El Baskonia cierra este domingo otra semana de alta exigencia a nivel físico y mental con un caliente derbi en Miribilla a partir de las 12:30 horas. Espera con las uñas bien afiladas un Bilbao Basket tan necesitado como él en una matinal donde el derrotado quedará previsiblemente muy tocado.

Las trayectorias de vitorianos y vizcaínos están siendo de lo más decepcionantes desde el comienzo de la temporada y ambos equipos comparecen en este derbi vasco con excesivas urgencias para ser tan solo el mes de diciembre.

Para el Baskonia, será definitivamente el último tren en la cada vez más complicada pelea por el billete para la Copa. A falta de ocho jornadas para que quede definido el cartel copero en Las Palmas, la escuadra alavesa tiene dos triunfos de desventaja sobre el octavo clasificado y un nuevo traspié frente al vecino vizcaíno supondría la puntilla definitiva.

Tampoco le van excesivamente bien las cosas esta temporada al Bilbao Basket, que ha perdido cinco de sus últimos cinco partidos ligueros y en el que sus dos extracomunitarios (el pívot Marvin Jones y el exterior Abdur-Rakhman) se encuentran muy señalados debido a su bajo rendimiento.

El equipo vitoriano necesita enderezar de forma urgente su errática trayectoria a nivel doméstico. Si los apuros en la Euroliga están en parte justificados debido a la feroz competencia existente, el actual decimocuarto puesto en la ACB tras el peor arranque de las últimas cuatro décadas no es propio de un club con el palmarés, la historia y la jerarquía del azulgrana.

Con una rotación más tras el pasaporte georgiano de Kamar Baldwin y pese al cansancio derivado de la competición continental, el Baskonia ya dispone de un grupo más compensado para ir subiendo poco a poco posiciones y colocarse en posiciones más reconocibles.

El peligro local, por fuera

El primer paso para satisfacer dicho objetivo deberá producirse en la caldera de Miribilla, feudo de un Bilbao Basket que se ha apagado progresivamente tras un buen comienzo de temporada.

El equipo dirigido por Jaume Ponsarnau, que viene de sumar una angustiosa victoria ante el Dinamo Sassari en la Champions League de la FIBA, está evidenciando su fragilidad en labores defensivas y no destaca precisamente por su fortaleza en el juego interior pese a que el espigado Hlinason es su jugador más valorado con prácticamente 15 créditos de media.

Casi todo el peligro de los locales se encuentra concentrado en la línea exterior gracias a la presencia de un viejo rockero como Zoran Dragic, Pantzar y Kullamae, un escolta de gatillo fácil de pésimo recuerdo para los seguidores del Baskonia.

No en vano, el estonio fue el verdugo de los alaveses en su última visita a Miribilla tras un triple mortal de necesidad en los compases finales del encuentro. Tras la fractura de escafoides de su muñeca izquierda, Rabaseda causará baja en las filas vizcaínas.

Luwawu-Cabarrot permanecerá una jornada más fuera de los planes de Laso, que en una semana de tres compromisos necesitará oxigenar al grupo. El problema es que el técnico vitoriano no encuentra excesivos recursos en su fondo de armario para evitar las minutadas de casi todos sus titulares. Además, la delicada situación del Baskonia a nivel clasificatorio obliga a no hacer excesivos experimentos.

En definitiva, una matinal en la que el Baskonia necesita recobrar sensaciones y recuperar la autoestima con una de las victorias más deseadas por la afición