vitoria. "Un éxito redondo". La reciente celebración de la Final a Cuatro de la Eurocup en el Buesa Arena, saldada con un incontestable triunfo del Power Electronics Valencia, ha dejado un inmejorable sabor de boca a los rectores de la máxima competición continental. La capital alavesa y, por ende, el Baskonia como cualificada organización acaban de dejar nuevamente alto el pabellón. Hasta el punto de haber convertido a la edición recién finalizada en el pabellón vitoriano en "una de las mejores" de la historia. "A nivel organizativo y de aficionados, además del aspecto deportivo, ha resultado un torneo redondo", remarcaron ayer desde las altas esferas.

Una competición bastante devaluada después de que la organización de la fase final fuera concedida a Turín durante las dos últimas temporadas, pero que ha crecido durante el pasado fin de semana de manera exponencial. Tanto, que existe un elevado grado de posibilidades de que el Buesa Arena vuelva a ser el lugar escogido para su futura celebración. Si bien no está definido del todo este extremo, la filosofía de la Euroliga de repetir sede, al menos, dos años consecutivos da pie a que Vitoria delibere nuevamente en abril de 2011 la resolución del segundo torneo en importancia del Viejo Continente.

"En el caso de que surgiera la posibilidad, sería bienvenido por todas las partes. El torneo necesitaba un impulso y ello ha sido posible. Se han movido muchas cosas para mejorar la calidad del deporte y las estructuras de los clubes. Queríamos que el campeón y los participantes tuvieran las pautas marcadas para poder entender la filosofía de Euroliga", desgranaron.

Desde que se omitió la final a partido de ida y vuelta y se instauró el formato actual a partir de la temporada 2003-04, sólo tres ciudades han resultado galardonadas. El Spirou Dome de Charleroi (Bélgica) acogió la fase final durante cuatro años seguidos que vivieron el triunfo del Hapoel Jerusalén, Lietuvos Rytas, Dynamo Moscú y Real Madrid. La ciudad italiana de Turín recogió entonces el testigo, con la extraña novedad de que la Final a Cuatro se celebraría en dos pabellones distintos. El ejercicio 2007-08 se celebró en el Palavela y, apenas un año más tarde, se alteró la ubicación para llevarla al Palasport Olímpico con victorias para Joventut y Lietuvos respectivamente.

El desangelado ambiente que se vivió en tierras italianas y la escasa repercusión de la cita provocaron que los dirigentes replanteasen sus miras. La apuesta por una ciudad que respirase el baloncesto por los cuatro costados y un club especialista en acoger eventos al más alto nivel se antoja la salida para huir del anonimato. Por si restaban dudas, la Euroliga se ha cerciorado ya de que Vitoria se halla sobradamente capacitada para recibir un caramelo más goloso pese a sus evidentes limitaciones en cuanto a infraestructuras. En boca de todos, por supuesto, figura la anhelada Final Four de la Euroliga.

una meta costosa En este sentido, todo hace indicar que el tren tiene visos de pasar de largo a corto plazo. Entre la marcada filosofía de Bertomeu de apostar por ciudades cosmopolitas, que el Buesa Arena tardará al menos tres años en ver ampliado su aforo hasta las más de 15.000 butacas y la sólida candidatura de otras ciudades por motivos estratégicos y comerciales, la concesión de la reunión más elitista de Europa al Baskonia puede demorarse, al menos, cuatro años.

Definido ya que Turín acogerá la Final Four de 2011, otros emblemáticos lugares continentales han adelantado a Vitoria en la frenética carrera por ser sede. Es el caso de Londres y Estambul, "dos ciudades en lista de espera" según Jordi Bertomeu. La capital británica acogerá los Juegos Olímpicos de 2012 y, desde la Euroliga, se pretende aprovechar unos meses antes el impacto brutal que generará una competición de semejante calado. En el segundo caso, Turquía no ha organizado la Final Four desde hace casi dos décadas, en concreto 1992.

"La ampliación del pabellón va a hacer posible esa petición del Caja Laboral", reconoce el director ejecutivo de la Euroliga, que pone algunos matices para que uno de los grandes sueños del baskonismo se haga realidad. "Todo va a depender de la iniciativa privada y del trabajo a largo plazo que se efectúe", precisa. La ausencia de una infraestructura hotelera idónea y un aeropuerto que absorba todo el tráfico aéreo que generará la masiva llegada de aficionados desde diferentes puntos continentales constituyen una losa.