La planificación del Deportivo Alavés está a punto de sufrir un serio revés con la inminente marcha de Santiago Mouriño. El central uruguayo, pieza básica del proyecto para la temporada 2025-26, apura sus últimas horas como integrante del club albiazul y en breve emigrará de Vitoria con destino al Villarreal.
Mouriño no ha disputado el amistoso de esta tarde ante el Girona dada la intención del Atlético de ejercer la opción de recompra por el zaguero albiazul y más tarde traspasarle al conjunto groguet. La prueba definitiva de que su salida ya es una realidad.
El Alavés recibirá alrededor de cuatro millones por la operación, casi el doble de lo que abonó por el charrúa hace un año, pero este hecho quizá no compense el daño que sufrirá en la vertiente deportiva por la ascendencia del futbolista en el proyecto que volverá a liderar Eduardo Coudet desde el banquillo.
Tras su revalorización de la pasada campaña y sus inmejorables condiciones para ser un defensa del máximo nivel, el riesgo de perder a Mouriño era latente desde el comienzo del verano. Sobre todo teniendo en cuenta el asequible precio por el que el Atlético podía ejercer la opción de recompra.
Tras su revalorización de la pasada campaña y sus inmejorables condiciones para ser un defensa de gran porvenir, el riesgo de perder a Mouriño era latente desde el comienzo del verano
Un año después del golpe bajo sufrido con Giuliano Simeone, que finalmente se quedó a las órdenes de su padre en la capital cuando el Alavés daba por hecha la continuidad del argentino en el plantel, la entidad colchonera ha vuelto a tomar una decisión muy negativa en contra de los intereses albiazules. Pagará cuatro millones para, según distintas fuentes, venderle inmediatamente por poco más del doble (alrededor de 10 kilos) y quedarse, además, un porcentaje de una futura venta.
Sin embargo, ha sido la grave lesión de Logan Costa, central francés del Villarreal, en un amistoso de pretemporada ante el Basilea lo que ha acelerado la marcha del central alavesista.
Titular indiscutible con Coudet
Tras esfumarse las opciones de Axel Disasi (Chelsea) y Nathan Zezé (Nantes), el elegido por Marcelinho no ha sido otro que Mouriño, que firmará por cinco temporadas con el Submarino Amarillo y con el que disputará la próxima edición de la Liga de Campeones. Posiblemente pueda formar una pareja de muchos quilates junto a otro viejo conocido de Mendizorroza como Rafa Marín, reclutado este verano por los castellonenses procedente del Nápoles mediante una cesión.
La operación ha cogido velocidad de crucero en los últimos días con el Deportivo Alavés ejerciendo casi de convidado de piedra y viendo confirmadas las sospechas que le invadían desde hace días respecto a la inviable continuidad del futbolista.
Tras unos difíciles comienzos en Vitoria a las órdenes de Luis García, Mouriño comenzó a asentarse en el eje de la zaga babazorra sobre todo a partir de la llegada de Coudet al banquillo babazorro. Primero junto a Abqar y en la recta final del curso al lado de Garcés, se convirtió en un pilar muy sólido gracias a virtudes como el poderío físico, su facilidad para ganar duelos, la capacidad de anticipación o la fortaleza por alto.
Urgencias en el eje de la zaga
A sus 23 años, Mouriño tenía contrato con el Glorioso hasta 2029, pero tan solo cumplirá la primera de las cinco temporadas que firmó hace un año. En definitiva, un serio varapalo en el plano deportivo para un Alavés que, si bien verá engordar nuevamente sus arcas con una nada despreciable cantidad de dinero, pierde a un futbolista que debía ser básico para su intento de asentamiento en Primera durante las próximas campañas.
Las urgencias son evidentes en el centro de la zaga en la actualidad y la dirección deportiva necesita reforzar cuanto antes una demarcación crítica acuciada por la falta de futbolistas de plenas garantías.
No en vano, tan solo figuran el propio Garcés, el polivalente Moussa Diarra y Nikola Maras, al margen de la polivalencia de Nahuel Tenaglia y Jonny Otto. Sin embargo, este último tiene el cartel de transferible y cuenta con el interés de varios clubes de Segunda para dejar el Alavés en un breve plazo de tiempo.
Juan Gutiérrez, artífice de la gran temporada del Mirandés en Segunda División, y Alejandro Francés, un antiguo objeto de deseo de Sergio Fernández cuando militaba en el Zaragoza y que no cuenta en exceso en el Girona, son las opciones que figuran encima de la mesa del director deportivo albiazul para reforzar un plantel obligado a reinventarse en una posición fundamental.
Lo positivo es que todavía resta un mes para el cierre del mercado y existe margen suficiente para sobreponerse al duro golpe de perder a un titular indiscutible como Mouriño.