Pocas veces habrá agradecido tanto como ahora el Baskonia un balsámico parón de una semana y media. Entre la plaga de problemas físicos, el comprensible bajón anímico tras el doloroso adiós a la Euroliga y el agotamiento tanto físico como mental a cuestas, el vitoriano es hoy en día un equipo necesitado de una bombona de oxígeno.

Incluso un técnico como Dusko Ivanovic que reniega sistemáticamente del cansancio y se niega a buscar excusas tras una derrota evitó el domingo echar más leña al fuego tras la demostración de impotencia acaecida ante un San Pablo Burgos mucho más fresco. En su fuero interior, el técnico montenegrino sabe mejor que nadie que todo tiene un límite en esta vida.

Tras la salida no cubierta de Khadeen Carrington al poco de iniciarse la pretemporada y quedar la plantilla reducida a tan solo doce jugadores, la plana mayor azulgrana asumía unos riesgos evidentes. La caja fuerte del Buesa Arena, muy dañada debido a los estragos causados por el covid-19, no daba para más y la cuerda exterior quedó especialmente coja. Y, como sucede todas las temporadas, luego está la selección natural efectuada por el propio Ivanovic, que siempre tiende a rodearse de una reducida guardia pretoriana, no duda en establecer jerarquías muy marcadas y desde tiempos inmemoriales se siente más cómodo con grupos cortos.

Ni siquiera la magnífica explosión de Tadas Sedekerskis, el clásico chico para todo y que se adapta a varias posiciones, ha logrado diversificar al máximo los recursos de un equipo muy justo para tratar de sobrellevar dos competiciones tan exigentes. Con dos canteranos (Arturs Kurucs y Sander Raieste) y dos de los tres cincos (Ilimane Diop y Youssoupha Fall) relegados casi siempre al ostracismo, el desgaste ha ido in crescendo a todos los niveles.

El núcleo duro del Baskonia sigue conformado por apenas ocho jugadores, todos ellos sometidos a un desgaste sobrehumano en una temporada donde la escuadra alavesa lleva disputados ya un total de 69 partidos oficiales (34 de Euroliga, 31 de ACB, 2 Copa del Rey, 1 de Supercopa y 1 de la Euskal Kopa).

Sin embargo, hay tres jugadores que se llevan la palma a la hora de acumular una desmedida cantidad de kilómetros en sus piernas. Se trata de Pierria Henry, Rokas Giedraitis y Achille Polonara, que parecen pedir clemencia en un tramo de la temporada donde lógicamente los esfuerzos siempre se pagan y aquellos conjuntos que han logrado medir la carga de esfuerzos siempre consiguen dar un plus.

El guerrero estadounidense, un jugador cuya entrega es elogiable en cualquier partido y calificado recientemente por su entrenador como un "Ironman", ya era un base exprimido antes de las molestias en el pie de Vildoza que han borrado al argentino de la circulación. Ahora su situación ha empeorado, ya que carece de un recambio natural en la plantilla. El experimento con Dragic no da sus frutos a la hora de que pueda verse oxigenado. En total, el de Virginia Occidental totaliza 1.756 minutos siendo, por ejemplo, el noveno jugador más usado en la Euroliga.

Son los integrantes de la columna vertebral más exprimidos en una campaña donde el conjunto vitoriano ha disputado ya 69 partidos

Tras Vasilije Micic (Efes), el 'cuatro' italiano y el alero lituano encabezan el ranking de jugadores más alineados en la

rokas, el más cargado Aunque para desgaste, sin duda el de Giedraitis. El francotirador lituano también carece de un escudero en el roster vitoriano y ya ha sobrepasado los 2.000 minutos, una auténtica barbaridad para un alero que en el Alba no debía meterse entre pecho y espalda semejantes minutadas. Lo juega prácticamente todo porque Dragic no es un tres puro y Raieste ha demostrado estar verde para competir a estos niveles. En el caso de Giedraitis, es el jugador con más minutos en la ACB y el tercero en la Euroliga.

Más de lo mismo sucede con Polonara, la tercera pata del banco que seguramente más habrá bendecido la llegada de este parón. El italiano acumula 1.855 minutos, siendo el segundo baloncestista más alineado de la Euroliga -tras Vasilije Micic (Anadolu Efes)- y el décimo en el frente doméstico. Además de ser el indiscutible cuatro titular que ha adquirido galones tras la marcha de Tornike Shengelia al CSKA, la apuesta decidida de Ivanovic por el small ball también le convierte en alguien imprescindible.

El de Bijelo Polje posiblemente haya dispuesto de ocasiones para levantar el pie del acelerador y rebajar la carga de minutos de este trío de máxima confianza, pero a estas altura nadie está en condiciones de cambiar la filosofía de un entrenador que nunca levanta el pie del acelerador y muere con sus ideas.

Hasta su próximo compromiso dentro de una semana y media ante el Unicaja, el Baskonia dispone de más de una semana para recuperar efectivos y robustecerse antes de las series finales por el título. En caso contrario, la recta final de campaña tiene visos de hacerse muy larga. Y, tras su conmovedora respuesta en Europa, el equipo no merece eso.

rokas giedraitis: 2.009 minutos

El alero lituano lidera el ranking de jugador más alineado en la ACB, mientras que en la Euroliga es el tercero. Otro jugador sin un relevo claro.

achille polonara: 1.855 minutos

El segundo que más juega de la Euroliga tras Micic y el décimo de la ACB. Alterna indistintamente las posiciones de 'cuatro' y 'cinco'.

pierria henry: 1.756 minutos

Es el noveno jugador que más actúa en la Euroliga y el vigésimo cuarto en la ACB. Sin Vildoza, se ha quedado sin un recambio natural.