Los barrios más envejecidos de Vitoria pierden población y ven cómo muchos locales comerciales, y no solo de alimentación, cierran sus puertas.

Sin embargo, si hay un distrito de la ciudad en el que esta triste estampa resulta especialmente llamativa ese no es otro que el centro, y específicamente calles como General Álava, que en su día presumió de ser la milla de oro gasteiztarra.

El fiasco del proyecto Urteim, las sucesivas crisis y unos precios prohibitivos para alquilar las lonjas son solo algunos de los factores que explican la desertización comercial de esta zona, que afecta a calles tan emblemáticas como la ya citada -con 14 locales cerrados-, Manuel Iradier -que suma 25- o Correría, que acumula 32.

Alquileres elevados

"Los alquileres son súper elevados en esta zona. Hay que vender mucho para que sea rentable. Y esto está provocando una desertización tanto comercial como social", lamenta Arantza López, asesora jurídica de EKA/ACUV.

Patricia García, gerente de Gasteiz On, prefiere por su parte ver el vaso medio lleno. Al menos, en lo que se refiere al ámbito de la alimentación, un sector que se mantiene a flote también en esta zona.

"El abastecimiento está bien. En su día llegaron las cadenas, pero sigue habiendo tiendas de barrio y también está ahí la Plaza de Abastos", defiende García.

López, que se define como una firme defensora del comercio de proximidad, siente "tristeza" por el declive de algunas zonas, y apuesta -como hace su asociación- por "un modelo de consumo sostenible, de proximidad y que consolida los barrios".

La escalada de precios de los últimos meses ha supuesto "un nuevo jarro de agua fría" para un sector comercial que durante la pandemia ha sufrido de lo lindo para seguir adelante, especialmente todo el que no vende productos de primera necesidad.

Así lo advirtió este pasado lunes en Vitoria el colectivo de Empresarios de Comercio y Servicios de Álava (Aenkomer), que ha constatado a través de una reciente encuesta los problemas que el sector se está encontrando con el encarecimiento de la energía o los problemas con el transporte.

Ralentización del consumo

Según cuantificó Aenkomer, un 56,4% de los 55 negocios encuestados por el colectivo ha sufrido problemas de falta de suministro en sus establecimientos y un 49,1% ha tenido que incrementar el precio de sus productos a lo largo de la última semana.

Además, el 75% ha notado, en mayor o menor medida, que el precio de la luz ha aumentado, y más de un 69% ha detectado una ralentización del consumo mayor que en la semana anterior.