Con una generosa chequera, el crecimiento de cualquier club adquiere velocidad de crucero. Al Mónaco, glamuroso rival ante el que el Baskonia quiere recuperar hoy (19.00 horas) su inercia ganadora en la Salle Gaston Medicin, le han bastado dos temporadas para codearse con toda la flor y nata continental. Anida la impresión de que el club afincado en el Principado no solo ha llegado a esta Euroliga de ricos para quedarse sino también para aspirar, en un breve plazo de tiempo, a cotas muy elevadas.

De su desbordante ambición gracias al mecenazgo de Fedcom, el líder mundial del sector de abonos y fertilizantes, y del propio Gobierno de su país no había excesivas dudas desde la pasada temporada cuando ya estuvo a punto de inmiscuir su figura en la Final a Cuatro. Tan solo el Olympiacos se interpuso en el camino de los galos en el quinto partido de una eliminatoria dramática correspondiente al Top 8. Pues bien, el Mónaco ha redoblado su apuesta de cara a subir algún peldaño en su segunda aventura en la máxima competición. El presupuesto de La Roca Team ha pasado de 14 a 20 millones de euros, una cifra inalcanzable para, entre otros, el propio Baskonia.

El rival azulgrana de esta tarde-noche constituye uno de los focos de inversión más importantes de cara a esta edición. No solo ha conservado al díscolo Mike James y ha renovado al fornido Donta Hall bajo los aros, sino que ha reforzado su armazón con varios jugadores que, en palabras pronunciadas ayer por Peñarroya, le convierten en un sólido candidato a la Final Four.

Las palabras del técnico catalán quizá puedan servir para descargar de presión a sus pupilos antes de un desplazamiento tan complicado pero también ilustran el poderío de un anfitrión con mucha pólvora en sus manos. Lo cierto es que el físico y el talento de la plantilla francesa, quizá no tan larga como otras en Europa pero bien cubierta en todos los puestos, imponen respeto.

Mike James conserva su etiqueta de pistolero infalible y tiene licencia para saltarse los sistemas de Obradovic, pero el exbaskonista se encuentra mucho mejor rodeado desde esta campaña. Básicamente por el aterrizaje de dos jugadores que colocan al Mónaco en otra dimensión y han causando estragos en varios duelos hasta la fecha. Elie Okobo y Jordan Loyd constituyen dos escuderos ideales para la estrella nacida en Portland.

El primero es un base-escolta que disputó con Francia el pasado Europeo de selecciones y el pasado verano fue arrebatado a golpe de talonario al Asvel Villeurbanne. El segundo, que tampoco necesita tarjeta de presentación tras ganar un anillo con los Raptors y mostrar sus dotes de tirador en Valencia, rescindió su contrato en San Petersburgo y engrosó el mercado de agentes libres tras el estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania.

Dos jugadores pagados a precio de oro, al igual que John Brown III, el mejor ladrón de la pasada edición continental cuando militaba en el Unics Kazan a las órdenes de Perasovic. Incluso ha sido capaz de convencer a un veterano como Moerman para salir de su zona de confort en Estambul, donde ganó las dos últimas Euroligas con el Efes, para regresar a su país natal.

Entre James, Loyd y Okobo aportan más de 44 puntos por jornada, por encima del 50% de la anotación del Mónaco en la máxima competición continental. Un rival que, a priori, supera claramente al Baskonia en el plano físico con jugadores rebosantes de músculo y centímetros pero que, eso sí, dio síntomas de vulnerabilidad en la última jornada en la Fuente de San Luis. Ante al Valencia encajó su segunda derrota fuera de las fronteras apenas unos días después de ceder en casa en su liga ante el modesto Dijon.

Apreciada la excelsa nómina de anotadores en manos de Obradovic y Peñarroya, el partido de hoy puede irse a unos dígitos altísimos. El Baskonia también deberá ser capaz de ensuciar el juego por momentos para no sufrir un rejonazo similar a los del Asvel y Panathinaikos.