Una tortura y un mal trago. El Baskonia fue superado por el rodillo del Maccabi con total facilidad. No planteó ninguna oposición. Otra pájara inicial puso el duelo cuesta abajo al cuadro hebreo y ya a partir de ese momento los de Oded Kattash jugaron con el cuadro azulgrana a su antojo.
De inicio a fin. Una vez más la puesta en escena fue terrorífica. Van unos cuantos partidos así. Un arranque desastroso como los vividos en Madrid frente al cuadro blanco, Valencia o Breogán. En el Wizink y ante el Breogán se pudo remontar, algo que no sucedió en la Fonteta y tampoco en Belgrado.
El Maccabi no dio opción para creer en la remontada tras un arranque para olvidar que permitió al conjunto israelí amasar una cómoda renta de 13 puntos (28-15). Fue el principio del fin tras un noche aciaga en muchos aspectos.
El espectacular acierto en el triple del cuadro hebreo fue clave, unido a la debilidad en la pintura azulgrana. La balanza se decantó claramente para un Maccabi cuyo atleticismo y físico causaron estragos.
El cuadro amarrilo estuvo soberbio desde el arco. No es de extrañar habida cuenta de la calidad que atesora su plantilla, pero también ayudó y mucho que buena parte de los tiros fuesen liberados y sin un defensor encima que los puntease.
Al final del partido, los pupilos de Kattash acabaron con un porcentaje superior al 50%. Del 52,8% en concreto tras anotar 19 de sus 36 lanzamientos, registro con el que superaron su récord de triples anotados en un partido de Euroliga.
En concreto, batieron el que habían establecido con 17 precisamente en un choque contra el Baskonia disputado en el Buesa Arena en el curso 2019-20 y en el que el Maccabi ganó por 83-113.
111 del Fenerbahce
30 puntos de desventaja en aquella ocasión y 28 en esta tras casi calcar el resultado y perder por 113-85. De hecho, la de esta noche supuso la derrota más abultada del curso.
Los 113 puntos en contra también son la mayor anotación recibida por la escuadra gasteiztarra en esta campaña superando los 112 que le metió el Bayern de Múnich, en un partido que tuvo una prórroga, y los 111 que le endosó el Fenerbahce en Estambul, en otro duelo también marcado por el acierto exterior del conjunto turco, mejor incluso que el del Maccabi tras meter también 19, pero con dos intentos menos (34, lo que supone un 55,8%).
Brown y Baldwin
En el Maccabi destacaron en este aspecto un imperial Lorenzo Brown y Wade Baldwin. El base nacionalizado español acabó el partido con un estratosférico 7/8 (87,5%), mientras que el exbaskonista firmó un también notable 4/6 (66,6%).
Muy por encima de los jugadores azulgranas. El Baskonia acabó con un correcto 37,9% gracias en parte al 50% logrado por Howard (4/8) y Rogkavopoulos (2/4), pero el resto no acompañó.
Sin embargo, el problema no estuvo en el juego exterior. Donde el Maccabi hizo verdaderamente daño fue en la pintura. El conjunto israelí se aprovechó de su poderío físico para campar a sus anchas en la zona.
Mucho más músculo ante el que nada pudo hacer el debilitado juego interior azulgrana, más aún tras la lesión de Moneke. Buena prueba de ello es lo sucedido con el rebote ofensivo.
En el primer cuarto, el Maccabi, que tan solo falló 11 lanzamientos, fue capaz de coger más de la mitad de esos rechaces (6). Así es imposible. Al descanso ya había capturado la friolera de 23, casi los mismos con los que acabó el Baskonia tras 40 minutos (27), 11 menos que los 38 con los que finalizó un Maccabi muy superior. l