Cien años, que son los que cumple Mendizorroza, dan para muchos goles. Todos importantes, pues no hay nada más bonito que celebrar un tanto del Deportivo Alavés, pero varios de ellos con un significado especial. Estos últimos, en concreto, son los protagonistas de este reportaje, en el que, como parte de la serie que está publicando DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA por el centenario del feudo albiazul, se repasan los más históricos.
Para ello, lo mejor es comenzar por el más reciente, que es el que mayor número de alavesistas han vivido y recuerdan. Data del 6 de octubre del 2018, cuando el Pitu Abelardo estaba al frente del banquillo babazorro, y su autor fue Manu García. Aquel día, gracias al testarazo del capitán en el tiempo añadido, el Glorioso venció (1-0) al Real Madrid en Liga como local, lo cual no lograba desde hacía más de 87 años. La celebración, una locura.
Ese triunfo, además, no fue relevante solo por batir al conjunto blanco, que siempre es motivo de ilusión –y más después de tanto tiempo–. Fue la primera gran gesta en una temporada que, aún a día de hoy, sigue siendo la última en la que la afición del Alavés ha podido ilusionarse por volver a ver a su equipo en Europa. No fue posible, dado que la magia se desvaneció en la segunda vuelta; pero Mendizorroza soñó con ello durante meses.
Dejando atrás el gol de Manu, quien volverá a ser mencionado dentro de muy poco, es momento de hablar de Edgar Méndez. Con sus más y sus menos, sobre todo en su segunda etapa como albiazul, es innegable que el nombre del extremo tinerfeño está grabado a fuego en la historia del Glorioso. Su diana frente al Celta de Vigo (8/2/2017) fue la que llevó a los gasteiztarras a clasificarse a su primera, y única hasta ahora, final de Copa del Rey.
No pudo traerse el trofeo a Vitoria-Gasteiz, ya que el talento individual del Barcelona –y alguna que otra decisión arbitral cuestionable– decantaron la balanza en favor de los blaugranas; pero llegar hasta esa cita valió la pena solo por la imagen que se vio en el estadio: más de 20.000 seguidores babazorros dieron color a las gradas del Vicente Calderón, demolido pocas semanas después, y llevaron en volandas al equipo durante los 90 minutos.
Solo un año antes, el Alavés logró ascender a la élite, y en el choque decisivo, contra el Numancia en Mendizorroza (29/5/2016), hubo dos goles que merecen ser añadidos a esta lista de históricos. Manu abrió la lata, de cabeza, a los 23 minutos y Raúl García marcó el tanto definitivo antes del descanso (2-0). Siendo ambos muy relevantes, lo cierto es que la calidad del segundo, de falta directa, lo hace todavía más memorable, si eso es posible.
Cabe recordar, en relación con lo anterior, que los babazorros no estaban entre los equipos favoritos para regresar a Primera División de aquella campaña. El Glorioso venía de un ejercicio demasiado tranquilo, sin opciones reales ni de meterse en la promoción ni de descender, y el fichaje de José Bordalás no convenció a parte de la afición. Afortunadamente, su guardia pretoriana consiguió con su esfuerzo volver a llenar la Plaza de la Virgen Blanca.
Ese éxito, sin embargo, no fue el primer indicativo de que el Alavés había renacido de sus cenizas. Levantar los escombros, a nivel económico, que dejó Dmitry Piterman requirió de tiempo, y el fruto por el trabajo realizado comenzó a recogerse el 1 de junio del 2013. Aquel día, Borja Viguera marcó de penalti, y contra el Real Jaén, un tanto fundamental, el que permitió al club salir del pozo de Segunda B. Menos mal que su resbalón no le hizo fallarlo.
Para seguir con esta lista de goles, es obligatorio remontarse al 8 de junio del 2008, cuando el feudo albiazul fue testigo de un desenlace de película. El Glorioso necesitaba ganar a la Real Sociedad, con el ascenso en juego, para tener opciones de permanecer en Segunda y, en muy poco tiempo, remontó un 1-2 que parecía insalvable. Las gradas se echaron al césped en el momento que Toni Moral anotó el 3-2 definitivo, ya en el minuto 94 del derbi.
Años antes, el Alavés logró bastantes dianas en la UEFA Cup, la cual no debe ser obviada. Si bien lo lógico aquí sería quedarse con los vividos frente al Inter de Milán, gran favorito al título, o el Kaiserslautern, mayor goleada de esa edición, en DNA vamos a mencionar uno que no tuvo relevancia, pero que sí es significativo, el de Abelardo al Besiktas (31/10/02). Ese es, actualmente, el último tanto europeo que ha celebrado Mendizorroza.
En la temporada previa, ya para terminar con el siglo XXI, los goles Carlos Llorens e Ibon Begoña al Barça, el 1 de diciembre del 2001, colocaron al Glorioso líder de Primera más de 70 años después. Aunque los babazorros, como es lógico, no duraron demasiado en esa posición –dos jornadas, en concreto–, verles en lo más alto, por delante de grandes escuadras como las del Valencia, Deportivo o Real Madrid– fue algo memorable.
SIGLO XX
En la década de los 90, para muchos la más especial, hay que hacer dos paradas, y la primera hace referencia al 20 de junio de 1999. Los gasteiztarras, ya en la última jornada del campeonato liguero, necesitaban ganar a la Real para quedarse en la élite y así lo hicieron gracias a los goles de Julio Salinas, quien envió el balón a la red con la mano, y Magno (2-1). De Pedro, por parte donostiarra, pidió perdón al recortar distancias en la segunda mitad.
Previamente, el 3 de mayo de 1998, el bastión gasteiztarra celebró frente al Rayo Vallecano tres tantos con un significado muy especial. Dos fueron obra de Manolo Serrano y del último se encargó Sivori (3-0), quienes devolvieron al Alavés, comandado por Mané, a la máxima categoría más de 40 años después. El ambiente de aquel partido, con La General más brillante que nunca, es un recuerdo imborrable para todos los nacidos en los 70 y 80.
Esa misma campaña, el propio Serrano marcó otro gol merecedor de aparecer en esta lista, si bien este fue en Copa. Pese a estar en Segunda, el Glorioso se plantó en semifinales tras eliminar al Aurrera, Real Oviedo, Compostela, Real Madrid y Dépor y todas esas hazañas le hicieron ganarse el apodo de matagigantes. El Mallorca fue su verdugo, pero nadie olvida la diana del nueve catalán para ganar a los madridistas en Mendizorroza (1-0).
Un poco más atrás, vale la pena recordar lo que ocurrió en el Paseo de Cervantes el 30 de octubre de 1994. Aquel día, el Alavés y el Real Unión disputaron el encuentro que más goles –junto a un 13-0 al Rentería– ha visto el feudo albiazul desde su inauguración en 1924. 8-5 fue el resultado final, lo cual volvió loco al mítico Donato, y quien abrió la lata fue Santi Castillejo. Cuatro de los tantos locales, por cierto, llegaron a partir del minuto 80.
Casi 20 años antes, para los más veteranos, el Glorioso logró librarse de descender a Tercera División, lo cual sufriría no mucho después, gracias a una diana de Jorge Valdano. Fue en la última jornada de la fase regular (6/6/1976) y es reseñable no solo por suponer una salvación –corroborada más tarde en la promoción–, también debido a que el argentino ha admitido varias veces que ese gol frente al Ensidesa es el segundo más importante de su carrera, solo por detrás del que le marcó a Alemania Federal en la final del Mundial de 1986.
EN BLANCO Y NEGRO
Ya en los años en blanco y negro; son destacables, por ejemplo, los tantos que le anotaron Julio Remacha, Vicente Echeandía y Juan Gorospe al Escoriaza de Zaragoza en Mendizorroza, certificando así el segundo ascenso a 1ª (18-4-1954). E, igualmente, los de Pedro Irureta (x3), Cándido Urretavizcaya (x3), Baltasar Albéniz y David López contra el Racing, el 27 de noviembre de 1932. Esa sigue siendo la mayor goleada albiazul en la élite (8-2).
Entre los años 1930 y 1931, dos dobletes del mencionado Albéniz permitieron lograr los primeros triunfos en el Paseo de Cervantes ante el Real Madrid (8/3/1931), que tenía a Ricardo Zamora –el que da nombre al trofeo– en su meta, y el Barcelona. Y Manuel Olivares, con un hat-trick que acompañó Simón Lecue, puso al Alavés líder de la máxima categoría por primera vez en su historia, tras superar al Español en el feudo gasteiztarra (21/12/1930).
Para finalizar, también pueden citarse el gol que el propio Olivares le metió al Arenas el 14 de diciembre de 1930, pues fue el primero del Glorioso en 1ª; el de Albéniz frente al Barakaldo (2-1), para coronar al club campeón de la Serie A de Vizcaya (24/11/1929); y los de Barroso (2), Oleart (2) y Catarineu contra el Cantabria Sport en el primer partido oficial disputado en Mendizorroza, denominado entonces Nuevo Campo de Deportes o Stadium.