido atípica para todos los clubes, y algunos lo han sufrido más que otros, pero las nuestras quizá fueron de las más perjudicadas, ya que hay que recordar que la “marea verde” tampoco ha podido acompañar a las suyas en esta carrera llena de obstáculos. Tan solo al comienzo del curso se permitió la entrada de un pequeño aforo que rápidamente fue cortado para jugarse sin público. Y todos tenemos claro que Mendizorroza es menos Mendizorroza sin ellos.

Por otro lado, también hay que tener en cuenta que el deporte se rige por las expectativas que se pueden generar en verano con los diferentes movimientos en los despachos y el Kutxabank Araski realizó un gran trabajo para formar un equipo con grandes nombres que ilusionaron aún más a los araskizales. Esto, unido al gran papel que estaban haciendo las de Made Urieta la pasada campaña -hasta que se canceló todo por la pandemia-, donde terminaron quintas en la clasificación y también con las buenas sensaciones que dejaron en la Copa de la Reina donde tan solo el Perfumerías Avenida pudo frenarlas, terminó por generar muchísima ilusión por que comenzase este ejercicio.Adiós de Anna Cruz

Sin embargo, los despachos no juegan y el difícil comienzo para las vitorianas marcó una temporada en la que han tenido que ir a contracorriente en todo momento. La no clasificación para la Copa de la Reina, lejos de hacer más daño deportivamente hablando, acabó quizá por quitarles presión a las jugadoras que comenzaron a obtener buenos resultados en las canchas. Por otro lado, se producía la salida de Anna Cruz, quien no terminó nunca de cuajar ni de recuperar sensaciones, y el fichaje de Berezhynska, quien desde su llegada ayudó y mucho al juego interior del Kutxabank Araski.

Los resultados comenzaron a acompañar poco a poco y el Araski no dejaba un partido sin luchar ni ponerle las cosas difíciles a las rivales, pero nunca terminó de ser una temporada “normal”, ya que el club ha sido de los equipos que más ha sufrido los aplazamientos de los encuentros. Incluso en enero llegó a disputar tan solo un encuentro. Algo que claramente dificulta la posibilidad de poder coger una buena dinámica y la ansiada velocidad de crucero. Sin embargo, el Araski nunca se rindió y mantuvo siempre esa garra que tanto le caracteriza para pelear hasta el final.

En definitiva, la temporada ha sido atípica en muchos sentidos, pero el Kutxabank Araski jamás ha perdido ese ADN suyo que tanto le caracteriza. Aunque por momentos los resultados no hayan acompañado, no se ha perdido ese carácter de lucha que le ha llevado a competir siempre ante cualquier rival.

Por lo tanto, el curso ya ha terminado, pero a buen seguro que ya se está pensando en el siguiente para volver a la senda de los buenos resultados. Este año podría considerarse un bache en el camino en cuanto a resultados, pero no en cuanto a equipo, porque nunca ha dejado de ser ese Araski que tanto gusta y tan buenas alegrías ha brindado y que a buen seguro volverán.