En un partido en el que Donta Hall firma una de las actuaciones del año con sus 45 puntos de valoración, aparecen los primeros brotes verdes en el puesto de base con el resurgir de Kamar Baldwin, Tadas Sedekerskis continúa siendo un seguro de vida y ejerce una vez más como un martillo pilón aportando puntos y rebotes, no faltan los fogonazos esporádicos de Howard ni la energía de un Moneke voluntarioso que una vez más tuvo su impacto en el partido, parece complicado encontrar alguna otra actuación destacada en el Baskonia.
Pues bien, la hubo. Nikos Rogkavopoulos apareció en los créditos y no como un secundario más. El alero griego firmó un papel clave pese a aparecer en escena tan solo 11:44 minutos. Atornillado en el banquillo durante toda la primera mitad y el inicio del tercer cuarto, parecía complicado que el exterior heleno pudiese llegar a convertirse en protagonista durante la fase decisiva del partido como así ocurrió a la postre.
Rogkavopoulos ejerció de microondas para elevar la temperatura del juego en el momento clave. Su entrada a pista coincidió con el aumento de las revoluciones del Baskonia y su energía y fogosidad sirvieron al cuadro azulgrana para volver a meterse en el partido en el momento más delicado del mismo.
CUMPLIÓ DE ‘2’ Y DE ‘3’
El de Marousi demostró ser un jugador polivalente y cumplió tanto actuando de 'dos' en un quinteto en el que compartió cancha con Baldwin, Sedekerskis al tres y con Moneke y Hall de interiores, como de 'tres' cuando pasó a actuar de alero tras la entrada de Luwawu-Cabarrot para actuar de escolta sustituyendo a Sedekerskis.
Cumplidor. En todos los aspectos además. Puntos, rebotes, asistencias, robos e intensidad defensiva. Metiendo incluso una marcha más al juego. Ritmo. Mucho ritmo. El vértigo necesario para devolver a la vida a un Baskonia que empezaba a estar contra las cuerdas.
Y es que la aparición estelar de Rogkavopoulos llegó en el momento de la verdad. Cuando peor pintaban las cosas para el Baskonia. El alero griego saltó por primera vez a pista a falta de 6:54 para la conclusión cuando el marcador señalaba un inquietante 45-51.
Nada más entrar, Brodziasky aumentaba la renta a 9 puntos tras anotar un triple. La situación se complicaba. Más aún tras una canasta de Birgander que ponía el 45-56 a falta de 5:52 para el final de ese tercer cuarto.
El partido se iba. Los once puntos de desventeja suponían la mayor renta en contra. Peligro. Tocaba reaccionar y el Baskonia lo hizo teniendo a Rogkavopoulos a uno de sus principales protagonistas. Buena prueba de ello es que el jugador procedente del Merkezefendi turco lideró un parcial de 8-0 que devolvía al Baskonia al partido.
Rogkavopoulos comenzó su brillante actuación en ese tercer cuarto capturando un rebote ofensivo y después anotando dos canastas seguidas que acortarían la desventaja a siete puntos –49-56 a falta de 4:18–. Partícipe de forma activa de esa primera línea de la zona 2-2-1 impuesta por Laso desde la banda que sorprendió y cortocircuitó el juego del UCAM Murcia.
El alero azulgrana trabajó a destajo presionando la subida de balón y moviendo brazos para tratar de ocupar espacio y dificultar la línea de pase.
Fruto de esa intensidad consiguió robar un balón en media cancha que pondría en bandeja después a Moneke para que este anotase el 53-56 a falta de 3:28 para la conclusión de ese tercer periodo. De nuevo en partido. El microondas Rogkavopoulos había funcionado.
EL TRIPLE QUE EMPATABA A 71
Ya desde ese momento, el encuentro fue un toma y daca. Los de Sito Alonso ya no volverían a gozar de rentas tan amplias. Seis puntos a lo sumo. El Baskonia estaba siempre a tiro, pero no terminaba de dar caza a su rival.
Pues bien, ya en el último y definitivo cuarto periodo, Rogkavopoulos sacó a relucir su excelente muñeca con la que empatar por primera vez el partido desde el salto inicial tras anotar un triple que ponía el 71-71.
El broche a un partido prácticamente perfecto. Su estadística así lo confirma. 7 puntos sin fallo tras anotar 2/2 en tiros de 2 y 1/1 en triples, tres rebotes, una asistencia y un robo para una valoración final de 10 créditos en 11.44 minutos en pista. Soberbio. Lo dicho, un secundario de lujo, que ejerció en esta ocasión como un perfecto microondas.