El Deportivo Alavés sigue a la espera del pistoletazo de salida oficial al mercado de fichajes para acelerar en la construcción de su nueva plantilla. Lo hace consciente del escaso movimiento a su alrededor, salvo entre quienes se disponen a disputar el Mundial de Clubes en Estados Unidos, pero también sabedor de que puede ser un verano muy activo en las oficinas del Paseo de Cervantes. Solo falta la chispa que lo encienda todo.

Pese a que movimiento no escaseará haya salidas importantes o no, uno de los futbolistas que podría ejercer ese rol de detonante es Antonio Blanco. Tal y como informó este periódico hace unos días, el centrocampista cordobés quiere dar un paso más en su carrera y ha pedido al club babazorro que flexibilice su salida. Entiende que el Glorioso desee ingresar una buena cantidad por él, pero pretende que no se cierre en banda.

Esto último obliga al Alavés a tener preparado un plan. Algo que puede estar en casa, apostando por fin por Carlos Protesoni, o fuera, reinvirtiendo parte de la venta en un refuerzo. Es relevante recordar que el Real Madrid mantiene un 50 % de los derechos de Blanco, por lo que la mitad del traspaso iría a parar a las arcas blancas. Es decir, la cantidad debería ser alta para compensar los cuatro millones invertidos en su día.

Lo que no cabe duda es que los albiazules necesitan acertar con cada movimiento que hagan en su sala de máquinas. Esa es la zona que ha dado personalidad al equipo en las últimas campañas y su protagonismo no bajará en la que está por llegar. Es de sobra conocido que Eduardo Coudet quiere un equipo dominador y al que no le queme el balón en su poder. Y, para ello, es necesario una medular fuerte, con talento y personalidad.

Ahora mismo, habiendo vuelto Joan Jordán al Sevilla y Carles Aleñá al Getafe, los dos centrocampistas que seguirán seguro son Ander Guevara y Jon Guridi. Ambos están a gusto en Mendizorroza y, en el caso del gasteiztarra, todavía tiene contrato hasta 2027, por lo que no hay prisas en ese sentido. De él se espera que dé continuidad a su notable nivel de la recta final de la temporada, cuando recuperó la relevancia del año anterior.

Guridi, por su parte, es uno de los cuatro futbolistas cuyo vínculo con el Paseo de Cervantes caduca en 2026. Renovarle no debería ser un problema, pues el de Azpeitia considera al Alavés su casa, pero ese sentimiento podría cambiar en función de su rol en la próxima campaña. Aunque acabó siendo titular, a Coudet le costó bastante darle el protagonismo que tenía con Luis García Plaza. No es su perfil de mediapunta favorito.

Lo que sí podría ocurrir, para solucionar ese problema, es que Guridi retrasara de una vez por todas su posición, que es lo que lleva intentando el club desde hace tiempo. Sus características encajan mejor en un doble o triple trivote, pero es necesario que haya alternativas en el enganche para habilitar esa opción. Por supuesto, también puede ocurrir que el argentino prescinda de esa posición en el campo. Nada puede descartarse.

PROTESONI Y LOS REFUERZOS

Alguien que saldría reforzado de la marcha de Blanco es Protesoni. Su situación, sin embargo, es delicada. Es otro de los que acaba contrato el próximo año y, pese a que pocos quieren al Alavés tanto como él, no es de extrañar que su poca participación en las últimas temporadas le haga reflexionar sobre su futuro. Y, si no se plantea renovar, es probable que la propiedad piense en venderlo para que no se marche gratis.

Mucho peso en esa decisión tendrá seguramente el Chacho. Lo mágico del fútbol es que todo puede cambiar de la noche a la mañana y, si el técnico empieza a contar con el uruguayo, es posible que su continuidad sea más sencilla. Protesoni no tiene el talento con el balón de Blanco, pero sí abarca bastante campo y da equilibrio como él. Sin olvidar su jerarquía defensiva y capacidad para llegar a las inmediaciones del área rival.

En la batalla por la titularidad en la sala de máquinas babazorra irrumpirá Pablo Ibáñez, cuyo fichaje debería anunciarse a partir del 1 de julio. El futbolista navarro procede de Osasuna, con quien acaba contrato, y es una de las grandes apuestas a corto y medio plazo del Alavés. Buena muestra de ello es que el acuerdo podría ser por cinco temporadas, superando el techo que hasta ahora había en la plantilla gasteiztarra.

El perfil de Ibáñez, si hubiera que compararlo con otro de la plantilla albiazul, se asemeja al de Guridi cuando actúa en el doble pivote. Es un mediocentro de muchos metros, capaz de ayudar en tareas defensivas y de sumarse al ataque. Además, es un jugador inteligente, con buena lectura de lo que sucede a su alrededor y resolutivo ante la presión. Vista su experiencia en la élite, no le debería costar adaptarse al equipo.

Protesoni disputa un balón con Unai Gómez en San Mamés. Miguel Acera

Aparte del navarro, otro de los centrocampistas que tiene el Glorioso en el punto de mira es Álex Sala. Según Canal Sur, sus agentes ya han estado en la capital alavesa y el principal escollo es el acuerdo con su club, el Córdoba. El barcelonés tiene contrato hasta 2026 y su cláusula es de cinco millones de euros, cantidad que los gasteiztarras no están dispuestos a abonar, por lo que deberán negociar para sacarle de El Arcángel.

Sala, de 24 años, se formó en las categorías inferiores del Barcelona y el Girona, de donde lo ficharon los blanquiverdes el verano pasado aprovechando que quedaba libre. Juega también de mediocentro, pero su estilo es diferente. Le gusta recibir el balón más allá de la medular y avanzar con él para romper líneas. Además, no duda en buscar portería cuando se le presenta la ocasión –cinco goles ha marcado este año–.

Tampoco puede descartarse la posibilidad de que regrese Carles Aleñá, que sería más competencia para el centro del campo aun habiendo jugado en la banda la campaña pasada. El de Mataró es un futbolista que gusta mucho al Chacho y el Alavés, según las últimas informaciones, está muy pendiente de su futuro, sobre todo tras conocer que José Bordalás seguirá en el Getafe. Ahora bien, no será fácil volver a verle de albiazul.

El entrenador alicantino apenas contó con Aleñá la temporada pasada, lo que le hizo salir cedido en enero a Mendizorroza, y es lógico que ahora busque un nuevo destino que le permita seguir contando los minutos que tuvo en el Glorioso. El problema es que su ficha es muy alta –de las que más en la plantilla azulona– y que en el Coliseum Alfonso Pérez no parece que se planteen otro préstamo. Quieren un traspaso.