Termina el año Zas Kultur cerrando no pocos capítulos, como los programas que ha llevado a cabo en Montehermoso y la sala Amárica junto a varios artistas alaveses. Pero en esa doble vía de proponer exposiciones tanto en su sede como fuera de ella, el proyecto se adentra en 2025 con dos muestras abiertas al público en la capital alavesa. La colectiva Pobreza estructural ya se puso en marcha hace unos días en el centro cultural de lo alto de la colina. Este viernes la inauguración, en la casa de la plaza San Antón, es de Estrategias (ensayo I), propuesta de Zigor Urrutia.

El poder y su ejercicio es algo que, de una manera u otra, ha estado siempre presente en la creación artística. Desde ese punto de vista, el creador de Amurrio genera un proyecto en el que se sirve del ayer y del hoy para reflexionar sobre el capitalismo y sus abusos, sobre un sistema liberal que se perpetúa a pesar del paso del tiempo. Es ahí, en las narrativas de poder, donde centra su mirada.

Discursos que se repiten

Este viernes, la apertura de la muestra se producirá a las 19.30 horas. A partir de este momento, el público podrá acercarse hasta Zas Kultur a conocer de primera mano una exposición que permanecerá abierta hasta el 15 de febrero de 2025. Durante las primeras semanas, además, la obra de Urrutia va a ser la única presente en el local de San Antón, lo que le permite desplegar sus piezas desde el escaparate hasta el último rincón. 

Una de las creaciones de Zigor Urrutia Jorge Muñoz

En ese tránsito van a apareciendo distintas obras, aunque entre ellas hay lazos de unión, tanto en las formas como en los fondos. Pero sobre todo se hace presente ese juego entre la historia del arte y los discursos en torno al mencionado poder que se van repitiendo, puesto que el sistema permanece inalterable. En este sentido, para el artista hay dos elementos fundamentales a la hora de crear. Por un lado, las propias referencias a los autores que le han precedido. Por otro, la preocupación por el lenguaje y su uso.

La importancia del lenguaje

Con la referencia de la Torre de Babel –“que era una estructura de poder en sí misma”–, en varias de las piezas se sirve de la palabra, pero no solo escrita. Por ejemplo, una de las obras, de carácter audiovisual, invita a escuchar al traductor automático de Google un texto que se repite sin fin, un ejemplo de ese afán de uniformizar todo. “El lenguaje aparece como un mecanismo que regula y manipula la percepción colectiva, oscilando entre luces y sombras, lo material y lo simbólico”, explican desde Zas.

Una de las creaciones de Zigor Urrutia Jorge Muñoz

De todas formas, todo material usado por el autor esconde una razón. Es el caso del acero, por ejemplo. Remite a ese pasado laboral de Euskal Herria que ahora parece muy lejano, aunque en realidad no lo es tanto. Lo hace de manera intencionada, como cuando crea manos con cera de abeja. Nada está al azar. Todo tiene su base.

Así, Urrutia aborda conceptos como la memoria colectiva, el lenguaje como herramienta de control y la conexión entre el presente y el pasado a través del arte. También analiza los discursos históricos del arte y los confronta con las dinámicas del capitalismo neoliberal, donde el individualismo convierte al sujeto en una marioneta de intereses ajenos. A través de sus piezas, cuestiona la certeza y el esfuerzo por alcanzarla, señalando cómo el sistema promueve una producción constante que enmascara el pasado como futuro. Reflexiona sobre las estructuras de poder y explora la cultura de la simulación y las verdades fabricadas.