“Tranquilidad” es la palabra que usa Asier Garitano para definir su día a día. El de Bergara, sin banquillo desde que dejó el Tenerife hace unos meses, pasa ahora por uno de esos impases tan habituales en las carreras de los entrenadores y, mientras le llega una oportunidad para volver al ruedo –ya ha descartado algunas–, disfruta tanto de su familia como de sí mismo, haciendo ejercicio, cultivando su mente y, por su puesto, viendo mucho fútbol.
Dentro de su calendario, uno de los encuentros que tiene marcados en rojo es el que se disputará este sábado en Mendizorroza. Allí, desde las 16.15 horas, el Deportivo Alavés y el Leganés, dos de sus exequipos, se verán las caras en lo que Garitano califica de choque “muy importante”, pero no como una final. “Todavía no ha acabado la primera vuelta, nada puede ser definitivo con tantas jornadas por delante”, manifiesta.
Aunque lo disfrutará igualmente, Garitano no espera un duelo demasiado atractivo entre babazorros y pepineros. “Sabiendo que se enfrentan dos rivales directos y que ambos son fuertes en el apartado táctico, lo más normal es que veamos un partido bastante cerrado. Además, el Leganés fuera de casa está buscando que pasen las menos cosas posibles, por lo que me sorprendería ver un ida y vuelta frenético”, argumenta.
"Lo que más me gusta del Alavés es que es un equipo muy competitiva, capaz de plantar cara a cualquiera"
El guipuzcoano, como es lógico, prefiere no aventurarse con un resultado, pero sí se anima a hablar de lo que más le está gustando de cada uno. Del Alavés, por ejemplo, destaca su “competitividad”, capaz de “plantar cara” a cualquiera. Y también que ve una escuadra “muy trabajada”, con las “ideas claras” de lo que quiere Luis García Plaza. A su modo de ver, tiene “todo lo necesario” para acabar consiguiendo la permanencia.
Determinante va a ser, eso sí, que los albiazules sepan inhibirse de la indignación de las últimas semanas, consecuencia no solo de los flojos resultados, sino también de los pésimos arbitrajes. “El enfado es lógico, pues para clubes como el Glorioso cualquier punto puede ser decisivo y ya han sido varias las decisiones que le han perjudicado. Lo relevante ahora es centrarse en lo que se está haciendo bien y seguir adelante”, apunta.
UN ÍDOLO EN BUTARQUE
La segunda, y más reciente, etapa de Asier Garitano al frente del Leganés (2021-22) no fue demasiado positiva, pero que su regreso a Butarque no acabara tan bien como se esperaba no ha manchado, ni mucho menos, su imagen entre los aficionados pepineros. El técnico de Bergara sigue siendo un ídolo al sur de Madrid gracias a sus éxitos entre 2014-2018, cuando no solo devolvió al club a Segunda División, que era su principal objetivo, sino que acabó ascendiéndolo a la máxima categoría, donde el Lega nunca había estado. Ahí lo mantuvo los dos cursos siguientes hasta que, en 2018, recibió la llamada de la Real Sociedad para dar el salto que tanto ansiaba.
Sobre el Leganés, por otro lado, Garitano opina que es un equipo “muy parecido” al Alavés. “Hasta la fecha no han pisado los puestos de descenso, y eso es buena muestra de que están trabajando bien. Son conscientes de cuál es su objetivo y, pese a que tengan actuaciones mejores y peores, creo que no van a sufrir apenas altibajos. Veo en ellos esa ilusión por haber vuelto a la élite y lo están haciendo francamente bien”, explica.
SU ETAPA EN VITORIA
Al preguntarle por su etapa en Mendizorroza (2019-20), Asier Garitano dice recordarla con mucho cariño, aunque solo durase unos meses: “Fue buenísima, en especial por el buen trato que tuve con todo el mundo. En lo deportivo, además, pienso que rendimos muy bien hasta la segunda vuelta, quitando aquella derrota copera. Luego llegó la pandemia, que fue una desgracia, y lo siguiente se nos hizo demasiado largo”.
Profundizando en lo ocurrido durante el parón por el covid-19, el de Bergara prefiere no dar detalles, pero sí admite que hubo “muchas cosas que no se hicieron bien”, lo cual “pasó factura” al vestuario tanto esa temporada como en las posteriores. “Cuando volvimos a la acción, el equipo no estaba preparado para afrontar la competición. Por suerte teníamos un colchón importante y se acabó consiguiendo el objetivo”, agrega.
Esto último no fue con él al frente del banquillo, pues Juan Ramón López Muñiz tomó las riendas a falta de cuatro jornadas para el final, pero esa decisión del Alavés no ha hecho que su recuerdo del club albiazul sea peor, ni mucho menos. Tampoco que tuviera que presentar una demanda para evitar el despido improcedente, la cual no llegó a juicio por el acuerdo de última hora al que llegaron las distintas partes implicadas.
De su plantilla, por cierto, solo continúa un futbolista en la actual de Luis García: Antonio Sivera. Poco, eso sí, tienen que ver la versión actual del portero de Jávea con la de entonces, si bien a Garitano no le sorprende en lo que se ha convertido: “Le sobraban cualidades, pero simplemente no era su momento. Ten en cuenta que Pacheco estaba asentado. Me alegro mucho por cómo ha crecido porque es un gran chaval”, concluye.