En su primera comparecencia dejó claro que esta era su “etapa más difícil en el Baskonia”. Todo un reto para Dusko Ivanovic. Enorme. Al menos, el preparador balcánico aseguro estar listo para la complicada batalla a la que debe hacer frente en la cuarta ocasión que asume los mandos del banquillo azulgrana.
Llega con “ilusión”. Confianza en volver a lograr reverdecer viejos laureles. A eso viene y así de claro lo dejó durante su presentación. “Le dije a Josean que vengo a ganar”.
Pues bien, para ello el técnico de Bjelo Polje deberá sacarse de nuevo algún conejo de la chistera. Magia. El montenegrino es todo un especialista en moldear jugadores hasta el punto de convertirles en estrellas del panorama mundial. Así lo ha hecho durante su ya dilatada carrera y en el Baskonia pueden dar fe de unos cuantos casos.
Lo que en su día eran diamantes por pulir se convirtieron tras su paso por la férrea disciplina del sargento Ivanovic en estrellas de la canasta. De la factoría de Zurbano han salido unos cuantos millonarios en estos últimos años.
El último ejemplo es el de Darius Thompson, que tras su paso por Vitoria consiguió un contrato de 2,3 millones de euros en el Efes. Antes hubo más. Larkin, James, Adams... La lista es enorme.
Y dentro de ese gigante listado de jugadores que incrementan su caché tras su paso por el Buesa Arena, Dusko Ivanovic ha jugado un papel muy importante tras su llegada a inicios de siglo. No ha habido temporada, en la que de la mano del técnico azulgrana saliera un nuevo mirlo blanco.
Los argentinos en sus inicios
Desde que aterrizó en Vitoria en el año 2000, el de Bjelo Polje ha conseguido revalorizar a unos cuantos de los jugadores con los que trabajó en su plantilla. En su primera temporada hay unos cuantos casos.
Uno de ellos es el de Fabrizio Oberto. El argentino, que fue reclutado de la mano de su compatriota Julio Lamas un año antes procedente de un Olympiacos donde no rendía debido a una depresión, volvió por sus fueros formando pareja interior con Dejan Tomasevic.
Tras su brillante paso por la escuadra gasteiztarra conseguiría un gran contrato en el Valencia, club en el que recalaría también el interior serbio, antes de dar el salto a la NBA, donde ganaría un anillo con los Spurs de Ginobili.
En ese Baskonia de la primera etapa de Ivanovic también hay otros casos notables. Ahí estaban jóvenes valores como Scola, Nocioni, Vidal y Calderón. El primero apuntaba maneras y tras volver de su cesión en Gijón consiguió convertirse en toda una leyenda en el Baskonia hasta su marcha a la NBA.
Nocioni, por su parte, regresó de la cesión en Manresa siendo un caballo desbocado y de la mano de Ivanovic consiguió convertirse en un alero total, que años después también cruzaría el charco.
Talento azulgrana para la mejor liga del mundo. No uno, ni dos. Es que fueron tres en un corto espacio tiempo ya que a todos ellos se uniría también José Manuel Calderón. El base de Villanueva de la Serena explotó todas sus virtudes en el Baskonia siendo un niño. Forjado por Ivanovic antes de su desembarco en la NBA.
Otros como Sergi Vidal no llegarían a cruzar al otro lado del Atlántico. Al menos, el alero catalán consiguió labrarse una dilatada carrera en la ACB, que comenzó a despegar cuando se convirtió en uno de los soldados más aguerridos y combativos de la tropa de Dusko.
Combatientes fieles y siempre agradecidos a la disciplina espartana que les impuso Ivanovic. Conscientes de que esa exigencia les hizo mejorar y ganarse después suculentos contratos.
Otro caso es el de Mirza Teletovic. El alero bosnio no olvida al que fuera su mentor en Vitoria durante cuatro temporadas, desde el curso 2008-09 hasta el 2011-12, justo antes de hacer las maletas rumbo a los Brooklyn Nets. Otro traspaso millonario para un jugador que recaló en el Baskonia del modesto y desconocido club belga del Ostende. Uno más.
Barac, de las dudas a dejar un millón
El siguiente sería el de Stanko Barac. Todo un milagro, habida cuenta de que en su momento era de sobra conocido que Ivanovic no estaba cómodo con los pívots de gran envergadura por su incapacidad para defender a jugadores más bajitos en los cambios.
Pues bien, el croata acabó convenciendo al preparador balcánico y sería otra de las estrellas moldeadas en la factoría de Zurbano.
El de Mostar no pondría rumbo a los Estados Unidos como hicieron antes otros exbaskonistas. Sin embargo, su paso por el Baskonia de Dusko Ivanovic dejó un millón en las arcas del club tras su traspaso al Efes y a él un contrato millonario.
Shields, Polonara...
Más recientes son los casos de Shavon Shields y Achille Polonara. Procedentes ambos de modestos equipos italianos, del Aquila Basket Trento, el primero, y del Dinamo Basket Sassari, el segundo, su eclosión definitiva llegó a las órdenes de Ivanovic.
Ambos, que llegarían a ganar la liga ACB de la burbuja de Valencia en 2020 con Ivanovic al mando, conseguirían tras su salida de la escuadra gasteiztarra importantes contratos. Shields en Milán y Polonara en el Fenerbahçe.
El caso de Tadas
Tampoco convendría olvidar de la época reciente, el caso de Tadas Sedekerskis. El alero lituano era uno de los jugadores de la guardia pretoriana de Dusko Ivanovic antes de su cese en noviembre de 2021.
El báltico, que después caería en el olvido de forma incomprensible de la mano de Spahija, demostró con el de Bjelo Polje ser un jugador comprometido que ya iba ganando peso gracias a la confianza otorgada por Ivanovic.
Buena prueba de ello es lo ocurrido en el partido ante Unicaja, en la que Ivanovic redujo la rotación del Baskonia a la mínima expresión. “Si mueres, lo haces con la gente en la que crees”, apuntó tras la sufrida victoria ante el cuadro andaluz.
“Si mueres, lo haces con la gente en la que crees”
Pues bien, uno de los que jugadores en los que creía era en Tadas Sedekerskis, quien respondió. El lituano fue clave en la victoria con 22 puntos, 11 rebotes y 35 de valoración en 29 minutos. Dusko ya veía entonces todo el potencial que tenía Tadas, algo que hoy en día es una realidad. Otro diamente pulido.
Ahora estará obligado a hacer magia de nuevo para sacar la mejor versión de jugadores como Mannion, Rogkavopoulos o Diop. Jóvenes valores en los que el club ha puesto muchas esperanzas y que podrían crecer de la mano del sargento Ivanovic como en su día hicieron otros compañeros. Eso sí, el reto es enorme. Titánico.
