Antoine Griezmann es de esos futbolistas capaces de ralentizar el tiempo. Cuando el balón llega a sus botas, lo que ocurre a su alrededor pasa a cámara lenta y el hincha, ya sea desde la grada o por televisión, disfruta con intriga de lo que puede o no inventarse el francés. No obstante, los mejores también pasan por malas rachas. Y una de esas es la que está intentando superar el ‘7’ del Atlético de Madrid, próximo rival babazorro.
Buena muestra de que Griezmann no está en el ideal pico de forma es que, salvo sorpresa, no será titular en Mendizorroza. Su técnico, el Cholo Simeone, ha probado toda la semana un mismo once: Oblak, Marcos Llorente, Le Normand, Lenglet, Javi Galán, Giuliano, De Paul, Barrios, Gallagher, Julián Álvarez y Sørloth. Y, por experiencias previas, todo apunta a que ese será el que amenace al Deportivo Alavés desde el pitido inicial.
La pérdida de protagonismo de Griezmann es algo reciente, pues había sido de la partida en nueve jornadas consecutivas hasta su suplencia en las dos más recientes (Las Palmas y Rayo Vallecano). Pero su bajón a nivel de aportación sobre el césped viene de más atrás, desde que arrancó el 2025. Y no solo en cifras, también en sensaciones. Se le ha visto más apagado, menos participativo. Su talento natural es lo que ha prevalecido.
En estos cuatro meses, el atacante francés ha marcado cuatro goles, y solo uno de ellos en Liga. Dos fueron contra el Red Bull Salzburgo, antes del pase a octavos de final, y el otro en las semifinales de la Copa, ante el Barça. Además, ha repartido dos asistencias. En definitiva, números demasiado pobres para un futbolista de su talento. Más habiendo sido titular en 18 de los 22 partidos jugados por el Atlético entre las tres competiciones.
Asimismo, a Griezmann le han lastrado sus actuaciones en los duelos decisivos. Se espera más de él, que liderase al equipo, tanto en la eliminatoria copera contra el cuadro culé como en la de Champions League frente al Real Madrid. En ambos casos, los rojiblancos cayeron derrotados, dejando marchar así dos títulos por los que se habían propuesto pelear esta temporada. También se han quedado fuera de la lucha por LaLiga.
NO INFRAVALORAR AL FRANCÉS
Aun así, sería una temeridad por parte del Alavés restar importancia a lo que pueda hacer el francés en Mendizorroza. Cuando salga de revulsivo, que seguro lo hará, los babazorros deberán vigilarle de cerca, pues, aun estando dormida, sigue siendo una bestia que puede despertar en cualquier momento. A sus 34 años, tiene contrato con el Athletic por otra campaña. Por tres años firmó al abandonar el Barça en 2023.