El sector txakolinero alavés ha empezado a vislumbrar esta semana algo de luz al final del túnel, por lo que a exportaciones se refiere, después de que la Comisión Europea y el Gobierno de Estados Unidos anunciaran, la tarde del pasado día 5 la suspensión temporal de los aranceles adicionales que este último país impuso en octubre de 2019 a diversos sectores, entre ellos el vino, como medidas de represalia comercial por el conflicto Airbus-Boeing.

No en vano, la medida ha supuesto “una gran noticia para nuestras bodegas exportadoras, ya que va a ayudar a reactivar las ventas, teniendo en cuenta que Arabako Txakolina tiene una trayectoria ascendente en ese mercado norteamericano. Vamos por el buen camino”, opinaba ayer el gerente de la denominación de origen, Josean Merino.

En concreto, la Comisión Europea -según la nota conjunta lanzada desde EFOW y CECRV, la Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas indicó que esta suspensión temporal es por ambas partes, tanto de los aranceles impuestos por Estados Unidos sobre productos europeos, como de los fijados por la UE para productos estadounidenses, derivados de este conflicto. Que será por un periodo de cuatro meses y que permite que ambas partes concentren sus esfuerzos en la búsqueda de una solución negociada a este conflicto, que califican de larga duración.

De igual forma, el vicepresidente ejecutivo y comisario de Comercio de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, ha calificado esta moratoria de “importante paso adelante”, añadiendo que “marca un reinicio en nuestra relación con nuestro socio más grande y económicamente más importante”, al tiempo que señalaba que la suspensión -cuya entrada en vigor se producirá tan pronto como se completen los procedimientos internos en ambas partes- “ayudará a restablecer la confianza y, por lo tanto, nos dará el espacio para llegar a una solución negociada integral y duradera”.

Por su parte, la oficina del representante de Comercio de Estados Unidos ha publicado una declaración conjunta de EEUU y la UE en la que indican que “la suspensión cubrirá todos los aranceles”, tanto los ligados a productos del sector aeronáutico, como los del resto de sectores afectados.

El comunicado conjunto añade, asimismo, que “esto permitirá a la UE y EEUU aliviar la carga de sus industrias y trabajadores y concentrar sus esfuerzos en resolver estas disputas de larga duración en la OMC”. Y que ambos están comprometidos a alcanzar una solución negociada integral y duradera”, indicando, además, “la determinación de ambas partes de embarcarse en un nuevo comienzo en la relación”.

Asimismo, también en nuestro país, los ministerios de Industria, Comercio y Turismo y de Agricultura, Pesca y Alimentación, publicaron un comunicado conjunto, en el que celebran la medida que ha traído algo de alegría al sector txakolinero alavés, tras más de un año de continuos obstáculos para dar salida a la producción, a consecuencia de la pandemia y los cierres obligados a los que se ha visto abocada la hostelería.

Y es que, pese a que en 2020 registraron la mejor campaña de su historia en cuanto a cantidad -entraron a bodega más de 714.000 kilogramos de uva, que suponen una subida del 57% respecto a 2019-, el sentimiento generalizado es de preocupación, dadas las extraordinarias circunstancias que estamos viviendo, al haberse ralentizado de gran manera la buena expansión comercial que este txakoli estaba teniendo.

“Desgraciadamente, el confinamiento y las restricciones que está teniendo la hostelería y la comercialización, en general, han tenido un efecto demoledor en la salida de género de nuestras bodegas y, en consecuencia, ha impedido comercializar la vendimia 2019 en las condiciones normales que hubieran permitido tener los depósitos vacíos y poder recoger toda la producción de uva”, recuerda Merino, sin ocultar que esta situación “obligó a embotellar para dejar sitio a la abundante uva” y, pese a ello, “no se pudieron recoger, aproximadamente, unos 30.000 kilogramos que se quedaron en el campo”.

No en vano, la vendimia 2020 resultó complicada como pocas, ya que todas las bodegas se enfrentaron a una seria falta de espacio tanto en depósitos como en almacenes, en los que aún quedaba género de la vendimia anterior, por muy diversas causas, a las que se añadieron las derivadas del covid-19.