El Baskonia vive una de las crisis deportivas más graves que se recuerdan y con la de hoy en Andorra ya encadena cinco derrotas consecutivas.

El partido ante el equipo de Natxo Lezkano ha servido para revivir las pesadillas acontecidas ante el Bayern Munich, Zalgiris, Unicaja y Panathinaikos, rivales que se han aprovechado del pésimo momento físico y anímico de un equipo que, al margen de las novedades en el banquillo, también demanda a gritos varios fichajes para elevar una rotación escuálida y con contadísimos jugadores sanos.

Para recordar cinco derrotas consecutivas en el casillero azulgrana, según informa Rubén Gazapo de baskonistas.com, tampoco hay que echar la vista atrás en exceso. No en vano, en la temporada 2021-22 también vivió esta racha fatídica cuando cayó sucesivamente ante el Murcia (80-79), Unics Kazan (83-69), Zenit (83-54), Real Madrid (65-83) y Maccabi (69-87).

Dusko Ivanovic ya se encontraba en ese instante con la soga al cuello en su tercera etapa en Vitoria y muy discutido por las altas esferas. Tras una agónica victoria ante el Unicaja en el Buesa Arena por 92-89 en un partido donde el preparador montenegrino utilizó una corta rotación -"si hay que morir, lo haré de pie y con la gente en la que creo", aseveró al término de aquel encuentro-, otras dos derrotas lejos de casa terminaron propiciando el relevo en el banquillo.

Tras dos nuevos varapalos ante el Barcelona en la Euroliga por 93-67 y el Gran Canaria en la ACB por 83-77, la agonía de Ivanovic llegó a su fin y el Baskonia anunció la llegada de Neven Spahija en su lugar.

El mismo día que el croata fue presentado en la sala de prensa del Buesa Arena en su segunda etapa al frente del banquillo, el equipo vitoriano se impondría con rotundidad al Estrella Roja en la máxima competición continental (93-74).