Le sale todo. El Baskonia está de dulce en la ACB. Sin forzar la maquinaria, dando descanso a sus principales hombres, disputando un partido espeso y sin la lucidez de ocasiones anteriores, el conjunto azulgrana es capaz de salir airoso en la ACB.
Los números no engañan. Son ya ocho victorias consecutivas en la competición doméstica, con lo que iguala su mejor racha. 16 triunfos en los últimos 17 compromisos, en los que tan solo hay que lamentar el tropiezo en Santiago ante el Obradoiro. Casi nada.
Un equipo inmune a los contratiempos. Con un estado de ánimo a pruebas de bombas, el cuadro gasteiztarra sabe sobrevivir en el alambre. El compromiso en la Fonteta es buena prueba de ello. Y es que cualquier otro equipo estaría prácticamente condenado si hubiera cometido 16 pérdidas al descanso.
Este Baskonia no. El conjunto azulgrana fue capaz de sobreponerse a esos errores gracias a su garra en defensa y a su voracidad para coger rebotes. Seis más llevaba la escuadra del Buesa hasta el ecuador del encuentro.
Si no estás lucido en ataque, al menos tu compromiso atrás te permite, no solo seguir metido en el partido, sino incluso poder coger pequeñas ventajas. Los problemas de circulación de balón impidieron al Baskonia romper el partido.
Dio igual. El equipo cree. Confianza ciega. Un estado de ánimo brutal. Una roca. Sabedores de que antes o después llegará su oportunidad para poner la puntilla. Este Baskonia demostró que sabe ganar sin jugar bien. Buena prueba de ello es lo sucedido con la valoración final de ambos equipos al final del partido. El Valencia Basket acabócon 98, mientras que el Baskonia tan solo llegó hasta los 86.
Mucho tiempo, la segunda unidad
Con esos guarismos, lo normal es perder el partido. Este Baskonia rompe todos los esquemas. Un bloque sólido que camina unido y en el que todos tiran del carro. Un ejemplo son los quintetos puestos en pista por Peñarroya en La Fonteta. Salió de inicio con Heidegger, Howard, Raieste, Kotsar y Enoch. El alero estonio, pes a no ser uno de los habituales, fue ayer el más utilizado con casi 23 minutos en pista.
La rotación y la dosificación de sus jugadores importantes permitió al cuadro azulgrana llegar con su quinteto más fiable a los últimos tres minutos. Para ello, momentos antes el preparador catalán colocó en cancha otro quinteto atípico como el que formaban Kurucs, Marinkovic, Raieste, Díez y Enoch.
Sin noticias de jugadores como Howard, Kotsar, Giedraitis o un Thompson clave y que sin su presencia en pista el equipo sufre. Minuto 35 y el Baskonia ganaba tan solo por uno (67-68). Apuesta por el bloque.
La segunda unidad mantenía al equipo en el partido para que después los primeros espadas pusieran la puntilla. Así fue. De nuevo emergió un Marinkovic letal. 59 puntos en sus dos últimos partidos (35 ante el Fenerbahce y 24 contra el Valencia).
Un líder que se volvió a echar al equipo a la espalda en los momentos calientes. No le tembló el pulso: 75% en triples (3/4) y pleno desde la línea de personal (9/9). Un Vanja celestial. Tiene confianza. Cree en sí mismo, como este Baskonia convertido en un titán en la ACB.