Cuando sales con alguien por primera vez, con la simple idea de pasarlo bien, es posible que tengas mentalmente una lista de cualidades: que sea divertido, te haga reír, se lleve bien con tus amigos, o incluso muestre geniales aptitudes en el dormitorio, si ocasionalmente se terciara. Pero cuando empiezas a pensar en esa persona como pareja amorosa o compañera de vida, hay otras cualidades más profundas que deberás tener en cuenta si quieres que florezca una relación a largo plazo y beneficie tu bienestar mental y social.  

Método CCC

Hay tres componentes diferentes que deben alinearse antes de que tú reconozcas a alguien como la persona adecuada para enamorarte y compartir tu vida con ella. Son tu Cabeza, tu Corazón y tu Climax (el llamado método CCC).

Son tres los elementos que compiten para adueñarse de tu voluntad a la hora de tomar una decisión respecto al amor. Los tres se hacen pasar por verdaderos y es importante escuchar a los tres para hacer la mejor elección posible. Pero el problema es que no siempre funcionan juntos. Lo que tienen en común los tres elementos es que son distintos.

La Cabeza te indica que la persona en la que te has fijado es adecuada. Te atrae físicamente, es práctica, inteligente y educada. Además, vive en tu propia ciudad, tenéis creencias similares, estáis de acuerdo en querer tener o no hijos... Así que, tu Cabeza se inclinará a decirte que tiene sentido juntarte con esa persona porque te ayudará y beneficiará tu estado emocional. Pero no te precipites, la mayor fuerza para crecer se encuentra en tu capacidad de elegir.

Por su parte, el Corazón te formulará preguntas como: ¿Podrías tener con esa persona una conversación íntima durante horas y estar interesado en lo que dice? ¿Te sientes intrigado, inspirado o incluso asombrado por su presencia? ¿Te sientes respetado ? ¿Te inspira suficiente confianza? Tras estas reflexiones con resultado positivo, escucharás, sin duda, con suficiente atención a tu propio Corazón. Quizá incluso sentirás como un flechazo…

Pero hay otra tercera parte en juego, el Climax. Tus preferencias fisiológicas y sexuales pueden anular incluso las mejores intenciones de los otros dos competidores, la Cabeza y el Corazón. Te preguntas si la persona que has conocido podría hacerte sentir excitado siempre. Si la encuentras fundamentalmente sexy.

Hasta examinas con detalle si hay algo en ella que podría interferir en tu deseo sexual (sus manos, su dentadura, su mirada, etcétera). Aunque el Climax tratará de defender tus necesidades físicas y sexuales, enamorarse sólo por el atractivo físico, sin tener en cuenta las sugerencias de la razón o la de los sentimientos puede hacerte cometer graves errores. Aunque lo grave no es cometerlos, sino no corregirlos a tiempo. 

Resultados

El riesgo que se corre al elegir pareja escuchando solo una de las tres voces del método CCC es alto. Por ejemplo, una persona puede quedar deslumbrada por las propiedades o actividades que la otra le ofrece, sentirse excitada por su parte divertida. Es decir, por los momentos gozosos o entretenidos, pero sin conexión con tu corazón o tus sentimientos. 

Aun siendo importante la atracción sexual, ésta no basta para garantizar una larga duración de la vida en común. Hay que desconfiar de ese otro mito del amor que hace pensar que habiendo atracción sexual todo vendrá rodado después.  

Por otra parte, sabemos que ninguna pareja está de acuerdo en el 100 por cien en todo y todo el tiempo. De lo contrario, además de resultar una relación muy aburrida, nada de lo que se cuenta en este artículo tendría ya sentido. Pero tener similares creencias es vital.

CLAVES PARA QUE UNA PAREJA FUNCIONE

La comunicación es clave

Una comunicación leal, honesta, comprensiva, respetuosa y empática con las emociones y necesidades del otro es fundamental. Es uno de los aspectos más importantes para mantener a flote una relación de pareja y seguir mejorando los lazos entre ambos miembros. Las parejas que tienen una buena comunicación propician que sus vidas funcionen mejor y más fácilmente. 

Conocer las cualidades e imperfecciones del otro

Conocer de antemano las virtudes y los defectos del otro ayudará a decidir si esa persona es la correcta para vivir a su lado. Pero la relación de pareja es una calle de doble sentido. También tú debes comportarte sin sobreactuar para que tu posible pareja te descubra. No hay que esperar que sea una sola parte la que haga el trabajo duro de adaptarse al otro. Hay que aprender a estar de acuerdo en no estar siempre de acuerdo. 

Relación con uno mismo

Tener que relacionarse con uno mismo suena raro o divertido porque ni la sociedad ni los libros se ocupan demasiado de ello. Pero conocerse uno mismo es muy importante para relacionarse con los demás y muy especialmente con la persona con la que quieres compartir tu vida. El autoconocimiento te permitirá conocer tu grado de tolerancia con las imperfecciones de los demás. Nadie espera que tú seas perfecto, sino sólo que brindes la mejor versión de ti mismo.

Comunicación abierta

Permanecer en una constante comunicación abierta y curiosa tanto contigo mismo como con la otra persona permite disponer de mucha información para tomar decisiones correctas y ver las cosas desde otra perspectiva. No sólo la tuya. El sol nace igual para todos, pero la sombra puede ser mejor para algunos.