La losa que arrastra el Kosner Baskonia a domicilio comienza a ser demasiado pesada. El conjunto vitoriano entró a la cancha del Zalgiris convencido de que podía poner fin a su pésima racha a domicilio y sometió al conjunto lituano durante 25 minutos, pero se derrumbó por completo a base de darse tiros en su propio pie en un último cuarto, en el que se fue del partido en un hiriente parcial de 20-2.
La puesta en escena de los vitorianos fue excelente. Con Villar de regreso al quinteto titular junto a Simmons, Diallo, Kurucs y Diop en sustitución de Howard, baja por una contusión en la cara, los hombres de Galbaiti aprovecharon los problemas de Sylvain Francisco en una mano durante los compases iniciales para poner tierra de por medio y colocar el 2-10 en el marcador en cuatro minutos de juego.
El regreso a cancha de Francisco, autor de seis puntos en dos minutos, desatascó el ataque de los locales, muy dependientes de su dirección por la ausencia de última hora de Williams-Goss. Los lituanos se acercaron a tres puntos (12-15) y el Baskonia comenzó a complicarse las cosas con la segunda falta de Diakite y Luwawu-Cabarrot, aunque Galbiati, acertadamente, mantuvo al francés en cancha y le dio la razón al anotar siete puntos en un abrir y cerrar de ojos y devolver el 12-24 al marcador, que fue un 18-24 al término del primer cuarto tras los triples de Brazdeikis y Lo.
Pese a esos dos chispazos de calidad, el Baskonia siguió dominando el encuentro durante los minutos de descanso de Francisco, con una defensa seria, criterio en ataque de la mano de la dirección de Simmons y trabajo infatigable de Kurucs sacando faltas y jugando de espaldas en el poste.
Sin embargo, cuando la estrella del Zalgiris regresaba a cancha, el partido cambiaba. Los alaveses estiraron su ventaja hasta el 18-28 y a continuación llegaron ocho puntos espectaculares del base francés con un triple, un dos más uno imposible y un tiro de seis metros punteado por Tadas para el 26-29. Tuvo que responder el Baskonia con su propia magia mediante dos triples más para la cuenta de Luwawu-Cabarrot y las acciones de bloqueo y continuación entre Nowell y Diakite, fórmula con la que se llegó con una ventaja de cinco puntos al descanso (37-42).
Hundimiento final
Ambos equipos regresaron con las pilas cargadas de los vestuarios y utilizaron esa energía para elevar sus prestaciones defensivas, logrando anularse los unos a los otros. La dureza atrás, sumada al desacierto desde los tiros libres, provocó que el parcial transcurridos los cinco primeros minutos de la segunda parte fuera de un pobre 5-7.
Desafortunadamente para los alaveses, el Zalgiris se reencontró antes con el aro y, después de haber ido nueve puntos por detrás con el 40-49, sumó a Sleva a la causa, afinó su puntería desde el perímetro, cargó el rebote ofensivo y se puso por delante en el marcador por primera vez en el encuentro (54-52) después de que Nowell fallara una bandeja solo y, desesperado, cometiera una falta con el equipo en bonus. Una postrera canasta de Kurucs dejó todo igualado para los últimos diez minutos tras un tercer cuarto de baja anotación.
El parcial decisivo arrancó con un triple de Frisch, pero tras ello el encuentro se convirtió en una cadena de despropósitos azulgranas. El Baskonia, con miedo a sumar su primera victoria del año como visitante en la Euroliga, entró en bonus a los dos minutos, Spagnolo perdió dos balones absurdos, a Simmons se le nubló la vista en la dirección, Diallo comenzó a tomar malas decisiones...
Y el Zalgiris, lógicamente, aceptó con gusto el regalo. Brazdeikis volteó el marcador con dos triples y los lituanos tuvieron la oportunidad de anotar muchos puntos fáciles en transición. Francisco, Tubelis, Lo y compañía jugaron a placer y encadenaron un demoledor parcial de 20-2 en cinco minutos nefastos en los que los hombres de Galbiati colapsaron y sólo Simmons fue capaz de anotar.
El propio base norteamericano rompió el parcial, pero ya era demasiado tarde. Con el Zalgiris lanzado y la confianza del Baskonia, plasmada en un triple de Nowell que pasó a medio metro del aro, por los suelos, no hubo vuelta atrás. El último cuarto empañó una actuación en la que los alaveses compitieron en vano durante media hora (82-67). Tocará reflexionar durante los diez días de parón.