- La bailarina Zuriñe Benavente, directora de la compañía vitoriana Altraste Danza y del proyecto danzÁlava, ha sido la ganadora en los Premios de la Crítica de las Artes Escénicas de Cataluña en la categoría de la mejor interpretación femenina en danza por su participación en la pieza On Goldberg Variations/Variations de la compañía catalana Mal Pelo dirigida por María Muñoz y Pep Ramis.

A pesar de las circunstancias, seguro que más que contenta.

-Por supuesto. Al final que, a pesar de todo y en estos tiempos revueltos, se reconozca un trabajo que has hecho y que se te tenga en cuenta y se ponga en valor tu labor, es algo que a una le pone muy contenta.

Lo ideal hubiera sido poder ir a recoger el premio.

-Sí, aunque en la fecha que estaba prevista la entrega también tenía mis dudas. Iba a ser el 21 de marzo pero yo salía de cuentas el 19, así que estábamos pensando en cómo hacerlo (risas). Así que era todo un poco locura. Cuando ya era inevitable el retraso de la gala, pensé que igual era posible acudir a la nueva fecha, pero al final se ha optado por hacer una entrega on-line, aunque no se ha descartado que en algún momento futuro se pueda hacer algo presencial.

Es un galardón importante, de eso no hay duda. ¿Cómo lo recibe?

-Como ha pillado con todo lo que estamos viviendo como sociedad, con todos nosotros mucho tiempo encerrados, lo vivo con ilusión y emoción, pero a la vez también me llega en un momento raro porque no sabes cómo va a evolucionar la situación con la cultura. Al final, lo que quiero como artista es que podamos salir adelante, podamos trabajar y vivir de lo que somos y nos gusta. Sí, tengo un premio importante pero ¿qué va a pasar con nuestro futuro, con lo que más amamos? Es una situación que te deja un cuerpo extraño. Pero también tengo esperanza. Somos fuertes y saldremos de esto. La cultura es necesaria. Más allá de esto, el premio es un valor, una forma de respaldar lo que haces y esperemos que una manera de que sigan saliendo cosas. Espero que haga un poco de trampolín.

¿Cuándo fue la última vez que actuó con este montaje?

-En noviembre. Después ya tenía que parar por el embarazo. Estuvimos en Madrid y Granada. Y, en principio, volvemos a actuar este agosto.

Seguro que le parece que ha pasado una eternidad desde aquello...

-(Risas) Y tanto. Hace un año y pico que estábamos en el proceso de creación y ahora me pregunto: ¿dónde queda todo aquello? Tengo muchas ganas de volver. Además, después del premio, es como si tuviera más ilusión por regresar a trabajar.

De hecho, el programa danzÁlava volverá a principios de julio, le esperan esas nuevas actuaciones que mencionaba en agosto... Ya sea en la nueva normalidad o como se quiera llamar, supongo que está con muchas ganas.

-Muchísimas. Además, el 25 de septiembre, como Altraste Danza, estrenamos una pieza nueva -Mientras llueva- que se podrá ver en el Teatro Félix Petite. Así que parece que la rueda empieza de nuevo a ponerse en marcha. En mi trabajo me llena mucho vivir las cosas como son en cada momento, así que nos amoldaremos a esta nueva situación sin problema.

Un confinamiento extraño en su caso, entre la maternidad, el premio...

-Está siendo un confinamiento muy, muy raro (risas). Nosotros vivimos en un pueblo apartado y parece que nos encanta estar solos, pero te das cuenta de que sin el contacto con las personas, pierdes. Además, el hecho de ser madre y estar así nos ha llevado a que hay gente de nuestro entorno que no conoce a la niña. Es todo como muy raro. Vienen alegrías pero somos sociales, y las alegrías las quieres compartir con el resto de personas. No poder hacerlo como te gustaría es extraño, pero bueno, es lo que nos ha tocado.

Aunque el premio se hizo público ayer vía on-line, ¿alguna celebración casera, una copita de algo...?

-(Risas) Ha sido una gala confinados. Hemos hecho una pequeña grabación cada uno de los premiados y es lo que se ha emitido. Es una gala desde casa pero también es una excusa, después de ser amatxo, para tomarme un sorbito de vino.