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Carlos Vicente sigue sin remontar el vuelo

Tras otro partido donde se muestra muy tímido y no aporta desequilibrio en la banda en su vuelta a la titularidad, Coudet retira al maño en el minuto 60

Carlos Vicente sigue sin remontar el vueloPilar Barco

Una de las notas destacadas de la alineación presentada por Coudet ante el Celta fue la vuelta de Carlos Vicente al once inicial.

El extremo derecho maño, que ha dejado de ser intocable desde hace tiempo para el entrenador argentino, dispuso de una nueva oportunidad para reivindicarse en una temporada donde, a pesar de ser el máximo realizador del equipo con tres dianas –eso sí, todas ellas de penalti–, no está consiguiendo aportar el desborde ni la capacidad de desequilibrio que exhibió durante sus primeros pasos como albiazul.

Frente a los vigueses, Carlos Vicente no cumplió el cometido que le encomendó su técnico en su vuelta al equipo. No desbordó en ninguna ocasión y, he aquí lo peor de todo, tampoco encaró a sus pares.

Ni Carreira ni Marcos Alonso, escorados ambos en la parte izquierda de un Celta plantado en un 3-5-2, sufrieron las acometidas de un futbolista bastante tímido y sin el colmillo afilado a la hora de buscar el uno contra uno.

Si bien no fue el único responsable del pobre partido firmado en líneas generales por el Alavés, Carlos Vicente justificó las razones por las cuales Coudet ha ido perdiendo poco a poco la confianza en sus servicios.

Tanto él como Carles Aleñá fueron los primeros señalados por el argentino en busca de algún tipo de revulsivo que le cambiara la triste clara al Glorioso.

Ni Carreira ni Marcos Alonso, escorados ambos en la parte izquierda de un Celta plantado en un 3-5-2, sufrieron las acometidas de un futbolista bastante tímido y sin el colmillo afilado a la hora de buscar el uno contra uno

Cumplido el minuto 60, y al poco de que Aspas pusiera en ventaja al Celta, Coudet vio colmada su paciencia y optó por mover el árbol.

Al Chacho no le tembló el pulso para colocar en lugar del maño a un futbolista inesperado como Pablo Ibáñez. El navarro, completamente fuera de su hábitat natural en una posición donde no se siente a gusto y apenas puede mostrar sus virtudes como todoterreno, tampoco pudo revitalizar al Alavés en una decisión del argentino que no comprendió en exceso la grada babazorra.

Calebe se convirtió esta vez en un espectador de lujo pese a que el Alavés demandaba el ingreso de algún futbolista vertical que pudiera proporcionar algo de chispa en la banda. Coudet decidió acumular delanteros en el área (Boyé, Toni Martínez y Mariano), pero el Alavés tampoco encontró rendijas para crear algo de peligro ante un Celta que vivió demasiado cómodo durante los 90 minutos.

De lo que no hay duda es que la tempranera sustitución de Carlos Vicente, quien acumula cinco suplencias en esta campaña, supone un nuevo toque de atención de Coudet en busca de que el zaragozano trate de alcanzar otra vez su mejor nivel. Ese que, por ejemplo, le permitió hace meses ser un futbolista muy cotizado y seguido incluso por algunos clubes de Inglaterra.

Al Alavés, desde luego, le urge recuperar cuanto antes al maño, en sus mejores tiempos un extremo muy punzante que hoy en día carece de confianza y no consigue remontar el vuelo a la hora de brindar soluciones en la banda derecha.