El Deportivo Alavés es un club vendedor. Así lo ha manifestado la propiedad de Mendizorroza en diferentes ocasiones y la misma definición se le puede aplicar a la mayoría de escuadras que conforman LaLiga. Solo hay que repasar alguno de los muchos movimientos en los últimos años –la mayoría rumbo a la Premier League, donde pagar sobreprecios no parece ser un problema– para darse cuenta de ello. 

Al Glorioso, sin embargo, no le ahoga la necesidad que sí tienen otras entidades de Primera División, y eso es una gran ventaja. No de cara a cerrarse en banda, pues su papel en el escenario de los fichajes, de nuevo, está más que claro; pero sí para hacerse fuerte y exigir un precio justo –e incluso superior– por sus futbolistas franquicia. ¿Vender? Por supuesto, aunque solo ante ofertas notablemente favorables.

Tal mentalidad, sumado al buen trabajo sobre el césped, es la que permitirá al Alavés no solo ser valorado y respetado por el resto en el mercado, sino también subir un escalón en lo deportivo –siempre, eso sí, que se acierte a la hora de reinvertir lo recibido–. Algo que la propiedad albiazul, y también la afición, parece tener ya interiorizado; pero que, en realidad, no ha dado demasiados frutos en los últimos años.

Salvo por el traspaso de Guillermo Maripán, quien puso rumbo al Mónaco por 18 millones de euros hace seis años, el Glorioso no ha sido capaz de acometer ventas de gran valor desde que regresó a LaLiga en 2016. Ni siquiera lo ingresado por el central chileno, a un nivel espectacular en aquel momento, parece nada especial visto lo que han conseguido otros clubes de estatus parecido al babazorro.

Guillermo Maripán, con el Alavés. Área 11

Ejemplo de esto último fueron los más de 30 M€ que recibió el Levante por Jefferson Lerma (Bournemouth); o las transferencias de un precio similar al de Maripán, pero repetidas una y otra vez en el tiempo, como las del Getafe con Marc Cucurella (Brighton, 18 M€), Enes Ünal (Bournemouth, 16,5 M€) o Mathías Olivera (Nápoles, 16,5M€); las del Granada con Isaac Success (Watford, 15 M€), Bryan Zaragoza (Bayern, 15 M€), Luís Maximiano (Lazio, 10, 5 M€) y Luis Suárez (Marsella, 10 M€); o las del Leganés con Youssef En-Nesyri (Sevilla, 20 M€), Martin Braithwaite (Barça, 18 M€) o Diego Rico (Bournemouth, 15 M€). 

Fuera de esta comparación, por cierto, hay que dejar al Almería. Aunque los indálicos, cuando están en 1ª, pelean por lo mismo que el Alavés, sus inversiones han sido muy grandes, y eso es lo que les ha permitido completar enormes ventas. 12 M€ pagaron por Darwin Núñez para luego traspasarlo por 34 M€ (Benfica); 8 M€ por El Bilal Touré para recibir 29 M€ (Atalanta); y 9 M€ por Umar Sadiq para ingresar 20 M€ (Real Sociedad).

VERANO DE 2024

Esa escasez de ventas relevantes, sin embargo, podría cambiar este verano. A medida que se ha ido acercando el inicio del mercado estival, que levantará la persiana de manera oficial mañana, han ido saliendo más y más nombres del Glorioso a la palestra de futuribles de otros clubes. Una tendencia que demuestra que la campaña 2023-24 de los albiazules no ha pasado desapercibida lejos de Vitoria-Gasteiz. 

Rubén Duarte celebra el último empate frente al Girona en Mendizorroza. Alavés

Ahora bien, como se ha comentado previamente, el Alavés debe mostrarse fuerte cuando llamen a su puerta. Si la prioridad, según ha repetido Sergio Fernández varias veces, es el césped, no se entendería la marcha de hombres clave, como Antonio Blanco (Fiorentina) o Rubén Duarte (Puma) –información de Ángel García y César Luis Merlo respectivamente–, si no supone un beneficio económico notable para las arcas.

Diferentes son, por el contrario, los casos de Javi López y Abdel Abqar. Ambos acaban contrato el próximo año y, en caso de no renovar pronto, el club albiazul sí tendrá necesidad de venderlos para que no se vayan gratis el próximo verano, lo cual limitará su posición al negociar.