El Baskonia puso fin a sus escasas opciones de alcanzar las eliminatorias de la Euroliga con aún cinco jornadas por disputarse de la peor forma posible: cayendo en cancha del Alba Berlín, colista de la Euroliga, con una actuación desquiciante que vuelve a demostrar que este equipo y la regularidad son incompatibles. La defensa brilló por su ausencia en un encuentro en el que se jugó a lo que quería el Alba Berlín, con ambos equipos yendo de un lado a otro de la cancha sin control y los alemanes disfrutando del caos y sentenciando bastante antes del desenlace.

Pablo Laso, que recuperó a Baldwin para la causa, pero perdió a última hora a Samanic por gripe, se decantó por el mismo quinteto inicial de los últimos partidos formado por Forrest, Luwawu-Cabarrot, Sedekerskis, Moneke y Diop, que volvió a protagonizar una buena puesta en escena para después perder fuelle. Las imparables penetraciones de Moneke, autor de diez puntos en el primer cuarto, marcaron el tono del encuentro en unos primeros compases de mucha anotación y escasa consistencia defensiva.

Un triple de Luwawu-Cabarrot colocó una renta de 6-14 para el Baskonia, pero a partir de entonces, tal vez por exceso de confianza al verse superiores a su rival, llegó un parcial de 10-0 con el que el Alba logró darle la vuelta al marcador. La entrada de McDowell-White, Thomas y Procida desde el banquillo elevó las prestaciones ofensivas de los alemanes, que aprovecharon su acierto exterior y las pérdidas y la contemplativa defensa visitante para cerrar el primer cuarto por delante (26-24).

En la reanudación, Hermannsson y Wetzell intentaron ampliar la brecha mediante sus conexiones en acciones de bloqueo y continuación, momento en el que Howard, que estaba sufriendo en defensa ante Delow, asumió responsabilidades en ataque anotando y sobre todo asistiendo para devolver a su equipo el mando del partido.

La ventaja gasteiztarra llegó a alcanzar los cinco puntos con el 35-40, pero no pasó de esa barrera y el Alba Berlín, feliz de que el partido fuera un correcalles con predominio del ataque y las posesiones cortas por encima de la defensa, mantuvo su ritmo anotador para colocarse por delante cuando Howard, por quien estaban pasando tocas las acciones azulgranas, se apagó. Tampoco ayudaron los rebotes ofensivos concedidos, que facilitaron que el Alba alcanzara 50 puntos al descanso (50-46).

Sin orgullo

Al regreso de vestuarios, el guión no cambió y se siguió jugando a lo que quería el Alba Berlín, que con un triple de Hermannsson estableció una renta de nueve puntos (59-50) que empezaba a ser preocupante para los alaveses. Khalifa Diop, en una de sus mejores actuaciones en Euroliga, intentó elevar el tono defensivo del equipo y se movió bien en las continuaciones para, junto a alguna acción aislada de Forrest y Luwawu-Cabarrot, lograr acercar a los suyos a dos puntos antes de regresar al banquillo (61-59, min. 26).

Esa mínima garra mostrada por el senegalés se perdió cuando fue sustituido por Hall y el Baskonia volvió a cometer pérdidas y dar facilidades a Thomas, que tuvo una noche impecable en el tiro y sobresalió especialmente en el tramo final del segundo cuarto. Rogkavopoulos, que protagonizó un vistoso duelo de tiradores con él, fue la única razón por la que el Baskonia llegó aún con vida a los diez minutos decisivos (75-69).

Necesitaban los alaveses reaccionar, pero el comienzo del último cuarto fue desesperanzador. El equipo no logró ni siquiera tirar en el primer minuto y medio, Howard y Forrest perdieron dos balones y los nefastos balances defensivos permitieron a Thomas elevar la diferencia por encima de los diez puntos, aunque lo más indignante fue la parsimonia y dejadez generalizada.

Rogkavopoulos y Diop fueron de lo poco salvable de un Baskonia que, tras el 82-71, tiró la toalla, destapó aún más sus carencias y permitió al Alba Berlín, que no ganaba en casa en Euroliga desde hace cuatro meses, divertirse a su costa y sentenciar el choque con tres minutos y medio aún por disputarse con el 91-74. Los últimos compases no sirvieron más que para alargar un suplicio que, ya sin esperanzas de alcanzar el play in, durará cinco jornadas más. No queda otra que centrarse en la ACB para intentar salvar este decepcionante curso.