El lobo ha despertado. Ha aguardado paciente su momento en su guarida. Tras una larga espera ya está listo para cazar. Depredador. Con colmillos afilados y un hambre voraz no hay presa que se le resista. Es Codi Miller-McIntyre, un soldado listo para dejarse la piel en cualquier tipo de batalla.  

El base de Carolina del Norte lleva tiempo asomando la cabeza en esta frenética, brutal y despiadada Euroliga en la que solo sobreviven los más fuertes. Él lo es. Un guerrero implacable.

Luchador infatigable, capaz de pegarse palizas de más de 36 minutos en pista, el director de juego azulgrana se ha convertido en uno de los hombres de confianza de la guardia pretoriana de Dusko Ivanovic. 

La imagen del director de juego azulgrana reventando el aro a una mano en el final del segundo cuarto ante el Fenerbahce ha dado la vuelta al mundo. No es la primera vez que Miller Mc-Intyre realiza un mate tras capturar un rebote.

Sin embargo, la ejecucción y la fuerza con la que acabó la acción ante el conjunto turco le han servido para ganarse los elogios del mundo del baloncesto.

Elogios a nivel mundial

Tras el duelo ante la escuadra de Itoudis, compartió los parabienes con el extraterrestre Howard tras firmar una espectacular acción que a los aficionados baskonistas les recordó la protagonizada por el lituano Mindaugas Timinskas en mayo de 2001 durante el cuarto partido de la final de Euroliga ante la Kinder de Bolonia.

Entonces el alero lituano se merendó al gigante David Andersen con sus 2,12 metros y esta vez fue Miller Mc-Intyre el que ha conseguido salir en todos los pósters tras un mate digno del mejor concurso.

Con los ojos inyectados en sangre y la mirada fija en el aro, Codi uso sus dos muelles para coger un rebote a una mano casi a la altura del aro y en milésimas de segundo dar un giro de casi 180 grados a su brazo, ¡¡¡ya que tenía el balón detrás de su cabeza!!!, para reventar el aro. Boom.

El Buesa puesto en pie. Boquiabierto ante la burrada realizada por el combo baskonista. Un salto estratosférico que le ha terminado de poner en la palestra. Sí. Así es. Codi Miller Mc-Intyre ha derribado la puerta. Sus actuaciones de estas últimas semanas dejan claro que es algo más que un buen jugador. 

Con la confianza de Dusko

La explosión vivida desde la llegada de Dusko Ivanovic le están convirtiendo en un base 'top'. La confianza otorgada por el sargento de hierro le han servido para pegar un salto en su juego tan o más espectacular que el protagonizado frente al Fenerbahce.

Codi Miller Mc-Intyre es otro. Nada tiene que ver con ese jugador timorato del inicio de curso, centrado solo en su defensa, incapaz de llevar el ritmo de los partidos, errático en el tiro y sin peso en la cancha para tomar decisiones en los momentos calientes.

La transformación vivida desde la llegada del técnico de Bjelo Polje al banquillo baskonista ha sido de las más brutales que se recuerdan.

Ahí está de nuevo el montenegrino fabricando un nuevo millonario. Y es que el base estadounidense ha pasado de ser un correcto jugador a convertirse en una pieza clave para este Baskonia gracias a la evolución vivida tras el relevo en el banquillo azulgrana. Y es que sin él en pista, el equipo se cae tanto en defensa como en ataque.

Miller Mc-Intyre imprime otro ritmo, ya que lleva dos o hasta tres velocidades más que cualquiera de sus dos relevos, un Chiozza que no cuenta para Ivanovic, y un Mannion que aporta entre poco y nada.

Es un jugador vertical, capaz de anotar con sus penetraciones o con su tiro de media distancia. El lobo ya confía en su lanzamiento. Buena prueba de ello, es lo sucedido en El Pireo cuando fue el encargado de ejecutar al Olympiacos con un tiro desde cinco metros sobre la campana. Ejecutor. Algo impensable al inicio de curso.

Un líder que mejora sus cifras

Y líder. Los compañeros le siguen y él asume con gusto los galones que le ha otorgado Dusko. Ya no se corta para jugársela si fuera necesario en los últimos segundos de posesión. Tiene confianza para hacerlo y cuenta con el respaldo del técnico y compañeros para asumir responsabilidades en los momentos calientes.

Es el nuevo Codi Miller Mc-Intyre. Los números así lo confirman. El salto dado respecto al jugador que comenzó el curso con Peñarroya al que es ahora con Ivanovic es tremendo.

Con Peñarroya promediaba en Euroliga 6,2 puntos, 2,2 rebotes, 3,4 asistencias y 3,6 créditos de valoración y con Ivanovic sus registros se han disparado hasta los 9,3 puntos, 4,7 capturas, 5,3 pases de canasta y una eficiencia de 15,7

Con el catalán, el base promediaba en Euroliga 6,2 puntos en 24:12 minutos, mientras que con el balcánico ha mejorado su aportación hasta los 9,3 en 27:48. Sus porcentajes de tiro han crecido y de un 38,8% en tiros de 2, un pobre 18,1% en triples y un 71,4% en lanzamientos desde la personal con el egarense ha pasado a un 57,1%, un 26,3% y un 90,9% respectivamente con el balcánico. 

Ahora captura más del doble de rebotes –4,7 frente a 2,2–, da casi dos asistencias más por choque en Euroliga –5,3 frente a 3,4–, roba prácticamente los mismos balones –1 con Peñarroya y 1,1 con Ivanovic– y empeora tan solo en las pérdidas al pasar de 1,6 con el preparador catalán a 2,2 con el entrenador montenegrino. 

Este espectacular salto le ha permitido cuadriplicar su valoración en la máxima competición continental ya que antes de la llegada del Ivanovic se quedaba en unos discretos 3,6 puntos y ahora alcanza los 15,7. Registros de un base top. El lobo ha despertado. Es el salto de Codi.