El Baskonia no falló en Girona y logró con una convincente victoria seguir dependiendo de sí mismo en la última jornada de la primera vuelta de la ACB, en la que se jugará el billete para la Copa del Rey, aunque desperdició la oportunidad de mejorar el basket average. El conjunto dirigido por Dusko Ivanovic completó un serio encuentro en Fontajau y, después de un arranque algo caótico, logró llevar el duelo a su terreno e imponer su superioridad física ante un rival que fue perdiendo fuelle con el paso de los minutos. En una noche discreta de Howard, fue un Moneke imparable quien, secundado por otros actores como Marinkovic, Miller-McIntyre o Rogkavopoulos, tumbó a un Girona valiente, pero falto de acierto.

El choque, en el que Ivanovic alineó de inicio a Miller-McIntyre, Marinkovic, Raieste, Sedekerskis y Kotsar, comenzó con una cierta dosis de locura, con el Girona proponiendo un juego de posesiones rápidas, constante ida y vuelta y mucho tiro desde el perímetro al que también se apuntó el Baskonia, que con dos triples de Miller-McIntyre y otro de Marinkovic respondió a los dos de Yves Pons (6-10). La entrada de Moneke a la cancha aportó a los alaveses más amenaza interior y con sus penetraciones a canasta y las faltas provocadas lograron distanciarse en el marcador aprovechando la falta de acierto de los locales desde el perímetro. Se siguió jugando a un ritmo rápido, pero el Girona tuvo más dificultades que el Baskonia para anotar por dentro y así se llegó al final del primer cuarto con el 17-22.

En el comienzo del segundo parcial, llegó un zarpazo de Rogkavopoulos en forma de siete puntos seguidos con dos triples, el segundo de ellos con tiro libre adicional, que pusieron un 17-29 en el marcador que daba a los azulgranas la tranquilidad de contar con un colchón por encima de los dobles dígitos. La diferencia se movió alrededor de esos guarismos durante unos minutos en los que Moneke y Rogkavopoulos siguieron sumando puntos a su cuenta particular hasta que Sergi Martínez, con dos triples seguidos, logró la reacción del Girona y llegó un parcial de 14-1 con un inspirado Quino Colom al frente con el que los locales volvieron a meterse de lleno en el partido (37-38). Afortunadamente, aparecieron Miller-McIntyre y Marinkovic para contener la sangría y permitir al Baskonia reponerse al golpe recibido y llegar al descanso con una renta de ocho puntos (40-48).

Rodillo tras el descanso

Los hombres de Ivanovic mantuvieron las buenas sensaciones del cierre de la primera parte al regreso de vestuarios, cuando sus buenas acciones defensivas sirvieron como combustible para el ataque azulgrana. El Girona, que se fue quedando sin energía con el paso de los minutos, sufrió lo indecible para defender las transiciones, perdió varios balones provocados por un buen trabajo de Raieste y los alaveses volvieron a elevar su renta por encima de los dobles dígitos. Si el Baskonia estaba superando a su rival por físico, el regreso de Moneke a la cancha permitió meter una marcha más y con sus imparables penetraciones amplió progresivamente la brecha hasta rozar los 20 puntos con el 54-73 tras convertir el propio Moneke una técnica de Camps por protestar. Cerró mejor el cuarto el Girona, pero eso no impidió que los vitorianos llegaran a los diez minutos finales con una renta casi definitiva de 59-75.

En el comienzo del cuarto decisivo, el Baskonia salió algo relajado y, en vez de aprovechar para seguir poniendo tierra de por medio pensando en el basket average, vio cómo los locales le metían algo de presión al reducir la diferencia por debajo de los dobles dígitos tras una acción de canasta y personal de Iroegbu (70-79). Fue en ese momento de dudas cuando Markus Howard, irreconocible e incapaz de anotar en los tres primeros cuartos, apareció con dos triples para enfriar Fontajau y devolver las cosas a su sitio.

Moneke, una auténtica pesadilla para el cuadro gerundense, siguió causando estragos e inflando sus fantásticos números, pero el Girona se negó a tirar la toalla y siguió peleando hasta el final. Eso sí, el empeño de los locales no fue suficiente y, aunque llegaron a situarse a siete puntos a minuto y medio del final (83-90), el Baskonia gestionó su colchón sin demasiadas dificultades y un triple de Raieste enterró definitivamente las opciones de los catalanes. Buena manera, en definitiva, de terminar el año y coger confianza antes de una semana de triple jornada y enorme dificultad.