La historia de siempre. Una película ya vista demasiadas ocasiones por los aficionados baskonistas a lo largo de esta temporada. Un Baskonia inoperante, demasiado blando atrás y sin rumbo en un segundo cuarto desastroso se vio condenado otra vez más a la épica en la segunda parte para tratar de lograr una heroica victoria que no llegó tras ahogarse de nuevo en la orilla.
A los de Pablo Laso se le fundieron los plomos entre el final del primer cuarto y casi todo el segundo.
Desde que Samanic anotase desde el tiro libre el empate a 18 a falta de 1:48 minutos para la conclusión de los primeros 10 minutos hasta el 45-20 que puso en el marcador Sterling Brown cuando se habían disputado 7:44 del segundo cuarto, el Baskonia había encajado un más que doloroso parcial de 27-2 en 9:30 minutos.
Demasiado duro. Un agujero negro de enormes dimensiones. Fundidos a negro en ataque y defensa. Atrás, los jugadores del Partizan anotaban con demasiada facilidad. El 70% en tiros de 2 (7/10) así lo confirma. Bandejas fáciles, mates sin oposición tras ejecutar a la perfección el pick&roll o tiros liberados permitían a los de Obradovic anotar con demasiada facilidad.
LAS BALAS DE JONES Y BROWN
Sterling Brown, autor de 15 puntos con unos excelentes porcentajes –6/7 (85,7% en tiros de 1 y 1/1 (100%) en triples– y Carlik Jones –8 puntos, 3 rebotes y 3 asistencias para 16 créditos de valoración hasta el descanso–, estaban masacrando a un Baskonia demasiado blando atrás.
A sus males en defensa había que añadir su inoperancia en ataque. Buena prueba de ello es que el conjunto vitoriano llegó al descanso con tan solo 25 puntos, los mismos que había anotado el Partizan en los primeros diez minutos.
Demasiado poco. Sobre todo en un segundo cuarto en el que los de Laso tan solo anotaron 7 puntos merced a una canasta de Jaramaz al inicio de estos segundos diez minutos, otra de Luwawu-Cabarrot y un triple del peleón Rogkavopoulos.
Atascado y sin ideas. Inmerso en ese agujero negro del que no sabía cómo salir. Atrapado en su espesura, se vio a un Baskonia que cometía los mismos errores vistos durante toda la temporada. Incapaz de jugar con fluidez y dependiendo exclusivamente de su calidad individual para anotar ante la falta de otros recursos colectivos.
Diferencia abismal en la estadística
La escuadra gasteiztarra vio cómo era desarbolada durante esos horribles 9:30 minutos por un Partizan que no desaprovechó los regalos para hacer aún más grande la herida y llegar con una cómoda renta a los vestuarios (45-20).
La herida fue de enormes dimensiones como reflejan las estadísticas. Y es que el Baskonia firmó unos números paupérrimos en ese segundo cuarto. El cuadro vitoriano firmó un pobre 2/9 (22%) en tiros de 2, un 1/3 (33%) en triples y un 0/2 en libres.
En esos 10 minutos tan solo dio una asistencia, no robó ningún balón y cometió la friolera de seis pérdidas para no sumar ni tan siquiera punto alguno como equipo en valoración. Un rosco. Desnortado.
La diferencia en esos 20 primeros minutos en las estadísticas con su rival fue abismal. El Partizan acabó con 64 puntos de valoración por los 11 del Baskonia. Los de Belgrado casi doblaban en porcentaje de tiros de 2 al cuadro alavés con un 66,7% (14/21) frente a un 35% (7/20).
Escandalosa fue la diferencia en asistencias –8 a 3 para los balcánicos–, robos –7 a 0– y sobre todo en pérdidas –1 para los de Obradovic y 8 para los de Laso– en esos 20 primeros minutos. Estos números lo dicen todo. La mejoría tras el descanso fue insuficiente.