El sueño continental estaba a punto de derrumbarse con poco más de cuatro minutos por jugarse en San Petersburgo. El Baskonia estaba siendo engullido por los pesados grilletes rusos, el lenguaje corporal tampoco era el idóneo, Henry no daba una a derechas en el peor partido que se le recuerda con la elástica azulgrana y, en definitiva, el billete para el 'Top 8' se escurría definitivamente de las manos con ese demoledor 72-58. El Zenit había alcanzado minutos antes una renta incluso superior (59-41), pero entonces vio la luz una de las victorias más conmovedoras del equipo vitoriano durante su largo tránsito por la Euroliga en estas dos últimas décadas.

Resucitó de la tumba un visitante al que el corazón no le entra en el pecho y continúa empeñado en incrustar su figura entre la flor y nata continental gracias a un devastador parcial de 3-21. Cuando lo fácil hubiese sido abandonarse y aguardar a una mejor ocasión para seguir colocando el aliento en la nuca al grupo de cabeza, emergió el bautizado como carácter Baskonia en estado puro. Segundo a segundo se fue consumiendo el Zenit hasta acabar con cara de tonto, tal y como había sucedido una semana atrás en El Pireo ante el Olympiacos.

El miedo en el cuerpo se lo metieron los guerreros de Ivanovic y protagonizar una nueva heroicidad que perdurará durante mucho tiempo en la retina de los aficionados. El Baskonia bajó el culo atrás y comenzó a gestar una de esas remontadas que ponen la piel de gallina a cualquier seguidor imparcial. Ni siquiera los tiempos muertos de Xavi Pascual detuvieron la caída a los infiernos del cuadro ruso, con el miedo tatuado en la frente y sin respuestas de ninguna clase ante la vuelta de tuerca de la intensidad defensiva alavesa.

Fall, dueño y señor en la zona

Fall despejó el horizonte en primera instancia con varias canastas de mérito bajo el aro, se sucedieron los robos de balón tras meter una interminable cantidad de manos atrás, los balones divididos acabaron en poder de algún jugador vestido de verde, las figuras desaparecidas en combate despertaron del letargo y emergió un partido nuevo. Francotiradores como Giedraitis y Polonara conectaron con el aro local desde la larga distancia para hacer menos pesada la mochila en la espalda, pero restaba un toque de corneta definitivo con el fin de dar el golpe de gracia al Zenit.

Primero llegó un providencial dos más uno de Henry, que gritó de rabia al cielo tras su primera acción positiva de la noche para descargar toda la ira acumulada en el interior. Polonara, otro que estaba en deuda consigo mismo tras una desangelada actuación, emuló la misma acción para elevar el empate al marcador (72-72) marcando bíceps ante los más de 2.000 seguidores rusos. El milagro había cogido forma. Restaba un minuto pero el Zenit, que había revivido los fantamas de la última jornada en Grecia, ya era un grupo entregado que desaprovechó la enésima bala tras la penetración desperdiciada por Ponitka.

En el momento que diferencia a los niños de los hombres, Ivanovic necesitaba un último héroe que pusiera el sello a la victoria más épica que se recuerda. Y ese no fue otro que Vildoza. El argentino se elevó majestuoso desde una esquina para establecer el 72-75 que 'mató' definitivamente al conjunto ruso, cuya debilidad mental favoreció el milagro vitoriano. Tras un nuevo error a cargo de Pangos, dos tiros libres de Giedraitis abrieron incluso la puerta al segundo objetivo de la noche: la conquista del 'average'. Hubiese sido demasiado para un Baskonia que se levantó de la lona como tan solo hacen los más grandes para seguir soñando cada vez con más fuerza con el 'Top 8'.

Así languideció un partido convertido en una montaña rusa de emociones. La borrachera final convirtió en anecdóticos dos cuartos centrales para olvidar en los que el rigor del Zenit sacó de la pista al Baskonia. La entrada de Khvostov reanimó al anfitrión, cuya mordiente desde el 6,75 causó estragos y que propició una situación límite para el maratoniano azulgrana con su buena lectura en el 'pick and roll' central.

Con más vidas que un gato y una fe que mueve montañas, el TD Systems terminó haciendo realidad el imposible. La recompensa merecida al sacrificio de varios boinas verdes que se han ganado el derecho a soñar en esta Euroliga. Cuatro partidos por delante para rematar la faena con la seguridad de que cualquiera cosa ya es posible.

- Ficha técnica:

75 - Zenit St.Petersburgo (14+31+14+13): Pangos (6), Hollins (1), Ponitka (15), Will Thomas (9) y Black (0) -cinco inicial-, Rivers (11), Baron (12), Khvostov (6), Zubkov (4), Poythress (4) y Gudaitis (4).

79 - TD Systems Baskonia (17+15+13+30): Vildoza (15), Giedraitis (8), Peters (17), Polonara (9) y Jekiri (8) -cinco inicial-, Henry (7), Sedekerskis (-), Diop (-), Fall (6) y Dragic (5).

Árbitros: Christos Christodoulou (Grecia), Joseph Bissang (Francia) y Sinan Isguder (Turquía). Sin eliminados.

Incidencias: partido correspondiente a la trigésima jornada de la Euroliga disputado sin público en el Yubileyny Sports Palace de San Petersburgo.