El Baskonia, aunque ya tenía asumido que no participaría en la Copa del Rey de Gran Canaria desde su abultada derrota en cancha del Bàsquet Girona el pasado 12 de enero, confirmó matemáticamente su primera gran decepción de la era Laso el pasado domingo, cuando su victoria ante el Breogán resultó insuficiente para terminar la primera vuelta en el Top 8 de la ACB.
Clasificarse para el torneo del KO, una cita marcada en rojo en el calendario de los aficionados baskonistas, es una obligación para un club que, además de encontrarse entre los presupuestos más altos de la competición, presume de haber obtenido el título de campeón de la Copa del Rey en seis ocasiones. Pese a ello, quedarse fuera de su torneo fetiche se está convirtiendo preocupantemente en una costumbre los últimos cursos, ya que los vitorianos se han perdido cuatro de las seis ediciones recientes (Gran Canaria 2025, Málaga 2024, Granada 2022 y Málaga 2020).
En cualquier caso, no queda más remedio que pasar página y pensar en los siguientes partidos, ya que la competición no se detiene y la discreta primera vuelta del equipo, que ha terminado con un balance negativo de 8 victorias y 9 derrotas, le pone también las cosas muy difíciles para su próximo objetivo doméstico, que no es otro que obtener a toda costa la clasificación para el play off.
Momento de remontar
La victoria contra el Breogán puso la primera piedra de la remontada que deberá afrontar el Baskonia a partir de ahora en la liga doméstica para terminar la temporada entre los ocho primeros y evitar que se repita el fracaso de la pasada campaña, cuando la entidad de Zurbano se quedó fuera de las eliminatorias ligueras por primera vez desde la creación de la ACB en 1983.
Para ello, deberá completar una segunda mitad de la temporada sin fisuras, ya que parte en una posición de desventaja respecto a sus rivales más inmediatos. De hecho, el curso pasado completó una mejor primera vuelta al obtener 9 victorias en 17 jornadas, algo que se repitió en la segunda vuelta para un balance total de 18 triunfos y 16 derrotas que resultaron insuficientes para entrar en el play off, ya que el Manresa, octavo clasificado, terminó con 19 victorias.
Esta vez, la situación es aún más delicada. Para encontrar un balance peor que el 8-9 que ha registrado el Baskonia en la primera vuelta hay que retroceder hasta la temporada 1988-89. En aquella ocasión, el cuadro gasteiztarra terminó la primera vuelta con 7 victorias y 11 derrotas, aunque logró revertir la situación en la segunda vuelta con 14 triunfos en 18 jornadas que le dejaron con un balance final de 21-15. En ocasiones recientes en las que terminó con un 8-9 la primera vuelta, también logró reaccionar.
En la 2019-20, se benefició por el cambio de sistema con la pandemia y terminó ganando la liga, mientras que en la 2014-15 una gran segunda vuelta con 11 victorias y 6 derrotas le permitió terminar sexto.
Pues bien, el Baskonia deberá tomar estos precedentes como referencia y protagonizar una reacción similar, ya que no da la impresión de que sus rivales vayan a levantar el pie del acelerador. Actualmente, es el Barcelona con 9 victorias el equipo que marca la última posición que da acceso al play off, conjunto que, por el enorme nivel de su plantilla, debería ir hacia arriba con el paso de las jornadas.
Por delante se encuentran otros equipos más humildes que están realizando una excelente campaña y a los que será difícil dar caza como el Baxi Manresa y el Dreamland Gran Canaria, sexto y séptimo con 10 victorias y 7 derrotas, el Joventut de Badalona, quinto con un 11-6 y el Lenovo Tenerife, que registra 12 triunfos y 5 derrotas.
El Unicaja (14-3), el Real Madrid (13-4) y el Valencia Basket (13-4) parecen ya fuera del alcance de los alaveses. Tomando como referencia las últimas diez ediciones –sin tener en cuenta el año de la pandemia–, en cinco ocasiones el octavo clasificado sumó más victorias que derrotas, en cuatro tuvo un balance equilibrado y en una negativo. Por lo tanto, los alaveses necesitarán registrar al menos un 9-8 en la segunda vuelta para tener opciones, aunque la proyección en estos momentos es que el octavo termine con un balance de 18-16, en cuyo caso el Baskonia sólo podría perder siete partidos más.
Si se repite la situación del curso pasado, con el Manresa terminando octavo con un 19-15, el Baskonia debería completar una segunda vuelta de máximo nivel y ganar 11 partidos de 17, algo que será muy difícil teniendo en cuenta el condicionante del desgaste de competir en Euroliga. Tropiezos como las derrotas en casa ante el Andorra y el Joventut o a domicilio en Zaragoza y Girona no se pueden repetir en una segunda vuelta en la que aún habrá que visitar al Unicaja, al Real Madrid, al UCAM Murcia, al Valencia Basket o al Joventut.