El Deportivo Alavés es uno de los diez mejores clubes de LaLiga. Así se lo ha ganado no solo con el empate (1-1) de este domingo en el Estadio de Gran Canaria, donde Carlos Vicente marcó el único gol visitante, sino gracias a una recta final de temporada a la altura de muy pocos. Merecidas vacaciones para una plantilla que, si el campeonato se prolongara varias semanas más, sería capaz de competir por metas todavía más emocionantes. 

Para afrontar el último compromiso de la campaña, Luis García Plaza introdujo un total de cuatro novedades en el once respecto al que había formado días atrás ante el Getafe. Álex Sola entró en el lateral derecho; Ander Guevara hizo lo propio en el doble pivote, donde formó junto a Jon Guridi debido a las múltiples bajas; Ianis Hagi ocupó el puesto habitual del azpeitiarra en la mediapunta; y Joaquín Panichelli arrancó como único delantero. 

El Alavés saltó al césped del Gran Canaria con las ideas muy claras. Le dio el balón a Las Palmas y, sin ejercer una presión alta, aguardó en su propio campo la oportunidad para recuperar y salir al contragolpe.

Así, de hecho, llegó la primera ocasión clara del partido: a los 12 minutos, Giuliano Simeone recibió al espacio y, con el exterior, puso la pelota en el punto de penalti, donde apareció Carlos Vicente para cabecear y exigir a Álvaro Valles

En ese escenario, los babazorros se sintieron como pez en el agua. Apenas tuvieron que sufrir atrás, pues su intensidad fue suficiente para provocar errores canarios, y tampoco encontraron demasiadas dificultades en ataque. Faltó acierto de cara a portería -y en las transiciones-; pero, si alguien mereció tomar ventaja, ese fue el Glorioso, capaz de demostrar por qué ha sido uno de los equipos en mejor forma en esta recta final de la temporada. 

La mejor oportunidad para desequilibrar la balanza llegó superada la primera media hora de juego. Giuliano recibió un balón dentro del área local y, cuando se disponía a buscar a un compañero, recibió una patada por detrás de Mika Mármol, la cual fue castigada con pena máxima. El propio ‘Cholito’ asumió la responsabilidad, pero su lanzamiento, raso y no demasiado ajustado, fue detenido por Valles, un especialista en este tipo de acciones. 

Ese error, eso sí, no provocó que el Alavés se viniera abajo. Salvo por un intento de Sandro Ramírez, bien detenido por Jesús Owono, los de Luis García siguieron mostrándose más cómodos que Las Palmas. Tanto fue así que, antes de que los protagonistas tomaran el camino hacia los vestuarios, Sola también dispuso, llegando desde segunda línea, de una buena ocasión para marcar el 0-1. Su disparo, sin embargo, acabó demasiado centrado

DOS GOLES EN LA SEGUNDA MITAD

Ya en el segundo tiempo, las dinámicas no variaron en exceso, aunque sí lo hizo el marcador. Al poco de la reanudación, Owono sacó en largo y Giuliano, tras una prolongación de cabeza de Panichelli, se quedó mano a mano ante Valles. No acertó el atacante argentino, demasiado lento, en primera instancia; pero, desde el suelo, asistió a Carlos Vicente para que enviara la pelota al fondo de la red (0-1), previo toque en el defensor Álex Suárez.

Ese gol, sin embargo, no fue suficiente para cerrar la victoria en tierras insulares. Marc Cardona, no mucho después, encontró el empate en un centro lateral (1-1) y eso hizo que Luis García moviera su banquillo. Ya lo había hecho antes, metiendo a Rafa Marín en lugar de Abdel Abqar, y el resto de elegidos fueron Eneko Ortiz (Javi López), Abde Rebbach (Sola), Samu Omorodion (Panichelli) y Andoni Gorosabel (Giuliano).

Llegados a la recta final, amarillos y albiazules convirtieron la contienda en un emocionante ida y vuelta. No varió el electrónico (1-1), pero sí hubo acciones para ello. Marín, en dos jugadas a balón parado, tuvo las mejores y Samu, en un envío en profundidad, también estuvo en disposición de batir por segunda vez a Valles. Gracias a este empate, el Glorioso alcanzó los 46 puntos, que le sirvieron para acabar el curso en la décima plaza.