Diez minutos de alta vistosidad, cadencia anotadora y eficacia en los prolegómenos del duelo permitieron este domingo al Baskonia imponer la lógica en una cita trascendental de cara a su presencia en la próxima Copa del Rey. El conjunto vitoriano desplegó todo su potencial en el arranque antes de caer en la autocomplacencia y sufrir las acometidas de un Manresa al que, por fortuna, no le dio nunca para culminar su remontada.

Si bien su rival amagó con la heroicidad tras colocarse a tan solo cinco puntos (71-66) y disponer incluso de dos tiros libres en las manos de Valtonen escupidos por el aro azulgrana, el Baskonia terminó facturando un triunfo vital que le mantiene vivo en la búsqueda de un billete para el torneo del KO en el Martín Carpena.

El extraordinario hacer de Moneke y Costello, además del fuego a discreción desde la larga distancia con 15 triples, mantuvieron a raya a un Manresa que, eso sí, ofreció una grata impresión a lomos de Brancou Badio.

Pese a que Ivanovic utilizó esta vez una rotación de once jugadores –el único que volvió a ver los toros desde la barrera fue Khalifa Diop–, el Baskonia acusó en cierta manera el desgaste continental ante el Mónaco y tuvo que arremangarse en un epílogo presidido por el bombardeo triplista para salvar los muebles.

La sorpresa en el arranque fue la titularidad de Mannion, al que Ivanovic debe intentar meter en dinámica cuanto antes. Eso sí, la falta de ritmo del ítalo-estadounidense se dejó sentir especialmente en defensa con alguna desatención de bulto y a los cuatro minutos ya se vio relevado por Miller-McIntyre.

El Baskonia impuso su jerarquía con la máxima autoridad tan solo en el cuarto inicial antes de verse envuelto en problemas y sentir el aliento en la nuca de una de las revelaciones ligueras. En líneas generales y salvo algunos minutos de desconexión, fue un equipo de gatillo fácil que compartió de forma excelente el balón, corrió el contragolpe con suma facilidad y abrió múltiples vías de agua en la pusilánime defensa de un Manresa que, a partir del segundo cuarto, metió el miedo en el cuerpo al personal en el Buesa Arena.

Triples salvadores

La desigual eficacia de los dos contendientes desde el 6,75 reventó al inicio un partido en el que ambos contendientes circularon a una velocidad diametralmente opuesta. Para el final del primer cuarto, al cuadro del Bagés no le quedaba otro remedio que sacar el paraguas ante el diluvio universal descargado por el Baskonia.

Los de Ivanovic embocaron en este intervalo cinco triples, por ninguno un oponente que, eso sí, se agarraría al partido antes del intermedio gracias precisamente a su mordiente desde la larga distancia y la calidad de Badio, una pesadilla local con sus 20 puntos.

Apreciada su nítida superioridad, el cuadro vitoriano se durmió en los laureles antes de tiempo para consentir la resurrección del Manresa. El ingreso de jugadores de la segunda línea como Costello y Moneke, de nuevo un torbellino a la hora de atacar el aro con su verticalidad, ensanchó más si cabe la diferencia en el marcador hasta el concluyente 42-19 del minuto 13.

Ivanovic contó con muchos jugadores enchufados que dejaron clara la profundidad de banquillo del equipo para este curso a la espera de la vuelta de Rogkavopoulos. Los catalanes despertaron de su pronunciado letargo en el segundo cuarto, presidido por su pletórico acierto desde el 6,75 y también la pérdida de intensidad de un Baskonia que posiblemente se creyó ganador antes de tiempo.

Prácticamente nació un partido nuevo con ese inquietante 51-45 al comienzo del tercer cuarto. Para entonces, ya no existía ni rastro de la aplastante superioridad alavesa de los albores. El Manresa justificó las razones de su notable temporada con un Badio en plan estelar, aunque Pedro Martínez tuvo su particular rémora en los pésimos porcentajes desde el tiro libre con once fallos decisivos.

En el momento más complicado de la tarde, el Baskonia volvió a encontrar el salvavidas del triple para mantener a raya a su respondón rival. Después de que Valtonen errara dos nuevos tiros libres que pudieron haber colocado el 71-68 en lo alto del Buesa Arena, sendas bombas de Moneke y Miller-McIntyre congelaron definitivamente el intento de remontada del Manresa en la capital alavesa.