- Todo estaba preparado para vivir a lo grande la decimonovena edición del Azkena Rock Festival tanto este viernes como el sábado en la capital alavesa. De nuevo, miles de personas iban a reunirse en Gasteiz para disfrutar de la música en directo y también de una ciudad que se ha convertido en su referencia anual por estas fechas. Pero el covid-19 se ha cruzado en el camino y el certamen, que como siempre cuenta con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA como medio oficial, ha tenido que aplazar su encuentro en Mendizabala hasta 2021 (los días, 17, 18 y 19 de junio, en concreto). Aún así, este retraso ha venido acompañado por diferentes medidas pensando tanto en esas fechas como más a corto plazo. Para dentro de doce meses se han conseguido retener a muchos de los artistas de este 2020, además de incluir novedades como la recuperación de una tercera jornada y la presencia ya confirmada de Iggy Pop. Pero además, para esta misma semana se ha diseñado una versión on-line con más de diez horas de música, entrevistas, anécdotas... y también sorpresas, una propuesta que se va a llevar a cabo los mismos 19 y 20 a través de la web del festival y de Youtube. No va a ser lo mismo, eso seguro, pero la propuesta de un encuentro on-line para este viernes y sábado parece que ha conseguido una más que aceptable aceptación por parte de los fieles a un evento siempre especial.

Se hace extraño estar en estas fechas y que no se produzca el Azkena Rock Festival. Después de tanto trabajo invertido en esta edición desde hace más de un año, ¿cuáles son sus sensaciones?

-Estamos muy descolocados, llevábamos casi 19 años haciendo lo mismo año tras año. En estas fechas deberíamos estar cargados de tensión y responsabilidad, esperando a que llegase la gran fecha en la que levantamos el telón. Va a ser un año raro, tendremos que resignarnos, aprovechar el tiempo y luchar por recuperar todo lo perdido.

Es evidente que el aplazamiento conlleva unas consecuencias económicas importantes. ¿Es lo que más le preocupa de cara a la viabilidad futura tanto del festival gasteiztarra como del propio Last Tour, teniendo en cuenta en este último caso que también se ha aplazado una cita como el BBK Live, sin contar con otros conciertos que lleva la promotora?

-Sí, es muy preocupante. Nosotros hemos cancelado estos dos grandes festivales y más de 250 conciertos. Son unas pérdidas económicas muy fuertes, ahora tendremos que endeudarnos nuevamente, ya lo hemos hecho en varias ocasiones, porque el festival ha generado perdidas en varias ediciones. La diferencia es que ésta es más dolorosa, el asumir unas fuertes perdidas sin siquiera llegar a realizarlo, sin que la gente pueda trabajar, sin que veamos buenos conciertos, sin que disfrutemos en Mendizabala... así, se lleva bastante peor.

¿Ha echado de menos que el Gobierno central no tomase una decisión a la hora de saber qué hacer tanto con este festival como con el resto de eventos que se producen en el Estado, que diese un paso como sí se ha hecho en otros países europeos?

-Tampoco lo esperaba, soy consciente del país en que vivimos y lo poco que se cuida la cultura. Que lo hubiesen hecho habría sido una agradable sorpresa.

¿Qué reacción ha tenido la propuesta tanto de guardar abonos y entradas para el año que viene, como la iniciativa de la camiseta solidaria con los trabajadores externos del festival?

-Muy buena, la mayor parte de la gente se ha quedado el abono para el año siguiente. Y seguimos vendiendo muchas camisetas, ojalá se sigan vendiendo muchas más para que podamos ayudar en lo que podamos a todos los profesionales autónomos que trabajan en torno al festival y se han quedado sin trabajo y coberturas.

¿Se le ha pasado por la cabeza que en 2021 tampoco se pueda celebrar?

-Por la cabeza me pasa de todo, y esa es una de ellas, pero quiero creer que no, que la ciencia nos ayudará a recuperar la normalidad antes.

Si se puede llevar a cabo, ¿nos esperan más sorpresas más allá de la ampliación a tres días?

-Estábamos trabajando en muchas cosas, veremos cómo evolucionan. Nos hemos quedado muy tocados económicamente, así que en buena medida todo dependerá de la evolución de las ventas y la capacidad que tengamos de sumar patrocinadores.

Vitoria y Azkena, son dos conceptos unidos. ¿Qué decirle a la ciudad y qué decirle a los miles de azkeneros?

-Es una de las cosas que más nos duele, el que mucha gente no haya podido trabajar en torno al festival. Todos los técnicos, asistentes, stage managers y otros profesionales que trabajan en estos eventos; y por otro lado, todos los relacionados con el impacto en la ciudad: bares, hoteles, taxis, restaurantes, tiendas... Volveremos, y lo haremos con la misma o más fuerza, recuperaremos la sintonía, volveremos a disfrutar del festival y de la ciudad durante muchos años.

¿Qué respuesta o interlocución ha encontrado en las instituciones más cercanas?

-Muy positiva, todas las partes éramos conscientes del contexto, de la dificultad y la necesidad de que lo construido durante más de 18 años no se perdiese por una circunstancia como ésta. Cuesta muchísimo construir un gran evento.

Más allá del festival en sí, es evidente que estamos en un momento muy complicado para la música en directo. Hay demasiadas incertidumbres. ¿Cómo cree que se va a poder volver a la actividad? ¿Qué medidas serían necesarias?

-Los espectáculos en vivo con entrada posiblemente sean los más fáciles de regular e incluso de sacar mucha información de ellos, creo que se está perdiendo mucho tiempo no poniéndolos a funcionar con protocolos sanitarios. Aparte de recuperar actividad, cultura y empleo, son muchísimo más fácil de ordenar y regular que lo que estamos viendo en vía pública y espacios. Prácticamente todo el público compra las entradas on-line, sería muy fácil comunicarse con ellos y sacar una data muy valiosa para la desescalada y vuelta a la normalidad.

Hay cierto miedo a la estigmatización de los conciertos y otros eventos culturales como focos de contagio. ¿Cómo atajar eso? ¿Qué se le puede decir a la gente?

-Tiene que ver más con la banalización y desprecio a la cultura que con la realidad. Existen ya países como Suecia, Portugal o Alemania que han recuperado hace tiempo actividades culturales hasta de 2.000 personas. Aquí vemos que es lógico que se reúnan personas anónimas a miles en espacios públicos, transportes... pero que puedan ir 800 personas a un teatro totalmente identificadas a través de la entrada, en recintos con múltiples puertas de acceso y salida, con grandes espacios... eso no lo hacen viable. No sé, yo me atrevería a decir que simplemente es una muestra más de cómo se trata a la cultura en España.

Después de la crisis económica de 2008, ¿esta situación puede ser la puntilla para muchos proyectos, salas de conciertos, estructuras profesionales...?

-Sí, nuestro sector es uno de los que necesita tiempo para seguir avanzando en la profesionalización, esas grandes catarsis consiguen hacernos volver hacia atrás de forma cíclica, muchos desaparecerán en el camino, otros cambiarán de profesión, y los más débiles serán los que más sufran, como viene pasando en estas situaciones.

En su caso, ¿en algún momento de estos meses ha pensado que tal vez habría que tirar la toalla?

-No, yo vengo desde muy atrás y ya he pasado un puñado de crisis, las sociales que nos han afectado a todos, y varias más que tienen que ver con muchos de los riesgos que asumimos en esta profesión de promotor, donde todo el día nos estamos jugando muchísimo dinero. Vender entradas no significa ganar dinero, ni siquiera cubrir costes, hemos perdido dinero en muchísimas ocasiones, algunas veces pequeñas cifras y otras cantidades mayúsculas. Eso te curte, si no estás preparado para asumir grandes riesgos no sobrevives como promotor musical. Se sufre, y mucho, pero aprendes a adaptarlo a tu profesión como una parte más de tu camino.

El rock ha sobrevivido a muchas cosas, ¿lo hará al covid-19?

-Sí, el rock lleva más de 60 años en activo, aparecen y desaparecen géneros, pero el rock siempre ha estado ahí y seguirá. Vendrán nuevas bandas que lo alimentarán y dignificarán. Las canciones son imperecederas, y en eso el rock tiene la colección más grande la historia de la música, un legado que vivirá mucho más allá del fin de nuestros días.

"La mayor parte de la gente se ha quedado el abono para 2021. Y seguimos vendiendo muchas camisetas solidarias"

"Asumir unas fuertes perdidas sin llegar a realizar el ARF, sin que la gente pueda trabajar, sin ver buenos conciertos... se lleva bastante peor"

"Los espectáculos en vivo con entrada posiblemente sean los más fáciles de regular e incluso de sacar mucha información de ellos"