- Desde que pasó su infancia en la isla de Pascua, Mahani Teave, una de las pianistas más virtuosas de la historia de Chile, no ha permitido que nada la aleje de sus raíces, ni siquiera la fama. La artista regenta la primera academia de música para niños allí. “Mi mejor legado es unir a tanta gente de todo el mundo en un proyecto como esta escuela”, afirma la pianista, cuya vida inspiró el documental Song of Rapa Nui, nominado a un Emmy.

Entre las playas tropicales y los turísticos moáis de la Isla de Pascua, ubicada en la Polinesia a 3.600 kilómetros del continente americano, creció esta artista que ahora tiene 38 años y cuyo último disco, Rapa Nui Odyssey, fue número uno este año en el ranking Billboard de música clásica, un logro para ella “inimaginable”.

Teave se pasó toda su juventud formándose para ser una erudita concertista, pero justo cuando estaba coqueteando con la fama decidió dejarlo todo para cumplir su sueño: abrir la primera y única escuela de música de la isla para que los niños nativos no tuvieran que irse para estudiar, como tuvo que hacer ella.

“La música es una de las cosas que más profundo cavan en el alma de los niños y que más los marcan y cambian sus vidas”, dice. En Rapa Nui -el verdadero nombre de la isla de Pascua- muchos niños “no tienen los recursos necesarios o los instrumentos” y con este centro educativo pueden disfrutar de clases de piano, violín, cello e instrumentos tradicionales como el ukele, relata.

Teave nació en Hawái y se mudó a Rapa Nui con tan solo un año. Allí se interesó pronto por la música y, gracias a una profesora alemana exiliada y al pianista chileno Roberto Bravo, pudo formarse. Tras diez años por Europa y Estados Unidos, volvió a la isla donde después conoció al estadounidense David Fulton, un exviolinista de la Sinfónica de la Universidad de Chicago, que llegó como turista en un crucero y la convenció para que grabara su primer disco. Teave, grabó poco después en Estados Unidos su primer y único LP hasta la fecha, Rapa Nui Odyssey.