Si algo caracteriza a las verbenas de cualquier fiesta en Álava o barrio vitoriano –y muy especialmente las de La Blanca– es la presencia de Joselu Anayak. El grupo formado por los cinco hermanos Ruiz de Gordoa, naturales de Araia, acumula casi medio siglo sobre los escenarios del Territorio. Como no podía ser de otra manera, su presencia está garantizada tanto la noche de Santiago, con un concierto en la Plaza Nueva, como el 6 de agosto, en el Arca.
“Siempre con mucha motivación, ganas e ilusión por estar un año más”, reconoce Joselu en su conversación con este periódico, a pocas horas de crear un nuevo ambiente de gala en la verbena. El secreto para mantener la ilusión tras tantos años es que “todos los hermanos estemos bien”. La salud y, después, mantener “el gusanillo por la música” son los ingredientes fundamentales que empujan hacia adelante a este emblemático grupo.
Al ser preguntado por qué La Blanca es especial, Joselu lo tiene claro: “Es un orgullo para nosotros tocar en esas fechas”. “Nos gusta mucho la apertura, que es el preludio de la verbena del día 24, y tenemos un especial cariño a la del día 6”, añade. Eso sí, admite que las fiestas les pillan siempre trabajando, lo que les impide disfrutarlas al completo: “No podemos vivir la fiesta como un blusa de aquí, que está todo el día desde la mañana hasta la noche”.
Aun así, lo que les llena de energía es el público joven. Un relevo generacional que ha dado alas a Joselu Anayak con el paso del tiempo, convirtiendo al grupo en una formación cada vez más camaleónica, con un repertorio festivo muy amplio. “Normalmente por las tardes hay más matrimonios y por la noche son los jóvenes quienes se apoderan de las plazas”, apuntan.
Ampliar el repertorio
“Nos llena totalmente de energía tener un público joven. Es lo que te da alas para seguir tocando y hacer música”, insiste Joselu. Además, señala que ese mismo público joven suele formar parte después de las comisiones festivas, y muchas veces es quien marca lo que se quiere escuchar en las fiestas. Eso sí, matiza que “en la verbena hay espacio para todos”, desde los más pequeños hasta los más mayores, algo que convierte a la fiesta en un encuentro intergeneracional único.
“No es fácil, pero es extraordinariamente bonito cuando se juntan niños y mayores. Esa es la esencia de la fiesta”, reflexiona emocionado. Joselu reconoce que el grupo es “camaleónico” en su forma de adaptarse a las circunstancias. Siempre interpretan sus canciones históricas, esas que les han acompañado durante décadas y que nunca caen de su repertorio. Pero también “toca adaptarse a los nuevos tiempos”. “La gente joven tiene sus inclinaciones y hacemos una combinación muy diversa”, explica.
La trayectoria musical de Joselu Anayak se remonta a 1978, cuando Javier, Joselu, Andoni, Félix y Jesús –de mayor a menor– fundaron el grupo, al que se fueron incorporando de forma progresiva. Como no podía ser de otro modo, no faltarán a su cita con La Blanca. Ya lo saben: no hay fiestas sin Joselu Anayak.