La pesadilla que ha vivido el Baskonia en las dos semanas recientes se prolongó en el pabellón del Morabanc Andorra, donde el conjunto gasteiztarra, que terminó el choque con solo seis jugadores sanos, encajó su quinta derrota consecutiva. El conjunto local, con una rotación más amplia y piernas frescas, jugó un partido serio en ambos lados de la cancha, registró buenos números en el tiro y no bajó la guardia, logrando así imponer la lógica y llevarse el choque sin excesivas dificultades por 85-68.

Joan Peñarroya volvió a contar con solo ocho piezas disponibles de inicio ya que, a pesar de que recuperó a Moneke para la causa, Mannion no pudo participar por los dolores en la espalda sufridos el viernes en Atenas. El técnico apostó por el mismo quinteto que en dicha cita con Miller-McIntyre, Howard, Raieste, Sedekerskis y Kotsar y, aunque se puso 0-4 arriba en los primeros minutos aprovechando la falta de precisión del Andorra, pronto recibió un inesperado traspiés.

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En imágenes: Así ha sido el Andorra-Baskonia Dani Catalán

En un balón dividido, Markus Howard se lanzó al suelo con la mala fortuna de que Maric, mucho más pesado que él, también se lanzó e impactó en su espalda. El escolta azulgrana, con ostensibles gestos de dolor en la zona lumbar, ni siquiera pudo dejar la cancha por su propio pie y fue el cuerpo médico quien se lo llevó en volandas al vestuario. El Baskonia acusó el golpe moral y, al ver su rotación reducida a solo siete hombres, con Moneke a medio gas, comenzó a ceder puntos ante un Andorra que comandado por un insistente Tyson Pérez cerró el primer cuarto con una renta de 18-10 sobre un Baskonia cuyo único recurso para generar puntos fueron las explosivas penetraciones de Miller-McIntyre.

Al inicio del segundo parcial, la distancia se mantuvo alrededor de los diez puntos gracias a la agresividad de Maik Kotsar atacando el aro rival y a la llegada del primer triple azulgrana obra de Marinkovic, aunque la sensación siguió siendo que los locales encontraban puntos con mucha más facilidad que los visitantes. Sorprendentemente, los fisios baskonistas obraron el milagro y consiguieron que Howard regresara a la cancha en el ecuador del segundo cuarto con 28-20 en el marcador.

Eso sí, entró renqueante y apenas duró tres minutos sobre el parqué, más con la intención de dar un respiro a sus compañeros que con la de ser el jugador diferencial que habitúa ser. Al final, dos triples de Borg y de Montero establecieron la máxima diferencia del encuentro hasta entonces (38-24) justo antes enfilar el túnel de vestuarios, por lo que el Baskonia llegó ya con escasas opciones de victoria a la segunda mitad tras anotar solo 24 puntos en 20 minutos.

Amago de reacción

En la reanudación, Costello, sin incidencia hasta entonces, acercó al Baskonia en el marcador con siete puntos consecutivos para su equipo, a los que Marinkovic dio continuidad con cinco tantos más para llegar a situarse a solo seis (45-39). Por desgracia, el buen momento azulgrana duró poco, ya que Okoye y Andric respondieron acto y seguido con sendos triples para volver a ampliar la brecha y enfriar los ánimos visitantes.

A base de encadenar acciones de tres puntos bajo la dirección de un entonado Somogyi, los andorranos superaron la máxima diferencia registrada al descanso y no dieron ninguna tregua a un Baskonia totalmente superado que no pudo volver a contar con Howard y se dedicó a sobrevivir con una mermada rotación de solo seis jugadores sanos. Eso sí, al contrario de lo sucedido en el OAKA, en ningún momento dio la sensación de poder dar la sorpresa.

El Andorra, con un fondo de armario bastante más profundo y sin haber jugado entre semana, le imprimió más energía a su juego, corrió la cancha siempre que pudo y se mostró concentrado en defensa para cortocircuitar el ataque en estático azulgrana con Miller-McIntyre como único director de juego. El tercer cuarto finalizó con un 65-49 y el guión se mantuvo en los diez últimos minutos, en los que los problemas azulgranas se hicieron más visibles si cabe a causa de la fatiga acumulada.

Aunque Tadas Sedekerskis, haciendo gala de su garra y de sus fantásticas cualidades físicas, se negó a entregar la cuchara y siguió peleando durante todo el cuarto parcial (incluso se encargó de subir el balón en algunas acciones), al Baskonia no le quedó más remedio que aguantar el chaparrón y recibió como una bendición el bocinazo final.

La derrota, pese a ser previsible, añade aún más preocupación a la situación actual del conjunto alavés, que pide a gritos refuerzos en su plantilla. Si se confirma la destitución de Peñarroya, no será desde luego un epílogo de grato recuerdo para el técnico catalán. Eso sí, ni siquiera Dusko Ivanovic puede poner por sí solo solución a los problemas actuales del equipo, que necesita recuperar efectivos para no ver peligrar también su presencia en la Copa.

Estadística del Morabanc Andorra

Estadística del Baskonia