Eduardo Coudet necesita recuperar la mejor versión de todos los integrantes que conforman la plantilla del Deportivo Alavés. Algo que se ha echado en falta en los últimos tiempos, pero que resulta de extrema urgencia si el conjunto vitoriano quiere aferrarse a la salvación. 

No en vano, otro aspecto que preocupa es la aportación de los futbolistas incorporados en el mercado invernal, pues Carles Aleñá es el único argumento positivo entre todas las operaciones realizadas en invierno por la dirección deportiva. Las apuestas invernales de Sergio Fernández están gozando de un protagonismo dispar en Mendizorroza. De hecho, entre las tres incorporaciones hay polos opuestos en lo que a minutos y trascendencia se refiere. 

Mientras que Facundo Garcés ni siquiera ha llegado a vestirse de corto y Pau Cabanes suma dos partidos como revulsivo, Carles Aleñá ha repetido titularidad en los últimos dos compromisos y solo se perdió el duelo ante el Getafe debido a la cláusula del miedo incluida en su cesión.

Dos titularidades... y dos asistencias

El catalán ha irrumpido con fuerza en sus primeras semanas en Vitoria y constituye un soplo de aire fresco para el ataque albiazul. Lo ha hecho ocupando la banda izquierda, pero asumiendo un rol muy diferente al de Carlos Vicente en el carril opuesto. De hecho, Aleñá es un futbolista que se siente más cómodo entre líneas, ejecutando el último pase y aportando clarividencia en la circulación del balón más que como un extremo clásico de desborde en la banda con vocación de enviar centros.

Aleñá dribla durante el partido frente al Espanyol DNA

Esas cualidades, no obstante, dejan la banda izquierda huérfana de un futbolista que llegue hasta línea de fondo. Todo el carril queda a disposición del lateral, bien sea Manu Sánchez o Diarra. Este último, claramente señalado en el gol que supuso la derrota ante el Espanyol, ocupó el lateral izquierdo, pero quedó patente que no tiene la capacidad ofensiva de Manu Sánchez ni los conceptos necesarios para proyectarse en ataque y colgar balones al área.

Pau Cabanes realiza un pase durante el partido ante el Espanyol DNA

También ha quedado claro que en la plantilla albiazul no hay un relevo de garantías para Carlos Vicente. Tampoco lo hubo, en cierto modo, cuando Luka Romero y Abde –renacido en Granada– constituían sus alternativas, pero tras el mercado invernal no se ha reforzado esta posición con las garantías suficientes.

El maño fue sustituido al descanso en el encuentro ante el Espanyol y Cabanes, su alternativa en el extremo izquierdo, ofreció una actuación más bien discreta en la parcela ofensiva. No tuvo acierto en el desborde y se vio sobrepasado por la situación. Eso sí, no se le puede reprochar falta de intentos, pues lo buscó de todas las maneras posibles.

Desde su aterrizaje en Mendizorroza, el extremo de Burriana suma 73 minutos repartidos en las derrotas frente al Getafe y el Espanyol, ambas en Mendizorroza y por la mínima. Cabe recordar que a Cabanes le ha tocado actuar fuera de su posición más habitual o, dicho de otro modo, le ha costado mostrar su mejor versión al no jugar en su rol más natural.

Mejor en la izquierda

En su presentación como babazorro, además de definirse como un futbolista que “busca el uno contra uno” y que tiene “la portería entre ceja y ceja”, aseguró sentirse “más a gusto jugando por la izquierda”, si bien aclaró no tener problema en actuar de segundo punta o por la derecha. 

No cabe duda de que es un atacante que puede aportar la versatilidad que tanto persigue Sergio Fernández en sus incorporaciones, pero Coudet no termina de apostar por él en la demarcación en la que él mismo afirmó sentirse más cómodo.

Facundo Garcés, durante el entrenamiento a puertas abiertas en Mendizorroza Alavés

El verdadero expediente X de las incorporaciones invernales sigue siendo Facundo Garcés. El central argentino todavía no ha debutado con el Deportivo Alavés y ha visto cómo otros compañeros le ganan la partida en el eje de la zaga. Es, junto a Aleksandar Sedlar –quien estuvo en la rampa de salida en el mercado invernal–, el último en la rotación de zagueros para Coudet.

Desde luego, Garcés no lo está teniendo fácil en sus primeros meses en Vitoria. La adaptación al conjunto vitoriano ha entrañado serias dificultades para un central que estuvo un año apartado de Colón. No juega un partido desde el 1 de diciembre de 2023 y lleva más de un año sin vestirse de corto, con la carga que ello conlleva para un futbolista de élite. 

Si el salto del fútbol sudamericano al europeo suele incluir diversos desafíos a nivel de ritmo y conceptos, tal y como le sucedió a Conechny, las dificultades se duplican al haber perdido el ritmo competitivo durante un año. Tanto el futbolista como el propio club están pagando el peaje de su inactividad prolongada.