Parece que fue ayer. Pero no. Han pasado dos años desde que el Festival de Jazz de Gasteiz y el Principal se vieron por última vez las caras. La pandemia impidió el habitual reencuentro en 2020. Pero el paréntesis por fin se ha cerrado esta tarde. Y lo ha hecho de la mano del cuarteto del guitarrista Miguel Salvador, que ha regresado a la capital alavesa para presentar su último disco, Geroago/Diez años después, que vio la luz el año pasado.
Es conocida y pública la afición del músico bilbaíno por la montaña y, por supuesto, ella ha sido la gran protagonista de la velada, a excepción del tema que el intérprete ha dedicado a su madre. Todo ello en un teatro con algo más de media entrada, más allá de las limitaciones de aforo que impone la pandemia.
Tanto Salvado como el resto de su cuarteto han mostrado en todo momento una solidez férrea. No es para menos, porque calidad tanto en él como en sus acompañantes hay de sobra. Así lo han vuelto a demostrar Jonathan Hurtado (muy destacado en su labor al piano), Marcelo Escrich (que al contrabajo podría sostener él solo a cualquier formación se dedique al jazz o al género que sea) y Gorka Iraundegi (batería que ha sabido cumplir con ese papel secundario pero imprescindible que pedía el recital).
Con todos esos elementos, bis incluido, se ha vivido este esperado reencuentro. También con un Miguel Salvador que hacía demasiado tiempo que no tocaba en Vitoria. Es de esperar que regrese pronto a la capital alavesa. Ha estado un buen rato firmando discos en el ambigú del teatro.