El momento más dulce de Rogkavopoulos en el Baskonia
Los números del alero griego en el último mes de competición lo convierten en uno de los puntales del ataque azulgrana
Si algo ha caracterizado al Baskonia esta primera mitad de temporada es su irregularidad. El conjunto gasteiztarra, condicionado por un calendario que no da tregua, las lesiones y una plantilla corta, está sufriendo constantes altibajos, siendo la abultada derrota en casa del Bàsquet Girona y las grandes actuaciones contra el Olympiacos y el Panathinaikos el mejor ejemplo reciente. Esta inconsistencia se está reflejando también en el rendimiento individual de los jugadores, aunque hay uno que está mostrando una gran regularidad en el último mes y que pasa por su mejor momento desde que llegó al Baskonia: Nikos Rogkavopoulos.
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Al alero griego le costó mucho trabajo hacerse un hueco en la rotación la pasada temporada, en la que, tras la destitución de Joan Peñarroya, no logró ganarse la confianza de Dusko Ivanovic hasta el tramo final de la campaña, cuando se convirtió al fin en una pieza de peso para el montenegrino.
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Tras haberlo logrado, sin embargo, llegó en verano el cambio de entrenador y le tocó volver a empezar desde cero para conseguir convencer a Pablo Laso. En los primeros encuentros de la temporada no consiguió rendir al nivel alcanzado al final de la etapa de Ivanovic, pero con el paso de las jornadas ha ido entonándose, mejorando sus condiciones físicas y sus números hasta convertirse en estos momentos en un imprescindible para el gasteiztarra entrando desde el banquillo.
Un mes de ensueño
Aunque ya tiene una extensa trayectoria como profesional a sus espaldas (debutó en la segunda división griega con 16 años), Rogkavopoulos aún es un jugador joven y en progresión, como se puede apreciar por su evolución desde la llegada a Vitoria-Gasteiz en el verano de 2023. En su primera temporada en el Baskonia promedió unos discretos 5,2 puntos, 3,2 rebotes y 4,7 créditos de valoración de media en 16:35 minutos en ACB y 4,9 puntos, 1,3 rebotes y 4 créditos en 12 minutos en Euroliga, números que han crecido notablemente en su segunda campaña.
Este curso, el de Marousi registra 9,6 puntos, 3,7 rebotes y 9,9 créditos de valoración en 19:12 minutos en ACB y 9 puntos, 3,6 rebotes y 8,7 créditos en 17:19 minutos en Euroliga, cifras que duplican a las conseguidas la campaña pasada. Eso sí, esta mejoría es consecuencia en gran parte del espectacular último mes que ha realizado el griego.
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El pasado 12 de diciembre, cuando Rogkavopoulos registró la máxima anotadora de su carrera en la Euroliga al anotar 19 puntos en casa de la Virtus Bolonia, algo cambió en su confianza y desde entonces ha sido uno de los mejores jugadores del Baskonia, si no el mejor. En los 15 choques que ha disputado el cuadro vitoriano desde ese día, ha superado los diez puntos en once ocasiones, lo cual habla muy bien de su regularidad.
En ese margen de tiempo sus números son de 11,5 puntos, 5 rebotes y 11,4 créditos de valoración en algo más de 19 minutos de media en la Euroliga y de 12,3 puntos, 4,7 rebotes y 12,3 créditos en 23 minutos en ACB. Un primer espada con todas sus letras.
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Es cierto que las bajas de Luwawu-Cabarrot primero y Tadas Sedekerskis después han facilitado que el protagonismo del alero griego aumente, pero a este nivel va a ser difícil que le quiten minutos incluso cuando toda la plantilla esté sana. En un equipo en el que no sobran los tiradores, Rogkavopoulos es un excelente recurso para poder abrir la cancha. No necesita el bote para anotar y cuenta con una mecánica de tiro muy rápida, además de ser capaz de anotar también mediante cortes a canasta.
No son pocas las ocasiones en las que su ingreso en cancha le ha cambiado la cara al equipo y ha sido diferencial sumando muchos puntos en pocos minutos. Por si fuera poco, se le ve físicamente en su mejor momento desde su llegada a Vitoria, más fino y enérgico que nunca, y su incansable trabajo en el rebote en ambos lados de la cancha lo convierten en un activo valioso para Laso incluso los días en los que no está atinado desde el perímetro.
Contrato hasta 2026
Es cierto, por otro lado, que aún comete algunos errores y desconexiones que deberá corregir, como la falta técnica por protestar que le señalaron en el epílogo del encuentro contra el Panathinaikos del pasado viernes y que provocó un tremendo enfado de Pablo Laso, que lo sentó y no volvió a recurrir a él. En cualquier caso, el griego está creciendo bajo el mando del preparador vitoriano y no extraña que empiece a llamar la atención de algunos equipos de la Euroliga.
En las oficinas de Zurbano pueden estar tranquilos de momento, ya que Rogkavopoulos firmó un contrato por tres temporadas que expirará en el verano de 2026. Eso sí, el de 2025 será el último verano en el que la entidad pueda obtener rédito económico por uno de los jugadores más prometedores de su plantilla antes de que pueda quedar libre. Habrá que esperar a ver cómo avanza el curso, pero si el nivel del último mes se mantiene tal vez el club deba empezar a plantearse un nuevo contrato.